La tomografía de coherencia óptica (OCT por sus siglas en inglés) es una técnica de imagen médica no invasiva utilizada para obtener imágenes de alta resolución de tejidos biológicos, especialmente estructuras oculares como la retina y el nervio óptico. La OCT utiliza luz infrarroja para crear imágenes tridimensionales de alta resolución de tejidos transparentes, lo que permite a los médicos visualizar y evaluar la estructura de diferentes capas de tejido con gran detalle.
El principio básico de la OCT se basa en la medición de la interferencia de la luz reflejada desde los tejidos biológicos. Un haz de luz infrarroja se dirige hacia el tejido objetivo, y la luz reflejada desde diferentes profundidades dentro del tejido se compara con una referencia de luz de referencia. La diferencia de fase entre las dos luces se utiliza para reconstruir una imagen tridimensional de la estructura del tejido con alta resolución axial y lateral.
La OCT se utiliza comúnmente en oftalmología para diagnosticar y monitorear una variedad de condiciones oculares, como el glaucoma, la degeneración macular relacionada con la edad (DMAE), el edema macular, el desprendimiento de retina y la retinopatía diabética. También se utiliza en otras especialidades médicas, como dermatología, cardiología y gastroenterología, para evaluar estructuras superficiales y tejidos internos.
Algunas de las ventajas de la OCT incluyen su capacidad para obtener imágenes de alta resolución sin la necesidad de contacto físico con el paciente, su capacidad para proporcionar imágenes en tiempo real durante los procedimientos médicos y su capacidad para evaluar estructuras internas con gran detalle. Sin embargo, la OCT tiene limitaciones en términos de profundidad de penetración en tejidos densos y opacos, y no puede proporcionar información funcional sobre los tejidos evaluados.