NIC 2010 Manejo de electrólitos: hipofosfatemia

Definición NIC 2010 Manejo de electrólitos: hipofosfatemia: Favorecer el equilibrio de fosfato sérico y prevenir las complicaciones derivadas de sus niveles inferiores a los deseados.

La intervención de enfermería NIC 2010, “Manejo de electrólitos: hipofosfatemia”, se refiere a las acciones realizadas por el personal de enfermería para abordar los niveles bajos de fosfato en el organismo, conocidos como hipofosfatemia. Esta condición puede ser el resultado de diversas causas, como la malabsorción intestinal, la desnutrición, el uso excesivo de antiácidos, la administración de ciertos medicamentos, entre otros.

Algunas intervenciones que pueden llevarse a cabo para manejar la hipofosfatemia incluyen:

  1. Monitorización frecuente de los niveles de fosfato en suero para evaluar la gravedad de la hipofosfatemia y su respuesta al tratamiento.
  2. Administración de suplementos de fosfato oral o intravenoso según las necesidades del paciente y las recomendaciones médicas.
  3. Identificación y corrección de la causa subyacente de la hipofosfatemia, como la malnutrición o el trastorno metabólico.
  4. Evaluación de los niveles de calcio y magnesio, ya que la hipofosfatemia puede estar asociada con desequilibrios en otros electrólitos.
  5. Educación al paciente sobre la importancia de seguir las recomendaciones médicas para aumentar la ingesta de fosfato a través de la dieta y/o suplementos.
  6. Monitorización de los signos y síntomas de hipofosfatemia, como debilidad muscular, fatiga, dolor óseo y alteraciones en el estado mental, y proporcionar tratamiento de apoyo según sea necesario.
  7. Colaboración con otros miembros del equipo de atención médica, como dietistas y médicos especialistas, para desarrollar un plan de cuidados integral y coordinado que aborde las necesidades individuales del paciente y promueva una recuperación segura y efectiva.

Es importante abordar la hipofosfatemia de manera adecuada, ya que los niveles bajos de fosfato en el organismo pueden tener consecuencias graves, como debilidad muscular, alteraciones en el ritmo cardíaco, convulsiones y complicaciones respiratorias. Por lo tanto, el personal de enfermería debe estar alerta a los signos y síntomas de hipofosfatemia y trabajar en colaboración con otros miembros del equipo de atención médica para proporcionar el tratamiento adecuado y prevenir complicaciones.

Actividades

• Controlar las tendencias de los niveles séricos de fósforo inorgánico en poblaciones de riesgo (p. ej., alcohólicos, pacientes con anorexia nerviosa, ancianos muy debilitados).
• Realizar un control exhaustivo de los niveles de fosfato en los pacientes que manifiestan trastornos con efectos reductores de los niveles de fosfato (p. ej., hiperparatiroidismo, cetoacidosis diabética, quemaduras térmicas graves, hiperventilación intensa prolongada, administración excesiva de hidratos de carbono simples en la desnutrición proteico-calórica grave).
• Obtener muestras para el análisis de laboratorio de los niveles de fosfato y electrólitos asociados (gasometría arterial, niveles en orina y suero), según corresponda.
• Observar si se producen desequilibrios de los electrólitos asociados a la hipofosfatemia (hipopotasemia, hipomagnesemia, alcalosis respiratoria; acidosis metabólica).
• Observar si se produce la disminución de fosfato como consecuencia de la disminución de la ingesta y absorción (inanición, hiperalimentación sin fosfato, vómitos, enfermedad pancreática o del intestino delgado, diarrea e ingestión de antiácidos con aluminio o hidróxido de magnesio).
• Observar si se produce una disminución de los niveles de fosfato derivada de la pérdida renal (hipopotasemia, hipomagnesemia y envenenamiento con metales pesados, alcohol, hemodiálisis con
dializado pobre en fosfato, diuréticos tiazídicos y deficiencia de vitamina D).
• Observar si se produce una disminución de los niveles de fosfato derivada de un desplazamiento del compartimento extra al intracelular (administración de glucosa, administración de insulina, alcalosis e hiperalimentación).
• Observar si se producen manifestaciones neuromusculares de la hipofosfatemia (debilidad, laxitud, malestar, temblores, parestesias, ataxia, dolor muscular, aumento de creatinina fosfocinasa, anomalías del electromiograma y rabdomiólisis).
• Observar si se producen manifestaciones de hipofosfatemia en el SNC (irritabilidad, fatiga, pérdida de memoria, disminución de la atención, confusión, convulsiones, coma, EEG anormal, entumecimiento, hiporreflexia, función sensorial deteriorada y parálisis de los nervios craneales).
• Observar si hay manifestaciones esqueléticas de hipofosfatemia (dolor óseo, fracturas y rigidez de articulaciones).
• Observar si se producen manifestaciones cardiovasculares derivadas de la hipofosfatemia (disminución de la contractilidad, disminución del gasto cardíaco, insuficiencia cardíaca y ectopia).
• Observar si se producen manifestaciones pulmonares como consecuencia de la hipofosfatemia (respiraciones rápidas, superficiales; disminución del volumen corriente, y disminución de la
ventilación por minuto).
• Observar si se producen manifestaciones gastrointestinales originadas por la hipofosfatemia (náuseas, vómitos, anorexia, insuficiencia hepática e hipertensión portal).

•Observar si se producen manifestaciones hematológicas derivadas de la hipofosfatemia (anemia, aumento de la afinidad de la hemoglobina por el oxígeno que incremente la Sa02, aumento del riesgo de infección derivado de deterioro de la función de los leucocitos, y trombocitopenia, hematoma y hemorragia derivadas de disfunción plaquetaria).
•Administrar suplementos prescritos de fosfato i.v. (la velocidad de sustitución no debe ser mayor de 10 mEq/h), según corresponda.
•Administrar terapia de sustitución oral de fosfato cuando sea posible (vía preferida).
•Realizar un control exhaustivo de la extravasación en los lugares de inyección i.v. (se produce desprendimiento y necrosis tisular por infiltración de suplementos de fosfato).
•Controlar la corrección rápida o excesiva de la hipofosfatemia (p. ej., hiperfosfatemia, hipocalcemia, hipotensión, hiperpotasemia, hipernatremia, tetania, calcificaciones metastásicas).
•Vigilar la función renal durante la administración de suplementos parenterales de fosfato, según corresponda.
•Evitar la administración de medicamentos quelantes del fosfato y diuréticos (hidróxido de aluminio).
•Favorecer el aumento de la ingesta oral de fosfato (productos lácteos, cereal integral, nueces, frutos secos o verduras y vísceras), según corresponda.
•Mantener la fuerza muscular (ayudar con los ejercicios pasivos o activos de rango de movimiento).
•Instaurar cuidados preventivos para evitar la infección (la hipofosfatemia causa una disminución grave de los granulocitos).
•Instruir al paciente y/o a la familia sobre las medidas puestas en marcha para tratar la hipofosfatemia.

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Autora


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