NIC 4180 Manejo de la hipovolemia

Definición NIC 4180 Manejo de la hipovolemia: Expansión del volumen de líquido intravascular en un paciente con hipovolemia.

Actividades NIC 4180 Manejo de la hipovolemia:

• Identificar al paciente con riesgo de hipoglucemia.
• Identificar los signos y síntomas de la hipoglucemia.
• Vigilar la glucemia, si está indicado.
• Monitorizar la presencia de signos y síntomas de hipoglucemia (temblores, diaforesis, nerviosismo, ansiedad, irritabilidad, impaciencia, taquicardia, palpitaciones, escalofríos, piel sudorosa, aturdimiento, palidez, hambre, náuseas, cefalea, fatiga, somnolencia, debilidad, calor, mareo, sensación de desmayo, visión borrosa, pesadillas, gritos durante el sueño, parestesias, dificultad de concentración, habla dificultosa, incoordinación, cambios de conducta, confusión, coma, crisis comiciales).
• Administrar hidratos de carbono simples, si está indicado.
• Proporcionar hidratos de carbono complejos y proteínas, si está indicado.
• Administrar glucagón, según corresponda.
• Contactar con los servicios médicos de urgencia, si es necesario.
• Administrar glucosa i.v., si está indicado.
• Mantener una vía i.v., según corresponda.
• Mantener la vía aérea permeable, si es el caso.
• Proteger contra lesiones, si es necesario.
• Revisar los sucesos anteriores a la hipoglucemia para determinar la posible causa.
• Proporcionar información sobre la conveniencia del autocontrol de la hipoglucemia.
• Enseñar al paciente y a la familia los signos y síntomas, factores de riesgo y tratamiento de la hipoglucemia.
• Aconsejar al paciente que disponga de hidratos de carbono simples en todo momento.
• Indicar al paciente que debe obtener y llevar identificación médica de emergencia adecuada.
• Instruir a los allegados en la utilización y administración de glucagón, si resulta oportuno.
• Instruir sobre las interacciones de la dieta, insulina/antidiabéticos orales y ejercicio.
• Ayudar al paciente en la toma de decisiones para evitar la hipoglucemia (reduciendo los insulina/antidiabéticos orales y/o aumentando la ingesta de alimentos si va a hacer ejercicio).
• Fomentar el autocontrol de la glucemia.
• Fomentar el contacto telefónico continuo con un equipo de atención al diabético para consultar los ajustes del régimen del tratamiento.
• Colaborar con el paciente y con el equipo de atención al diabético para realizar cambios en el régimen de insulina (inyecciones múltiples diarias), según esté indicado.
• Modificar los niveles deseables de glucemia para prevenir la hipoglucemia en ausencia de síntomas.
• Informar al paciente del aumento del riesgo de hipoglucemia con el tratamiento intensivo y la normalización de la glucemia.
• Enseñar al paciente los posibles cambios en los síntomas de la hipoglucemia con la terapia intensiva y la normalización de la glucemia.

• Pesar a diario al paciente a la misma hora (p. ej., después de orinar, antes del desayuno) y monitorizar las tendencias.
• Monitorizar el estado hemodinámico, incluyendo la frecuencia cardíaca, PA, PAM, PVC, PAP, PECP, GC e IC, según disponibilidad.
• Monitorizar los signos de deshidratación (p. ej., escasa turgencia cutánea, retraso del relleno capilar, pulso débil/filiforme, sed intensa, sequedad de mucosas y oliguria).
• Monitorizar la existencia de hipotensión ortostática y la aparición de mareo al ponerse de pie.
• Vigilar las fuentes de pérdida de líquido (p. ej., hemorragia, vómitos, diarrea, diaforesis, y taquipnea).

