Fisiopatología de la sepsis

La sepsis es una respuesta extrema y potencialmente mortal del cuerpo a una infección. Ocurre cuando el cuerpo responde de manera abrumadora a una infección, liberando sustancias químicas en el torrente sanguíneo que desencadenan una cascada de cambios en todo el cuerpo. Estos cambios pueden llevar a una serie de complicaciones graves y daño en los órganos.

La sepsis puede surgir a partir de infecciones en cualquier parte del cuerpo, como los pulmones (neumonía), el abdomen, el tracto urinario o incluso la piel. Las infecciones bacterianas son la causa más común de sepsis, pero también puede ser causada por infecciones virales, fúngicas o parasitarias.

Causas de sepsis

La causa más común de sepsis son las infecciones bacterianas, pero también puede ser desencadenada por infecciones virales, fúngicas o parasitarias. Las infecciones pueden surgir en diversas partes del cuerpo, y si no se tratan adecuadamente, pueden llevar a la sepsis.

Infecciones Respiratorias: Neumonía o bronquitis grave pueden llevar a sepsis.

Infecciones del Tracto Urinario (ITU): Infecciones en la vejiga, riñones u otras partes del sistema urinario.

Infecciones Abdominales: Apendicitis, peritonitis u otras infecciones intraabdominales.

Infecciones Cutáneas o de Tejidos Blandos: Celulitis o infecciones en la piel.

Infecciones del Tracto Gastrointestinal: Infecciones intestinales severas.

Infecciones del Sistema Nervioso Central: Meningitis u otras infecciones del sistema nervioso central.

Infecciones del Torrente Sanguíneo (Bacteriemia): La presencia de bacterias en el torrente sanguíneo puede llevar rápidamente a sepsis.

Infecciones Postoperatorias: Después de cirugías, especialmente si hay una infección en el sitio quirúrgico.

Infecciones en Personas con Sistemas Inmunológicos Comprometidos: Personas con sistemas inmunológicos debilitados debido a enfermedades crónicas, tratamientos de cáncer, o medicamentos inmunosupresores tienen un mayor riesgo.

Infecciones en Personas con Dispositivos Médicos: La presencia de catéteres, tubos o dispositivos médicos puede aumentar el riesgo de infecciones que conducen a sepsis.

Factores de Riesgo de sepsis:

Inmunosupresión: Personas con sistemas inmunológicos debilitados debido a condiciones médicas como el VIH/SIDA, cáncer, diabetes no controlada, tratamiento con esteroides, o aquellos que toman medicamentos inmunosupresores después de un trasplante de órganos, están en mayor riesgo de desarrollar sepsis.

Edad avanzada: Los bebés prematuros y los adultos mayores tienen un riesgo más alto de desarrollar sepsis debido a sistemas inmunológicos menos desarrollados o debilitados.

Presencia de infecciones crónicas: Las personas con infecciones crónicas como infecciones del tracto urinario, infecciones del tracto respiratorio, infecciones de la piel o heridas infectadas tienen un mayor riesgo de desarrollar sepsis, especialmente si estas infecciones no se tratan adecuadamente.

Hospitalización reciente: Las personas que han estado hospitalizadas recientemente, especialmente en unidades de cuidados intensivos o que han tenido procedimientos invasivos, tienen un mayor riesgo de contraer infecciones hospitalarias que pueden llevar a la sepsis.

Traumatismos o heridas graves: Las lesiones traumáticas o heridas graves, como quemaduras extensas, fracturas óseas abiertas o lesiones penetrantes, aumentan el riesgo de infección y sepsis.

Catéteres y dispositivos médicos: El uso prolongado de catéteres urinarios, intravenosos u otros dispositivos médicos puede aumentar el riesgo de infecciones que pueden progresar a sepsis.

Abuso de alcohol o drogas intravenosas: El abuso crónico de alcohol o el uso de drogas intravenosas pueden debilitar el sistema inmunológico y aumentar el riesgo de infecciones que pueden conducir a la sepsis.

Historial de sepsis previa: Las personas que la han padecido previamente tienen un mayor riesgo de desarrollarla nuevamente en el futuro.

Es importante tener en cuenta que aunque estos factores pueden aumentar el riesgo pero no garantizan que alguien desarrollará la enfermedad.

Fisiopatología de la sepsis

La fisiopatología de la sepsis es compleja y está caracterizada por una respuesta inflamatoria y una activación sistémica del sistema inmunológico en respuesta a una infección. Aunque el sistema inmunológico normalmente actúa para combatir las infecciones, en la sepsis esta respuesta se vuelve desregulada y puede causar daño en los tejidos y órganos.

  • Infección Inicial: La sepsis generalmente comienza con una infección localizada en algún lugar del cuerpo, como los pulmones, el abdomen, el tracto urinario o la piel. La infección puede ser causada por bacterias, virus, hongos o parásitos.
  • Respuesta Inflamatoria: Cuando el sistema inmunológico detecta la presencia de patógenos, libera sustancias químicas inflamatorias como citocinas y quimiocinas. Estas sustancias tienen la función de reclutar células del sistema inmunológico al sitio de la infección.
  • Respuesta Sistémica Desregulada: En la sepsis, la respuesta inflamatoria se vuelve desregulada. En lugar de limitarse al sitio de la infección, las sustancias inflamatorias se liberan en el torrente sanguíneo, llevando la inflamación a todo el cuerpo.
  • Disfunción Endotelial: Las células endoteliales que recubren los vasos sanguíneos pueden resultar dañadas, llevando a una disfunción endotelial. Esto contribuye a la permeabilidad vascular aumentada, lo que permite que el líquido escape de los vasos sanguíneos y se acumule en los tejidos.
  • Coagulación y Microtrombos: La sepsis puede llevar a una activación excesiva del sistema de coagulación, resultando en la formación de microtrombos en los vasos sanguíneos. Esto puede contribuir a la obstrucción del flujo sanguíneo y daño tisular.
  • Disfunción de Órganos: La inflamación sistémica y la disfunción endotelial pueden llevar a la disfunción de múltiples órganos, como los pulmones, el corazón, los riñones y el hígado. La falta de oxígeno y la acumulación de productos de desecho pueden causar daño celular.
  • Shock Séptico: En casos graves, la sepsis puede progresar a shock séptico, una condición caracterizada por una presión arterial peligrosamente baja y una disminución de la perfusión de órganos vitales.

