NIC 2001 Manejo de electrólitos: hipercalcemia

Definición NIC 2001 Manejo de electrólitos: hipercalcemia: Favorecer el equilibrio del calcio y prevención de las complicaciones derivadas de sus niveles en suero superiores a los deseados.

La NIC (Clasificación de Intervenciones de Enfermería) 2001, “Manejo de electrólitos: hipercalcemia”, se refiere a las acciones realizadas por el personal de enfermería para tratar y prevenir la hipercalcemia, que es un trastorno caracterizado por niveles elevados de calcio en la sangre. Este desequilibrio electrolítico puede ser causado por una variedad de condiciones médicas, como hiperparatiroidismo, ciertos tipos de cáncer, exceso de vitamina D, entre otros.

Algunas intervenciones que pueden formar parte del manejo de la hipercalcemia incluyen:

  1. Monitoreo frecuente de los signos vitales y los niveles séricos de calcio para evaluar la gravedad del desequilibrio electrolítico.
  2. Restricción de la ingesta de alimentos ricos en calcio, como productos lácteos, y suplementos de calcio.
  3. Administración de líquidos intravenosos, preferiblemente soluciones salinas isotónicas, para promover la diuresis y la excreción renal de calcio.
  4. Administración de medicamentos, como bifosfonatos, calcitonina o corticosteroides, para reducir los niveles de calcio en sangre y prevenir complicaciones.
  5. Promoción de la movilización y la actividad física, que puede ayudar a aumentar la excreción de calcio a través de los huesos.
  6. Educación al paciente sobre la importancia de seguir una dieta baja en calcio y la adherencia al plan de tratamiento prescrito por el médico.
  7. Monitoreo de los signos y síntomas de complicaciones de la hipercalcemia, como confusión, debilidad muscular, náuseas y vómitos, y toma de medidas apropiadas para su manejo.
  8. Colaboración con otros miembros del equipo de atención médica, como endocrinólogos, nefrólogos o oncólogos, para proporcionar un enfoque integral en el manejo de la hipercalcemia y abordar las causas subyacentes del desequilibrio electrolítico.

El manejo de la hipercalcemia es importante para prevenir complicaciones graves, como cálculos renales, insuficiencia renal, trastornos del ritmo cardíaco y daño neurológico. Los profesionales de enfermería desempeñan un papel crucial en la identificación temprana, el tratamiento y la educación del paciente sobre cómo manejar esta condición de manera efectiva.

Actividades

• Vigilar la evolución de los niveles séricos de calcio (calcio iónico) en poblaciones de riesgo (p. ej., pacientes con neoplasias malignas, hiperparatiroidismo, inmovilización prolongada por fracturas graves o múltiples o lesiones de la médula espinal).
• Calcular la concentración de la fracción iónica de calcio cuando sólo se conocen las concentraciones de calcio total (p. ej., utilizar la albúmina sérica y fórmulas adecuadas).
• Controlar a los pacientes que toman medicamentos que contribuyen a la elevación continuada del calcio (p. ej., diuréticos tiazídicos, síndrome de leche y alcalinos en pacientes con úlcera péptica, intoxicación por vitaminas A y D, litio).
• Controlar las entradas y salidas.
• Vigilar la función renal (niveles de BUN y creatina).
• Observar si existen síntomas de toxicidad digitálica (notificar los niveles séricos por encima del margen terapéutico, monitorizar frecuencia y ritmo cardíacos antes de la administración de la dosis, y observar si hay efectos secundarios).
• Observar si hay manifestaciones clínicas de hipercalcemia (p. ej., poliuria, sed excesiva, debilidad muscular, mala coordinación, anorexia, náuseas refractarias al tratamiento [signo tardío], calambres abdominales, estreñimiento [signo tardío], confusión).
• Controlar si hay manifestaciones psicosociales de hipercalcemia (p. ej., confusión, alteración de la memoria, disartria, letargo, conducta psicótica aguda, coma, depresión y cambios de personalidad).
• Observar si hay manifestaciones cardiovasculares de hipercalcemia (p. ej., arritmias, intervalo PR prolongado, acortamiento del intervalo QT y segmento ST, onda T picuda, bradicardia sinusal, bloqueos cardíacos, hipertensión y parada cardíaca).
• Observar si hay manifestaciones gastrointestinales de hipercalcemia (anorexia, náuseas, vómitos, síntomas de úlcera péptica, dolor abdominal, estreñimiento, distensión abdominal e íleo
paralítico).
• Observar si hay manifestaciones neuromusculares de hipercalcemia (debilidad, malestar general, parestesias, mialgia, cefalea, hipotonía, disminución de los reflejos tendinosos profundos y mala coordinación).
• Monitorizar la presencia de dolor óseo.
• Observar si hay desequilibrios de los electrólitos asociados a la hipercalcemia (hipo o hiperfosfatemia, acidosis hiperclorémica e hipopotasemia por diuresis), si es el caso.
• Proporcionar terapias para facilitar la excreción renal de calcio y limitar la acumulación adicional de calcio excesivo (p. ej., hidratación i.v. con suero salino fisiológico o suero salino al 0,45% y diuréticos, movilizar al paciente, limitar la ingesta dietética de calcio), según corresponda.
• Administrar los medicamentos prescritos para reducir las concentraciones séricas de calcio iónico (p. ej., calcitonina, indometacina, pilcamicina, fosfato, bicarbonato de sodio y glucocorticoides), según corresponda.

•Vigilar si hay reacciones alérgicas sistémicas a la calcitonina.
• Observar si hay sobrecarga de líquidos derivada de la terapia de hidratación (peso diario, diuresis, distensión de la vena yugular, sonidos pulmonares y presión auricular derecha), según corresponda.
• Evitar la administración de vitamina D (calcifediol o ergocalciferol), que facilita la absorción gastrointestinal del calcio, según corresponda.
• Desaconsejar la ingesta de calcio (productos lácteos, marisco, nueces, brécol, espinacas y suplementos), según corresponda.
• Evitar medicamentos que impidan la eliminación renal de calcio (carbonato de litio y diuréticos tiazídicos), según corresponda.
• Observar si hay indicios de formación de cálculos renales (dolor intermitente, náuseas, vómitos y hematuria) derivados de la acumulación de calcio, según corresponda.
• Fomentar una dieta rica en frutas (arándanos, ciruelas y ciruelas pasas) para aumentar la acidez de la orina y reducir el riesgo de formación de cálculos de calcio, si está indicado.
• Buscar causas del aumento de los niveles de calcio (indicios de deshidratación grave e insuficiencia renal), si es el caso.
• Fomentar la movilidad para evitar la reabsorción ósea.
• Instruir al paciente y/o a la familia sobre los medicamentos que han de evitarse en la hipercalcemia (ciertos antiácidos).
• Instruir al paciente y/o a la familia sobre las medidas puestas en práctica para tratar la hipercalcemia.
• Observar si se produce hipocalcemia de rebote debido a un tratamiento agresivo de la hipercalcemia.
• Observar si se produce hipercalcemia recidivante 1-3 días después de interrumpir las medidas terapéuticas.

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