• Monitorizar las entradas y salidas.
• Monitorizar el sitio de inserción del dispositivo de acceso vascular en busca de infiltración, flebitis e infección, según corresponda.
• Monitorizar la presencia de datos laboratorio de hemorragia (p. ej., hemoglobina, hematocrito, pruebas de sangre oculta en heces), si están disponibles.
• Monitorizar la presencia de datos de laboratorio de hemoconcentración (p. ej., sodio, BUN, gravedad específica de la orina), si están disponibles.
• Monitorizar la presencia de datos de laboratorio y clínicos de insuficiencia renal aguda inminente (p. ej., aumento del BUN y creatinina, disminución del FG, mioglobinemia y oliguria).

•Fomentar la ingesta de líquidos por vía oral (es decir, distribuir los líquidos durante 24 horas y administrar líquidos con las comidas), salvo contraindicación.
•Ofrecer al paciente una bebida de su elección cada 1-2 horas mientras está despierto, salvo contraindicación.
•Mantener un acceso i.v. permeable.
•Calcular las necesidades de líquidos en función de la superficie corporal y del tamaño de las quemaduras, según corresponda.
•Administrar soluciones isotónicas i.v. prescritas (p. ej., suero salino fisiológico o solución de Ringer lactato) para la rehidratación extracelular a un flujo apropiado, según corresponda.
•Administrar soluciones hipotónicas i.v. prescritas (p. ej., suero glucosado al 5% o suero salino al 0,45%) para la rehidratación intracelular a un flujo apropiado, según corresponda.
•Administrar un bolo i.v. prescrito de líquido isotónico a un flujo apropiado para mantener la integridad hemodinámica.
•Administrar las suspensiones de coloides prescritas (hetalmidón, albúmina o fracción proteica plasmática) para la reposición del volumen intravascular, según corresponda.
•Administrar los hemoderivados prescritos para aumentar la presión oncótica plasmática y reponer la volemia, según corresponda.
•Monitorizar la presencia de datos de reacción transfusional, según corresponda.
•Instituir la autotransfusión de la pérdida de sangre, si es adecuado.
•Monitorizar la presencia de datos de hipervolemia y de edema pulmonar durante la rehidratación i.v.
•Administrar líquidos i.v. a temperatura ambiente.
•Usar una bomba i.v. para mantener un flujo constante de infusión intravenosa.
•Monitorizar la integridad cutánea en pacientes inmóviles con piel seca.
•Promover la integridad de la piel (evitar la fricción y la humedad excesiva y proporcionar una nutrición adecuada) en pacientes inmóviles con sequedad cutánea, según corresponda.
•Ayudar al paciente con la deambulación en caso de hipotensión postural.
•Instruir al paciente para que evite los cambios bruscos de posición, sobre todo del decúbito supino a la sedestación o la bipedestación.
•Colocar al paciente en la posición de Trendelenburg modificada (p. ej., piernas elevadas por encima del nivel del corazón, con el resto del cuerpo en decúbito supino) en pacientes hipotensos
para optimizar la perfusión cerebral mientras se minimiza la demanda miocárdica de oxígeno.

•Monitorizar la cavidad oral para detectar la sequedad y/o grietas en la mucosa.
•Administrar líquidos orales (o humedecer la boca con gasas) con frecuencia para mantener la integridad de la mucosa oral, salvo contraindicaciones.
•Facilitar la higiene oral (p. ej., cepillado de los dientes con crema dental, colutorio no alcohólico) dos veces al día.
•Colocar al paciente de modo que se favorezca la perfusión periférica.
•Administrar con precaución los vasodilatadores prescritos (nitroglicerina, nitroprusiato y calcioantagonistas) al calentar al paciente en el postoperatorio inmediato, según corresponda.
•Administrar el péptido natriurético auricular (ANP) para evitar la lesión renal aguda, según corresponda.
•Instruir al paciente y/o a la familia sobre el uso del registro de entradas y salidas.
•Instruir al paciente y/o a la familia sobre las medidas tomadas para tratar la hipovolemia

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