Signos y síntomas

La sepsis puede presentar una variedad de síntomas que pueden evolucionar rápidamente y volverse graves. Es importante reconocer los signos y síntomas y buscar atención médica de inmediato, ya que la sepsis es una emergencia médica. Los síntomas de sepsis pueden incluir:

  • Fiebre o Hipotermia: La sepsis puede causar fiebre alta o, en algunos casos, hipotermia (temperatura corporal baja).
  • Frecuencia Cardíaca Acelerada (Taquicardia): El corazón puede latir más rápido de lo normal como respuesta a la respuesta inflamatoria.
  • Frecuencia Respiratoria Acelerada (Taquipnea): La respiración puede aumentar en respuesta a la falta de oxígeno en el cuerpo.
  • Confusión o Cambios en el Estado Mental: Puede haber confusión, agitación o cambios en el estado de conciencia.
  • Presión Arterial Baja (Hipotensión): La sepsis puede llevar al shock séptico, caracterizado por una presión arterial peligrosamente baja.
  • Dificultad para Respirar o Respiración Rápida: La falta de oxígeno en el cuerpo puede causar dificultad para respirar o una frecuencia respiratoria rápida.
  • Dolor Muscular: Dolores musculares y debilidad generalizada pueden estar presentes.
  • Dolor Abdominal: En el caso de infecciones abdominales, puede haber dolor abdominal intenso.
  • Piel Pálida o Manchas Rojas: La piel puede volverse pálida o desarrollar manchas rojas, y en casos graves, puede haber signos de gangrena.
  • Oliguria o Anuria: Disminución de la producción de orina (oliguria) o ausencia total de producción de orina (anuria).
  • Inquietud o Malestar Severo: Malestar generalizado y sensación de gravedad.
  • Hiperglucemia: Aumento de los niveles de glucosa en sangre.

Tratamiento de la sepsis

El tratamiento de la sepsis es una emergencia médica y debe comenzar lo más pronto posible. El objetivo principal del tratamiento es controlar la infección subyacente, estabilizar la presión arterial, proporcionar soporte respiratorio y tratar las complicaciones asociadas.

  • Antibióticos: Se administran antibióticos de amplio espectro tan pronto como se sospecha sepsis para abordar la infección. Una vez que se identifica la causa específica de la infección, se pueden ajustar los antibióticos según sea necesario.
  • Fluidos Intravenosos: Se administra líquido intravenoso para mantener la presión arterial y prevenir la deshidratación. Esta medida ayuda a restaurar el volumen sanguíneo y mejorar la perfusión de los órganos.
  • Soporte Hemodinámico: En casos de shock séptico, puede ser necesario el uso de medicamentos para mantener la presión arterial y mejorar la función cardíaca.
  • Soporte Respiratorio: En casos de insuficiencia respiratoria, se puede proporcionar oxígeno suplementario o soporte respiratorio con ventilación mecánica.
  • Control de la Temperatura: Se puede utilizar manejo de la temperatura para controlar la fiebre o hipotermia, dependiendo de la presentación clínica del paciente.
  • Monitoreo Continuo: Se realiza un monitoreo continuo de los signos vitales, la función cardíaca y respiratoria, y la función renal para ajustar el tratamiento según sea necesario.
  • Tratamiento de Complicaciones: Se abordan y tratan las complicaciones específicas asociadas con la sepsis, como problemas de coagulación, insuficiencia renal, disfunción hepática, etc.
  • Apoyo Nutricional: En algunos casos, se puede administrar nutrición intravenosa para mantener el aporte nutricional adecuado.

El tratamiento a menudo se realiza en unidades de cuidados intensivos (UCI) donde los pacientes pueden recibir una atención especializada y monitoreo constante. Es crucial abordar la sepsis de manera rápida y agresiva, ya que el retraso en el tratamiento puede aumentar el riesgo de complicaciones y empeorar el pronóstico.

Contenido relacionado

¿Te ha gustado? ¡Compártelo!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Autora


¡Hola! Mi nombre es Mavi, y soy la creadora y fundadora de esta plataforma dedicada a proporcionar apuntes de enfermería de alta calidad. Soy enfermera de profesión, con una pasión por la educación y el compartir conocimientos para el beneficio de la comunidad de enfermería. Cuento con una sólida formación académica en enfermería, habiendo obtenido mi título de enfermería en 2015. Tengo un máster en atención primaria, otro de oncología y un posgrado de neurología. A lo largo de mi carrera, he trabajado en diversas áreas de la enfermería, incluyendo oncología, unidad de ictus, hospitalización y sociosanitario. Mi experiencia práctica ha sido fundamental para comprender las necesidades de los estudiantes y profesionales de enfermería en su búsqueda de recursos educativos.