Úlceras por presión: causas, localizaciones y tratamiento

Las úlceras por presión, también conocidas como úlceras por decúbito o escaras, son lesiones en la piel y los tejidos subyacentes que se producen debido a la presión sostenida sobre una área particular del cuerpo. Estas úlceras son más comunes en personas que tienen limitada movilidad y pasan períodos prolongados en la cama o en sillas de ruedas. Aquí hay información clave sobre las úlceras por presión:

Causas y factores de riesgo:

Las úlceras por presión se desarrollan principalmente debido a la presión prolongada sobre la piel y los tejidos subyacentes, lo que conduce a la falta de suministro de sangre y oxígeno a esas áreas. Sin embargo, hay varios factores y condiciones que pueden contribuir al desarrollo de úlceras por presión. Aquí están algunas de las causas principales:

  1. Presión Sostenida:
    • La presión constante sobre una área específica del cuerpo, especialmente en zonas donde los huesos están cerca de la superficie de la piel (prominencias óseas), puede comprimir los vasos sanguíneos y obstaculizar el flujo sanguíneo.
  2. Inmovilidad o Falta de Movilidad:
    • Las personas que tienen dificultades para cambiar de posición por sí mismas, ya sea debido a enfermedades, cirugías, lesiones o discapacidades, tienen un mayor riesgo de desarrollar úlceras por presión.
  3. Fracturas o Lesiones Óseas:
    • Las fracturas pueden aumentar la presión en ciertas áreas y aumentar el riesgo de desarrollo de úlceras por presión.
  4. Edad Avanzada:
    • Las personas mayores pueden tener una piel más delgada y menos resistente, lo que puede aumentar la vulnerabilidad a las úlceras por presión.
  5. Incontinencia:
    • La humedad constante en la piel debido a la incontinencia puede debilitar la barrera cutánea y aumentar la susceptibilidad a las úlceras por presión.
  6. Problemas de Nutrición:
    • Una dieta pobre en nutrientes, deshidratación o pérdida de peso significativa pueden afectar negativamente la salud de la piel y aumentar el riesgo de úlceras por presión.
  7. Fricción y Cizallamiento:
    • La fricción (rozamiento) y el cizallamiento (desplazamiento de capas de tejido en direcciones opuestas) pueden dañar la piel y contribuir al desarrollo de úlceras por presión.
  8. Enfermedades Crónicas:
    • Condiciones como la diabetes y la arteriosclerosis pueden afectar la circulación sanguínea y aumentar el riesgo de daño en la piel.
  9. Disminución de la Sensación:
    • Las personas con disminución de la sensación, ya sea debido a neuropatías u otras condiciones, pueden ser menos conscientes del dolor o la incomodidad que generalmente señala la necesidad de cambiar de posición.
  10. Colchones y Superficies Inadecuadas:
    • El uso de colchones o superficies de descanso inadecuadas puede aumentar la presión en ciertas áreas del cuerpo.

La prevención de las úlceras por presión implica abordar estos factores de riesgo y realizar cambios en la atención y el entorno del paciente para reducir la presión en áreas críticas. La atención interdisciplinaria, con la colaboración de enfermeros, médicos, terapeutas y otros profesionales de la salud, es crucial para prevenir y gestionar las úlceras por presión de manera efectiva.

Localización Común:

Las úlceras por presión tienden a desarrollarse en áreas donde los huesos están cerca de la superficie de la piel y donde hay una mayor presión y fricción. Las localizaciones comunes de úlceras por presión incluyen:

