Rotura prematura de membranas: causas, síntomas y tratamiento

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La rotura prematura de membranas (RPM) se refiere a la ruptura de las membranas que rodean al feto (llamadas bolsa amniótica) antes de que comience el trabajo de parto. Esta ruptura puede ocurrir antes de las 37 semanas de gestación, lo que se considera una rotura prematura de membranas pre-término. Cuando ocurre después de las 37 semanas, se conoce como rotura prematura de membranas a término.

Causas de rotura prematura de membranas

La rotura prematura de membranas (RPM) puede tener diversas causas, y a menudo, la ruptura ocurre espontáneamente sin una causa evidente. Algunas de las posibles causas de la RPM incluyen:

  1. Infecciones:
    • Infecciones en el tracto genital, como la infección del líquido amniótico (corioamnionitis), pueden debilitar las membranas y aumentar el riesgo de ruptura prematura.
  2. Traumatismos o Lesiones:
    • Lesiones en el área abdominal, ya sea debido a un accidente o trauma, pueden contribuir a la rotura prematura de membranas.
  3. Polihidramnios:
    • El polihidramnios, que es un exceso de líquido amniótico, puede ejercer presión adicional sobre las membranas, aumentando el riesgo de ruptura.
  4. Embarazos Múltiples:
    • La presión adicional en el útero asociada con embarazos gemelares o múltiples puede aumentar el riesgo de RPM.
  5. Edad Materna Avanzada:
    • Las mujeres mayores pueden tener un mayor riesgo de RPM.
  6. Factores del Estilo de Vida:
    • El tabaquismo y el consumo de drogas, especialmente la cocaína, se han asociado con un mayor riesgo de ruptura prematura de membranas.
  7. Historial de RPM Anterior:
    • Las mujeres que han experimentado RPM en un embarazo anterior pueden tener un riesgo aumentado en embarazos subsiguientes.
  8. Anomalías Uterinas:
    • Anomalías en la forma del útero pueden aumentar la presión en ciertas áreas y aumentar el riesgo de ruptura prematura.

Signos y síntomas

La rotura prematura de membranas (RPM) puede presentar varios síntomas, siendo el más característico la pérdida de líquido amniótico a través de la vagina. Los síntomas comunes de la RPM incluyen:

  1. Pérdida de Líquido Amniótico:
    • La señal más evidente de la RPM es la pérdida de líquido amniótico. Puede manifestarse como un goteo constante, un chorro repentino o una sensación continua de mojado en la ropa interior. La pérdida de líquido amniótico a menudo se percibe como un líquido claro y sin olor.
  2. Sensación de Humedad o Mojado:
    • Las mujeres que experimentan RPM pueden notar una sensación persistente de humedad o mojado en la ropa interior.
  3. Contracciones Uterinas:
    • La RPM a menudo va acompañada de contracciones uterinas, que pueden ser un signo de inicio del trabajo de parto.
  4. Dolor Abdominal o Pélvico:
    • Algunas mujeres pueden experimentar molestias o dolor abdominal o pélvico después de la rotura prematura de membranas.

Diagnóstico

El diagnóstico de la rotura prematura de membranas (RPM) se basa en una combinación de la evaluación clínica, la historia médica de la paciente y, en algunos casos, pruebas específicas. Aquí se describen los enfoques comunes para el diagnóstico de la RPM:

  1. Historia Clínica:
    • El médico recopilará información detallada sobre los síntomas de la paciente, incluyendo la descripción de la pérdida de líquido amniótico, la duración de los síntomas y cualquier otra molestia asociada.
  2. Examen Físico:
    • Se realizará un examen físico para evaluar la posible pérdida de líquido amniótico y verificar otros signos relacionados con el embarazo, como la posición del feto y la presencia de contracciones uterinas.
  3. Prueba de Nitrazina:
    • Se puede realizar una prueba de nitrazina, que consiste en colocar una muestra de líquido vaginal en una tira de papel impregnada con nitrazina. El líquido amniótico, a diferencia de otros fluidos vaginales, puede dar un resultado alcalino en la prueba de nitrazina.
  4. Prueba de Ferning o Microscopía Salina:
    • Se puede examinar una muestra de líquido vaginal bajo un microscopio para buscar patrones cristalinos llamados “ferning” que indican la presencia de líquido amniótico.
  5. Ultrasonido:
    • En algunos casos, se puede utilizar la ultrasonografía para evaluar la cantidad de líquido amniótico alrededor del feto. Sin embargo, esta prueba no siempre es concluyente para diagnosticar la RPM.

Tratamiento de la rotura prematura de membranas

El tratamiento de la rotura prematura de membranas (RPM) depende de varios factores, como la edad gestacional, la presencia de infección, la salud general de la madre y el feto, entre otros. Aquí se describen algunas de las consideraciones y enfoques comunes en el tratamiento de la RPM:

  1. Monitoreo Fetal Continuo:
    • La frecuencia cardíaca fetal y otros signos vitales del feto se monitorean de cerca para evaluar su bienestar. Esto puede realizarse mediante monitoreo electrónico o, en algunos casos, mediante ecografías.
  2. Análisis de Cultivos y Pruebas para Infecciones:
    • Se pueden realizar cultivos para determinar si hay signos de infección, ya que la RPM aumenta el riesgo de infecciones intrauterinas. Si se confirma una infección, se puede administrar tratamiento con antibióticos.
  3. Uso de Antibióticos:
    • En casos de RPM, especialmente si hay riesgo de infección, se pueden administrar antibióticos a la madre para reducir el riesgo de infección tanto para ella como para el feto.
  4. Corticosteroides:
    • En casos de RPM antes de las 34 semanas de gestación, se puede considerar la administración de corticosteroides a la madre para ayudar en la maduración pulmonar del feto y reducir el riesgo de complicaciones respiratorias neonatales.
  5. Manejo Conservador:
    • En algunos casos, si la RPM ocurre cerca del término del embarazo y no hay signos de infección o complicaciones, el médico puede optar por un manejo conservador y permitir que el trabajo de parto comience de manera espontánea.
  6. Hospitalización:
    • Dependiendo de la edad gestacional y la presencia de otros factores de riesgo, se puede recomendar la hospitalización de la paciente para un monitoreo continuo y la administración de tratamientos según sea necesario.

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