La sepsis en pediatría es una respuesta inflamatoria sistémica grave del cuerpo a una infección que puede llevar a una disfunción orgánica y, en casos extremos, al fallo de múltiples órganos. La sepsis pediátrica puede ser potencialmente mortal y requiere una atención médica urgente. Aquí hay información clave sobre la sepsis en pediatría:
Causas comunes:
- Infecciones bacterianas:
- Neumonía.
- Infecciones del tracto urinario.
- Meningitis.
- Sepsis neonatal.
- Infecciones virales graves:
- Infecciones por el virus de la influenza.
- Infecciones por el virus del herpes.
- Infecciones por el virus respiratorio sincitial (VRS).
- Infecciones parasitarias o fúngicas graves.
Síntomas:
Los síntomas de sepsis en niños pueden incluir:
- Fiebre o hipotermia (temperatura corporal baja).
- Frecuencia cardíaca rápida.
- Frecuencia respiratoria rápida.
- Letargo o irritabilidad extrema.
- Dificultad para alimentarse en bebés.
- Cambios en el estado mental o confusión.
- Piel pálida o marmórea.
- Problemas para respirar.
- Presión arterial baja.
- Signos de fallo orgánico (por ejemplo, insuficiencia renal o hepática).
Diagnóstico:
El diagnóstico de sepsis en pediatría se basa en la evaluación clínica y en pruebas de laboratorio. Algunas pruebas que pueden realizarse incluyen:
- Análisis de sangre: Para detectar signos de infección y evaluar la función orgánica.
- Cultivos de sangre y otros fluidos: Para identificar el tipo de germen que causa la infección.
- Pruebas de imagen: Como radiografías o ecografías, según sea necesario.
Tratamiento:
El tratamiento de la sepsis en pediatría es una emergencia médica y generalmente implica:
- Antibióticos y/o antivirales: Administrados lo más pronto posible para tratar la infección subyacente.
- Terapia de soporte: Incluyendo soporte respiratorio, manejo de líquidos y, en casos graves, cuidados intensivos.
- Medicamentos para mantener la presión arterial.
- Tratamiento de cualquier complicación.
Prevención:
La prevención de la sepsis en pediatría implica la vacunación contra enfermedades prevenibles, la buena higiene y la atención médica oportuna para las infecciones. También es crucial que los padres estén alerta a los signos y síntomas de infección y busquen atención médica temprana.
La sepsis en pediatría es una emergencia médica seria y requiere intervención inmediata.
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