Síndrome de hemisección medular de Brown-Sequard

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El síndrome de hemisección medular de Brown-Séquard es una lesión en la médula espinal que afecta solo una mitad de la médula. Fue descrito por primera vez por Charles-Édouard Brown-Séquard, un médico francés, en el siglo XIX. Esta lesión puede ocurrir como resultado de trauma, como una herida de arma de fuego o un accidente automovilístico, o debido a otras condiciones médicas como tumores, enfermedades degenerativas o procesos inflamatorios.

Causas de síndrome de hemisección medular

  • Trauma: Lesiones traumáticas, como heridas de arma de fuego, heridas punzantes o contusiones graves en la columna vertebral, pueden causar el síndrome de Brown-Séquard si afectan solo una mitad de la médula espinal.
  • Tumores: Los tumores que comprimen la médula espinal pueden causar síntomas similares al síndrome de Brown-Séquard si afectan unilateralmente la médula.
  • Procesos inflamatorios: Enfermedades inflamatorias como la esclerosis múltiple o la mielitis transversa pueden afectar la médula espinal de manera desigual, causando síntomas que se asemejan al síndrome de Brown-Séquard.
  • Isquemia medular: La falta de flujo sanguíneo adecuado a la médula espinal debido a un coágulo sanguíneo o una embolia puede resultar en daño unilateral a la médula espinal y provocar el síndrome de Brown-Séquard.
  • Malformaciones congénitas: Anomalías en el desarrollo de la médula espinal desde el nacimiento pueden predisponer a ciertas personas a desarrollar el síndrome de Brown-Séquard en ciertas circunstancias.
  • Lesiones iatrogénicas: En algunos casos, el síndrome de Brown-Séquard puede ser causado por complicaciones de procedimientos médicos, como cirugía de la columna vertebral o biopsias de la médula espinal.

Manifestaciones clínicas

Los síntomas del síndrome de Brown-Séquard pueden variar según la causa y la ubicación exacta de la lesión en la médula espinal. Sin embargo, típicamente involucran una combinación de síntomas motores, sensoriales y neurológicos.

  • Hemiparesia o hemiplejia: Uno de los síntomas principales del síndrome de Brown-Séquard es la debilidad o parálisis en un lado del cuerpo, que suele estar del lado opuesto (contralateral) a la lesión de la médula espinal. Esto significa que si la lesión afecta el lado derecho de la médula espinal, la debilidad o parálisis afectará el lado izquierdo del cuerpo y viceversa.
  • Pérdida sensorial: También en el lado opuesto al daño de la médula espinal, hay una pérdida de sensibilidad al dolor, la temperatura y la percepción táctil. Esto se debe a que las vías sensoriales cruzan la médula espinal hacia el lado opuesto antes de llegar al cerebro.
  • Preservación sensorial: La sensibilidad al tacto ligero (también conocida como sensibilidad epicrítica) suele estar preservada en el lado del cuerpo del mismo lado (ipsilateral) a la lesión de la médula espinal. Esto significa que la persona conserva la capacidad de sentir toques ligeros en el lado afectado.
  • Pérdida de sensibilidad vibratoria y propioceptiva: La sensibilidad a la vibración y la propiocepción (la capacidad de percibir la posición y el movimiento del cuerpo) se pierden en el lado opuesto al daño de la médula espinal.
  • Alteraciones en los reflejos: Puede haber cambios en los reflejos tendinosos profundos (reflejos osteotendinosos) en el lado afectado.

Diagnóstico

  • Historia clínica: El médico obtendrá información detallada sobre los síntomas del paciente, incluyendo cuándo comenzaron, cómo han progresado y cualquier factor desencadenante o evento traumático asociado. También se indagará sobre el historial médico y cualquier lesión reciente en la columna vertebral.
  • Examen físico: Durante el examen físico, el médico evaluará la función motora y sensorial del paciente, buscando signos de debilidad, pérdida de sensibilidad y otros síntomas neurológicos. Se pueden realizar pruebas específicas para evaluar la fuerza muscular, los reflejos y la sensibilidad en diferentes áreas del cuerpo.
  • Pruebas de diagnóstico por imágenes: Se pueden realizar varias pruebas de imagen para evaluar la médula espinal y determinar la ubicación y la causa de la lesión. Estas pruebas pueden incluir resonancia magnética (RM) de la columna vertebral, tomografía computarizada (TC) de la columna vertebral o mielografía.
  • Pruebas neurológicas: Además de las pruebas de imagen, se pueden realizar pruebas neurológicas especializadas para evaluar la función de la médula espinal y el sistema nervioso en general. Estas pruebas pueden incluir electromiografía (EMG), estudios de conducción nerviosa y evaluaciones de la función motora y sensorial.
  • Exclusión de otras causas: Es importante descartar otras condiciones médicas que puedan causar síntomas similares al síndrome de Brown-Séquard, como esclerosis múltiple, lesiones de la médula espinal no traumáticas o procesos tumorales.

Manejo del síndrome de hemisección medular

El manejo del síndrome de Brown-Séquard está dirigido a tratar la causa subyacente de la lesión medular y a proporcionar rehabilitación para mejorar la función y la calidad de vida del paciente.

  • Tratamiento de la causa subyacente: Dependiendo de la causa de la lesión medular, el tratamiento puede implicar medidas como la cirugía para reparar lesiones traumáticas o extirpar tumores, el tratamiento de enfermedades inflamatorias con medicamentos inmunosupresores, o la gestión de condiciones médicas como la esclerosis múltiple.
  • Manejo de los síntomas: Se pueden utilizar medicamentos para controlar los síntomas asociados con el síndrome de Brown-Séquard, como analgésicos para el dolor neuropático, medicamentos para espasticidad muscular y agentes para mejorar la función intestinal y urinaria.
  • Rehabilitación: La rehabilitación es una parte fundamental del manejo del síndrome de Brown-Séquard y puede incluir terapia física, ocupacional y del habla, según las necesidades individuales del paciente. Estas terapias pueden ayudar a mejorar la fuerza muscular, la coordinación, la movilidad, la función del habla y las habilidades de autocuidado.
  • Adaptaciones y ayudas técnicas: Se pueden utilizar dispositivos de asistencia como ortesis, bastones, andadores o sillas de ruedas para ayudar al paciente a moverse y realizar actividades diarias. También se pueden hacer modificaciones en el hogar y en el lugar de trabajo para mejorar la accesibilidad y la seguridad.
  • Manejo de complicaciones: Se debe prestar atención especial a la prevención y el tratamiento de complicaciones asociadas con la lesión medular, como úlceras por presión, infecciones del tracto urinario, problemas de función intestinal y urinaria, problemas respiratorios y riesgo de trombosis venosa profunda.
  • Apoyo emocional y psicológico: Es importante brindar apoyo emocional y psicológico al paciente y a su familia, ya que la lesión medular puede tener un impacto significativo en la calidad de vida y el bienestar emocional. Los grupos de apoyo y la terapia individual pueden ser útiles para ayudar al paciente a adaptarse a los cambios y enfrentar los desafíos emocionales.

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