¿En que consiste una audiometría?

La audiometría es una prueba utilizada para evaluar la audición de una persona. Se realiza en un ambiente controlado, típicamente en un consultorio audiológico o en un centro especializado en pruebas auditivas. La audiometría puede llevarse a cabo en personas de todas las edades, desde bebés hasta adultos mayores, y se utiliza para detectar posibles problemas de audición, determinar el grado de pérdida auditiva y establecer un plan de tratamiento adecuado.

Indicaciones audiometría

Las indicaciones para realizar una audiometría pueden variar según las necesidades específicas de cada individuo y las circunstancias clínicas. Sin embargo, algunas situaciones comunes en las que se recomienda realizar una audiometría incluyen:

  • Evaluación de la audición: Si una persona experimenta dificultades para escuchar o entender el habla, o si hay sospecha de pérdida auditiva debido a síntomas como zumbidos en los oídos (tinnitus), es recomendable realizar una audiometría para evaluar la audición y determinar si existe algún problema auditivo.
  • Seguimiento de la audición en niños: Se recomienda realizar audiometrías periódicas en niños para detectar y monitorizar posibles problemas de audición, especialmente en aquellos con factores de riesgo conocidos, como antecedentes familiares de pérdida auditiva, infecciones del oído frecuentes, retraso en el desarrollo del habla o condiciones médicas que pueden afectar la audición.
  • Evaluación de la audición en adultos mayores: La audiometría es útil para detectar y evaluar la pérdida auditiva relacionada con el envejecimiento (presbiacusia) en adultos mayores, lo que puede afectar su calidad de vida y comunicación.
  • Exámenes de detección audiológica en el trabajo o en la escuela: En entornos laborales ruidosos o en escuelas, se pueden realizar audiometrías como parte de programas de prevención de la pérdida auditiva para identificar y monitorear posibles problemas auditivos relacionados con la exposición al ruido.
  • Evaluación preoperatoria: Antes de someterse a ciertos procedimientos médicos o quirúrgicos que puedan afectar la audición, como cirugía de oído, se puede realizar una audiometría como parte de la evaluación preoperatoria para establecer un punto de referencia de la audición antes del procedimiento.
  • Seguimiento de la pérdida auditiva conocida: Para personas con pérdida auditiva diagnosticada, se pueden realizar audiometrías periódicas para monitorizar la progresión de la pérdida auditiva y ajustar el tratamiento o la amplificación auditiva según sea necesario.

Tipos de audiometría

Existen varios tipos de audiometrías que se utilizan para evaluar diferentes aspectos de la audición y del sistema auditivo. Algunos de los tipos más comunes de audiometría incluyen:

  • Audiometría tonal convencional: Este es el tipo más común de audiometría. En esta prueba, se utilizan tonos puros de diferentes frecuencias y niveles de volumen para evaluar la capacidad auditiva del individuo. El paciente responde indicando cuando escucha los tonos, ya sea presionando un botón, levantando la mano o realizando algún otro gesto acordado.
  • Audiometría vocal: Esta prueba se utiliza para evaluar la habilidad del paciente para entender y discriminar el habla. Se presentan palabras habladas a diferentes niveles de volumen y el paciente debe repetirlas o identificarlas correctamente. La audiometría vocal es útil para evaluar la capacidad del paciente para comunicarse en situaciones de la vida diaria.
  • Audiometría de alta frecuencia: En esta prueba se utilizan tonos puros de frecuencias más altas de lo habitual (por encima de 8000 Hz) para evaluar la audición en rangos de alta frecuencia. Esta prueba es especialmente útil para detectar daños en el oído interno tempranos, como los causados por la exposición al ruido.
  • Audiometría infantil: Se utilizan técnicas especiales para evaluar la audición en bebés y niños pequeños que no pueden responder a los tonos o al habla de la misma manera que los adultos. Algunas de estas técnicas incluyen la otoemisiones acústicas, que miden el sonido emitido por el oído interno en respuesta a un estímulo auditivo, y los potenciales evocados auditivos, que registran la actividad eléctrica del cerebro en respuesta a un estímulo auditivo.
  • Audiometría de diagnóstico: Este tipo de audiometría se realiza para obtener información más detallada sobre la naturaleza y la causa de la pérdida auditiva. Puede incluir pruebas adicionales, como la impedanciometría (timpanometría), que evalúa la función del oído medio, y pruebas de discriminación del habla, que evalúan la capacidad del paciente para entender el habla en diferentes situaciones auditivas.

