NIC 3316 Irrigación nasal

Definición NIC 3316 Irrigación nasal: Mejorar la función de la mucosa nasal mediante el lavado con suero salino.

La NIC (Clasificación de Intervenciones de Enfermería) 3316 “Irrigación nasal” se refiere al proceso de administrar solución salina u otros líquidos en las fosas nasales para limpiar, humedecer o despejar las vías respiratorias superiores. Esta intervención es comúnmente utilizada para tratar la congestión nasal, eliminar secreciones, aliviar la sequedad nasal y mejorar la respiración.

Algunas actividades específicas relacionadas con la irrigación nasal incluyen:

  1. Preparar el equipo necesario, que puede incluir una jeringa, una botella de irrigación nasal, solución salina estéril u otros líquidos prescritos por el médico.
  2. Explicar el procedimiento al paciente y obtener su consentimiento informado.
  3. Posicionar al paciente de manera cómoda y con la cabeza inclinada hacia adelante sobre un fregadero o recipiente para recoger el líquido.
  4. Administrar suavemente la solución salina o líquido prescrito en una fosa nasal mientras se obstruye la otra fosa nasal para evitar el reflujo.
  5. Permitir que la solución fluya a través de la cavidad nasal y salga por la otra fosa nasal o la boca.
  6. Repetir el proceso en la otra fosa nasal si es necesario.
  7. Ayudar al paciente a limpiar cualquier exceso de líquido y desechar los materiales utilizados de manera adecuada.
  8. Proporcionar educación al paciente sobre la técnica adecuada de irrigación nasal, incluyendo la frecuencia y la cantidad de solución a utilizar, y los signos de complicaciones que deben ser reportados al personal de atención médica.

La irrigación nasal es una intervención segura y efectiva que puede mejorar la comodidad del paciente y facilitar la respiración adecuada. Es importante que los profesionales de enfermería estén familiarizados con las técnicas apropiadas de irrigación nasal y proporcionen educación adecuada al paciente para garantizar la seguridad y eficacia de este procedimiento.

Actividades

•Considerar las contraindicaciones antes del procedimiento (p. ej., pacientes con traumatismos faciales aún no curados y pacientes con problemas neurológicos o musculoesqueléticos que aumenten el riesgo de aspiración).
•Preparar la solución de irrigación utilizando sobres preelaborados o ingredientes domésticos.
•Mezclar una cucharadita de sal y media cucharadita de bicarbonato sódico con medio litro de agua potable tibia, ajustando la salinidad y la temperatura de la solución según las directrices del centro o las preferencias del paciente, si es preciso.
•Utilizar sal que no contenga yodo, agentes antiaglutinantes ni conservantes para evitar la irritación de la mucosa nasal (es decir, usar sal kosher, enlatada o pura).
•Introducir la solución con un dispositivo de baja presión positiva (p. ej., jeringa pera o frasco de aerosol) o que utilice la presión de la gravedad (p. ej., rinocornio, u otro producto de lavado nasal
con suero salino comercializado)

•Colocar al paciente sobre una pila o lavabo con la cabeza inclinada hacia abajo y rotada de modo que una narina quede más alta que la otra.
•Insertar suavemente la punta del aplicador o boquilla en el orificio nasal más elevado hasta que se ajuste herméticamente y sin molestias, evitando presionar la punta o boquilla sobre el tabique
nasal.
•Instilar alrededor de la mitad de la solución preparada en el orificio nasal.
•Indicar al paciente que respire normalmente por la boca.
•Controlar la salida de líquido por el orificio nasal inferior (cantidad, color y consistencia).
•Repetir el procedimiento con el otro orificio nasal.
•Ajustar la posición de la cabeza según sea preciso para evitar que la solución drene hacia atrás de la faringe o a los oídos.
•Indicar al paciente que se suene la nariz con suavidad.
•Irrigar las fosas nasales 1-3 veces al día o según se haya prescrito.
•Limpiar el dispositivo de irrigación después de cada uso.
•Preparar una solución nueva a diario.
•Interrumpir el procedimiento si el paciente presenta dolor, epistaxis u otros problemas.
•Enseñar al paciente las técnicas de autoirrigación

•Administrar medicaciones nasales, si es preciso.
• Remitir a un profesional sanitario.

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