  1. Sacro:
    • El área justo encima del coxis es una ubicación común para úlceras por presión, especialmente en personas que pasan períodos prolongados sentadas.
  2. Isquiones:
    • Los isquiones son los huesos en la parte inferior de la pelvis que soportan la mayor parte del peso cuando una persona está sentada. Esta área es vulnerable a las úlceras por presión en personas que están en sillas de ruedas o que tienen movilidad limitada.
  3. Talones:
    • Los talones son propensos a úlceras por presión, especialmente en personas que están acostadas durante períodos prolongados o que tienen dificultades para cambiar de posición.
  4. Maléolos:
    • Los maléolos, los huesos que sobresalen en los tobillos, pueden estar sujetos a presión constante, especialmente en personas que tienen problemas de movilidad.
  5. Parte Posterior de la Cabeza:
    • En personas que permanecen acostadas durante largos períodos, la parte posterior de la cabeza puede ser vulnerable a úlceras por presión.
  6. Rodillas y Codos:
    • En personas que permanecen en una posición fija durante mucho tiempo, las rodillas y los codos pueden estar sujetos a presión y fricción.
  7. Hombros y Omóplatos:
    • En personas que están acostadas de lado o en posición fetal durante períodos prolongados, los hombros y omóplatos pueden estar expuestos a la presión.
  8. Orejas:
    • Las orejas, especialmente en personas que están acostadas de lado, pueden estar sujetas a presión y fricción, lo que puede llevar a úlceras por presión.

Es importante destacar que la prevención de úlceras por presión implica la identificación temprana de las áreas de riesgo y la implementación de estrategias para reducir la presión y la fricción. Cambiar de posición regularmente, el uso de colchones y almohadas especializados, y una buena atención de la piel son componentes esenciales para la prevención. La atención y supervisión adecuadas por parte de profesionales de la salud y cuidadores también son cruciales para minimizar el riesgo de úlceras por presión.

Etapas de las Úlceras por Presión:

  1. Etapa 1: Enrojecimiento de la piel que no desaparece al presionar. No hay ruptura de la piel.
  2. Etapa 2: Pérdida parcial de la piel. Puede parecer una abrasión, ampolla o úlcera superficial.
  3. Etapa 3: Pérdida total de la piel que se extiende a través de la dermis. Puede haber daño a los tejidos subyacentes.
  4. Etapa 4: Pérdida total de la piel con daño extenso a los tejidos, músculos, huesos o estructuras de soporte.

Prevención y Tratamiento:

La prevención y el tratamiento de las úlceras por presión son aspectos críticos en el cuidado de personas que tienen riesgo de desarrollar estas lesiones. Aquí se presentan estrategias para la prevención y el tratamiento:

Prevención:

  1. Cambio de Posición Regular:
    • Rotar la posición del paciente cada 2 horas, o según las recomendaciones del equipo de atención médica, para aliviar la presión en áreas críticas.
  2. Superficies de Descanso Especializadas:
    • Utilizar colchones y cojines especiales para redistribuir la presión y reducir la fricción.
  3. Buena Higiene y Cuidado de la Piel:
    • Mantener la piel limpia y seca.
    • Utilizar cremas o lociones para prevenir la sequedad y reducir la fricción.
  4. Control de la Humedad:
    • Gestionar la incontinencia para prevenir la humedad excesiva. Cambiar pañales y prendas de cama regularmente.
  5. Nutrición Adecuada:
    • Asegurar una ingesta adecuada de nutrientes para favorecer la salud de la piel.
  6. Educación del Paciente y Cuidadores:
    • Enseñar a los pacientes y cuidadores sobre la importancia de la prevención y cómo identificar signos tempranos de úlceras por presión.
  7. Evaluación de Riesgos:
    • Realizar evaluaciones de riesgo para identificar a las personas que tienen mayor probabilidad de desarrollar úlceras por presión.
  8. Manejo del Dolor:
    • Controlar el dolor para evitar que el paciente evite cambiar de posición debido a molestias.

Tratamiento:

  1. Desbridamiento:
    • Eliminar el tejido muerto o dañado para facilitar la cicatrización.
  2. Curas y Vendajes Especializados:
    • Utilizar apósitos y vendajes diseñados para promover un entorno de curación adecuado.
  3. Colchones de Aire o Alternantes:
    • Considerar el uso de colchones de aire o colchones alternantes para reducir la presión en las áreas afectadas.
  4. Cambios de Posición Continuos:
    • Continuar con el cambio regular de posición para evitar la presión constante en las úlceras.
  5. Manejo de Infecciones:
    • Tratar las infecciones que puedan estar presentes en la úlcera.
  6. Cirugía:
    • En casos graves, puede ser necesario realizar cirugía para cerrar o reparar la úlcera.
  7. Rehabilitación:
    • Incorporar terapia física o ocupacional para mejorar la movilidad y prevenir la recurrencia.
  8. Manejo Multidisciplinario:
    • Coordinar el cuidado entre enfermeros, médicos, terapeutas y otros profesionales de la salud para un enfoque integral.

