NIC 6865 Inducción al parto

Definición NIC 6865 Inducción al parto: Iniciación o progresión del proceso de parto mediante métodos mecánicos o farmacológicos.

La NIC (Clasificación de Intervenciones de Enfermería) 6865 “Inducción al parto” se refiere al conjunto de acciones que se realizan para iniciar o acelerar el trabajo de parto en mujeres embarazadas que no han comenzado naturalmente. La inducción al parto puede ser necesaria por diversas razones, como la prolongación del embarazo, la rotura prematura de membranas, la hipertensión gestacional, entre otras indicaciones médicas.

Algunas intervenciones que pueden formar parte de la inducción al parto incluyen:

  1. Administración de medicamentos, como prostaglandinas o oxitocina, para estimular las contracciones uterinas.
  2. Ruptura artificial de membranas para liberar el líquido amniótico y promover el inicio del trabajo de parto.
  3. Monitoreo continuo de los signos vitales de la madre y del feto para detectar cualquier complicación.
  4. Proporcionar apoyo emocional y educación sobre el proceso de inducción al parto a la mujer y su familia.
  5. Posicionamiento y movilización de la mujer para promover el progreso del trabajo de parto.
  6. Evaluación regular del cuello uterino y el progreso del trabajo de parto.
  7. Administración de analgesia o anestesia según las necesidades y preferencias de la mujer.
  8. Coordinación con el equipo médico para realizar evaluaciones periódicas y tomar decisiones sobre la continuidad o modificación del plan de inducción al parto.

Es importante que la inducción al parto se realice de manera segura y eficaz, teniendo en cuenta las necesidades y preferencias individuales de la mujer embarazada, así como las indicaciones médicas pertinentes. Los profesionales de enfermería desempeñan un papel crucial en la planificación, implementación y evaluación de la inducción al parto, así como en el apoyo continuo a la mujer y su familia durante todo el proceso.

Actividades

• Determinar la indicación médica y/u obstétrica para la inducción.
• Revisar el historial obstétrico para obtener información que pueda influir sobre la inducción, tal como la edad gestacional y la duración de partos previos y contraindicaciones como placenta previa completa, incisión uterina clásica y deformidades estructurales de la pelvis.
• Monitorizar tanto los signos vitales maternos como los fetales antes de la inducción.
• Realizar o ayudar en la aplicación de agentes mecánicos o farmacológicos (laminaria y gel de prostaglandina) a intervalos adecuados, si es necesario, para mejorar la preparación del cuello
uterino.
• Observar si hay efectos secundarios derivados de los procedimientos utilizados para la preparación del cuello.
• Volver a evaluar el estado cervical y verificar la presentación antes de iniciar otras medidas de inducción.
• Realizar o ayudar con la amniotomía, si la dilatación cervical es adecuada y el vértice está bien colocado.
• Determinar la frecuencia cardíaca fetal mediante auscultación o monitorización fetal electrónica postamniotomía y según protocolo.
• Fomentar la deambulación, si no hay contraindicaciones para la madre ni para el feto.
• Observar si hay cambios en la actividad uterina.
• Iniciar medicación i.v. (oxitocina) para estimular la actividad uterina, si es necesario, según prescripción médica.
• Vigilar estrechamente el progreso del parto, estando alerta por si hubiera señales anormales.

•Evitar la hiperestimulación uterina debida a la perfusión de oxitocina para conseguir una frecuencia, duración y relajación de contracciones adecuadas.
•Observar si hay signos de insuficiencia uteroplacentaria (desaceleraciones tardías) durante el proceso de inducción.
•Disminuir o aumentar la estimulación uterina (oxitocina), si es necesario, hasta la inminencia del parto.

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