Procedimiento

El procedimiento para realizar una audiometría puede variar según el tipo específico de prueba y las circunstancias individuales del paciente. Sin embargo, aquí se presenta un procedimiento general que se sigue en la mayoría de los casos:

  • Preparación del paciente: Antes de comenzar la prueba, el profesional de la salud auditiva explicará el procedimiento al paciente y responderá cualquier pregunta que pueda tener. Es importante que el paciente comprenda lo que se espera durante la prueba y se sienta cómodo y relajado.
  • Historia clínica y evaluación inicial: El profesional de la salud auditiva puede realizar una breve historia clínica para recopilar información relevante sobre la salud auditiva del paciente, incluyendo antecedentes médicos, exposición a ruido, síntomas de pérdida auditiva, medicaciones actuales y cualquier otro factor que pueda afectar la audición.
  • Examen físico del oído: Antes de realizar la prueba auditiva, el profesional de la salud auditiva puede realizar un examen físico del oído para verificar la salud general del oído externo y detectar cualquier anomalía física que pueda afectar los resultados de la prueba.
  • Audiometría tonal convencional: En una audiometría tonal convencional, el paciente se coloca en una cabina insonorizada y se le proporcionan unos auriculares. Se presentan tonos puros de diferentes frecuencias y niveles de volumen en cada oído y el paciente indica cada vez que escucha un tono, ya sea presionando un botón, levantando la mano o realizando algún otro gesto acordado.
  • Audiometría vocal: Si se realiza una audiometría vocal, se presentan palabras habladas a diferentes niveles de volumen y el paciente debe repetirlas o identificarlas correctamente. Esta prueba evalúa la capacidad del paciente para entender y discriminar el habla en diferentes situaciones auditivas.
  • Interpretación de resultados: Una vez completada la prueba, el profesional de la salud auditiva interpretará los resultados y discutirá los hallazgos con el paciente. Se puede proporcionar información sobre el grado y el tipo de pérdida auditiva, así como recomendaciones para el tratamiento o la rehabilitación auditiva según sea necesario.
  • Seguimiento y plan de tratamiento: En algunos casos, puede ser necesario realizar pruebas adicionales o referir al paciente a otros profesionales de la salud para un diagnóstico y tratamiento más específico. Se puede establecer un plan de tratamiento o seguimiento según sea necesario para abordar cualquier problema auditivo identificado durante la prueba.

Es importante destacar que el procedimiento exacto puede variar según la práctica clínica y las necesidades individuales del paciente.

Los resultados de la audiometría se representan en un gráfico llamado audiograma, que muestra la capacidad auditiva del individuo en cada oído en función de la frecuencia y el nivel de volumen. Esta información es fundamental para determinar si existe alguna pérdida auditiva y, en caso afirmativo, su grado y tipo.

Además de la audiometría tonal, existen otras pruebas complementarias que pueden realizarse, como la impedanciometría (también conocida como timpanometría), que evalúa la función del sistema auditivo medio, y pruebas específicas para evaluar la audición en bebés y niños pequeños, como la otoemisiones acústicas y los potenciales evocados auditivos.

Es importante destacar que la audiometría debe ser realizada por un profesional especializado en audición, como un audiólogo, quien interpretará los resultados y determinará si es necesaria alguna intervención o tratamiento adicional. Si una persona experimenta problemas de audición o tiene preocupaciones sobre su capacidad auditiva, se recomienda consultar a un profesional de la salud para una evaluación adecuada.

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