La prevención es clave, y la identificación temprana y el manejo adecuado son esenciales para evitar complicaciones. Los cuidadores y el personal de salud deben trabajar en colaboración para garantizar un cuidado óptimo y reducir el riesgo de úlceras por presión.

Intervenciones de Enfermería:

Las intervenciones de enfermería en úlceras por presión se centran en la prevención y el tratamiento de estas lesiones cutáneas. Es fundamental llevar a cabo un enfoque integral que incluya evaluación continua, medidas de prevención y cuidado directo de las úlceras existentes. Aquí hay algunas intervenciones de enfermería específicas:

Prevención:

  1. Evaluación de Riesgo:
    • Realizar una evaluación del riesgo para identificar a los pacientes con mayor probabilidad de desarrollar úlceras por presión.
  2. Cambio de Posición Regular:
    • Rotar la posición del paciente cada 2 horas, o según las necesidades individuales, para aliviar la presión en las áreas vulnerables.
  3. Superficies Especializadas:
    • Utilizar colchones y cojines especializados para redistribuir la presión y reducir la fricción.
  4. Buena Higiene Cutánea:
    • Mantener la piel limpia y seca.
    • Utilizar cremas o lociones según sea necesario para prevenir la sequedad.
  5. Control de la Humedad:
    • Gestionar la incontinencia con cambios regulares de pañales y ropa de cama para prevenir la humedad excesiva.
  6. Nutrición Adecuada:
    • Asegurar una ingesta adecuada de nutrientes para favorecer la salud de la piel.
  7. Educación del Paciente y Cuidadores:
    • Educar a los pacientes y a sus cuidadores sobre la importancia de la prevención y cómo reconocer los signos tempranos de úlceras por presión.

Cuidado Directo:

  1. Evaluación Continua:
    • Realizar evaluaciones regulares de la piel para identificar signos tempranos de úlceras por presión.
  2. Manejo del Dolor:
    • Evaluar y manejar el dolor asociado con las úlceras por presión para facilitar el cambio de posición y la movilidad.
  3. Curas Especializadas:
    • Utilizar apósitos y vendajes específicos para promover la cicatrización de las úlceras.
  4. Desbridamiento:
    • Desbridar el tejido necrótico o dañado para facilitar el proceso de curación.
  5. Manejo de Infecciones:
    • Tratar cualquier infección presente en la úlcera mediante el uso de antimicrobianos según las indicaciones médicas.
  6. Estimulación de la Circulación:
    • Fomentar la circulación sanguínea mediante masajes o técnicas de movilización adecuadas.
  7. Colaboración Multidisciplinaria:
    • Coordinar con otros profesionales de la salud, como terapeutas y especialistas en heridas, para un enfoque integral.
  8. Apoyo Emocional:
    • Proporcionar apoyo emocional al paciente, ya que las úlceras por presión pueden tener un impacto significativo en su bienestar psicológico.
  9. Rehabilitación:
    • Incorporar terapia física u ocupacional según sea necesario para mejorar la movilidad y prevenir la recurrencia.

Es fundamental abordar las úlceras por presión en sus etapas iniciales y aplicar estrategias efectivas de prevención para minimizar el riesgo de su desarrollo. La atención multidisciplinaria, que incluye la colaboración entre enfermeros, médicos y otros profesionales de la salud, es esencial para el manejo efectivo de las úlceras por presión.

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Autora


¡Hola! Mi nombre es Mavi, y soy la creadora y fundadora de esta plataforma dedicada a proporcionar apuntes de enfermería de alta calidad. Soy enfermera de profesión, con una pasión por la educación y el compartir conocimientos para el beneficio de la comunidad de enfermería. Cuento con una sólida formación académica en enfermería, habiendo obtenido mi título de enfermería en 2015. Tengo un máster en atención primaria, otro de oncología y un posgrado de neurología. A lo largo de mi carrera, he trabajado en diversas áreas de la enfermería, incluyendo oncología, unidad de ictus, hospitalización y sociosanitario. Mi experiencia práctica ha sido fundamental para comprender las necesidades de los estudiantes y profesionales de enfermería en su búsqueda de recursos educativos.