Neutrófilos: estructura, función y alteraciones

Los neutrófilos son un tipo de glóbulo blanco, también conocidos como leucocitos granulocíticos, que forman parte del sistema inmunológico y desempeñan un papel fundamental en la defensa del organismo contra infecciones bacterianas y fúngicas. Son el tipo más común de glóbulo blanco en la sangre y constituyen una parte importante de la respuesta inmunitaria innata.

Los neutrófilos se producen en la médula ósea a partir de células madre hematopoyéticas y son liberados a la sangre donde circulan por el torrente sanguíneo. Cuando detectan la presencia de microorganismos invasores, como bacterias o hongos, los neutrófilos se desplazan hacia el sitio de la infección a través de un proceso llamado quimiotaxis.

Estructura de los neutrófilos

  • Núcleo multilobulado: Una de las características más distintivas de los neutrófilos es su núcleo multilobulado. Normalmente tienen entre dos y cinco segmentos nucleares conectados por finos filamentos de cromatina. Esta morfología le da al núcleo un aspecto lobulado o en forma de herradura.
  • Citoplasma granular: Los neutrófilos contienen un citoplasma granular lleno de gránulos que contienen diversas enzimas y proteínas antimicrobianas. Estos gránulos pueden ser observados en la microscopía de luz como gránulos primarios (azurófilos), gránulos secundarios (específicos) y gránulos terciarios (gelatinasa).
  • Citoesqueleto: Los neutrófilos tienen un citoesqueleto altamente desarrollado que les permite moverse y migrar hacia los sitios de infección. Utilizan extensiones de su membrana celular llamadas pseudópodos para desplazarse hacia los patógenos.
  • Receptores de membrana: Los neutrófilos tienen una variedad de receptores en su membrana celular que les permiten detectar y responder a señales químicas liberadas por los patógenos y las células del sistema inmunitario.
  • ADN extracelular: Los neutrófilos pueden liberar redes extracelulares de ADN y proteínas antimicrobianas llamadas NETs (Neutrophil Extracellular Traps) como parte de su mecanismo de defensa. Estas NETs atrapan y matan a los patógenos.
  • Mitocondrias y otros orgánulos: Como todas las células eucariotas, los neutrófilos contienen orgánulos como mitocondrias, aparato de Golgi, retículo endoplásmico, lisosomas y otros, que desempeñan funciones vitales en la célula.

Funciones de los neutrófilos

Los neutrófilos, como parte integral del sistema inmunitario, desempeñan varias funciones importantes en la defensa del organismo contra infecciones bacterianas y fúngicas. Estas funciones incluyen:

  • Fagocitosis: Una de las principales funciones de los neutrófilos es la fagocitosis, que consiste en la captura, ingestión y destrucción de microorganismos invasores, como bacterias y hongos. Los neutrófilos detectan la presencia de patógenos a través de receptores en su membrana celular y se mueven hacia ellos utilizando pseudópodos (extensiones de su membrana celular). Una vez en contacto con el patógeno, el neutrófilo lo envuelve y lo introduce en su interior formando una vesícula llamada fagosoma. Posteriormente, los gránulos citoplasmáticos liberan enzimas y otras sustancias antimicrobianas que degradan y eliminan al microorganismo.
  • Producción de radicales libres: Los neutrófilos pueden producir radicales libres de oxígeno y especies reactivas de nitrógeno como parte de su respuesta antimicrobiana. Estas sustancias tienen propiedades oxidativas y pueden dañar las membranas celulares de los patógenos, contribuyendo así a su destrucción.
  • Liberación de NETs: Los neutrófilos tienen la capacidad de liberar redes extracelulares de ADN y proteínas antimicrobianas, conocidas como NETs (Neutrophil Extracellular Traps), como una forma adicional de defensa contra los microorganismos. Estas NETs atrapan a los patógenos y evitan su diseminación, lo que facilita su eliminación por parte de otros componentes del sistema inmunitario.
  • Producción de citocinas y quimioquinas: Los neutrófilos pueden secretar varias citocinas y quimioquinas, como interleucina-8 (IL-8) y factor de necrosis tumoral alfa (TNF-α), que reclutan y activan a otras células del sistema inmunitario en el sitio de la infección, aumentando así la respuesta inmunitaria local.
  • Promoción de la inflamación: Los neutrófilos desempeñan un papel crucial en la respuesta inflamatoria aguda al liberar mediadores proinflamatorios y participar en la destrucción de los tejidos infectados o dañados. Su migración hacia los sitios de inflamación y su capacidad para liberar enzimas proteolíticas contribuyen a la eliminación de patógenos y tejido necrótico.

En resumen, los neutrófilos son células altamente especializadas del sistema inmunitario que desempeñan un papel fundamental en la defensa del organismo contra las infecciones. Su capacidad para fagocitar, producir radicales libres, liberar NETs y secretar citocinas los convierte en componentes esenciales del sistema inmunitario innato y la respuesta inflamatoria.

Alteraciones de los neutrófilos

El recuento de neutrófilos en la sangre se mide como parte de un hemograma completo y se expresa como el número de neutrófilos por milímetro cúbico de sangre. Los niveles normales de neutrófilos varían según la edad y otros factores individuales, pero generalmente oscilan entre 1500 y 8000 células por microlitro de sangre.

Los niveles bajos de neutrófilos, llamados neutropenia, pueden predisponer a una persona a infecciones graves, mientras que niveles elevados, llamados neutrofilia, pueden ser indicativos de infección, inflamación u otras condiciones médicas. La interpretación de los resultados de los neutrófilos en un análisis de sangre debe realizarse en el contexto clínico y puede requerir pruebas adicionales para determinar la causa subyacente.

Las alteraciones en los neutrófilos pueden manifestarse de diversas formas y pueden indicar diferentes condiciones médicas. Algunas de las alteraciones comunes en los neutrófilos incluyen:

  • Neutropenia: Se refiere a una disminución en el número de neutrófilos en la sangre por debajo de los niveles normales. La neutropenia puede ser causada por una variedad de factores, como infecciones virales, trastornos de la médula ósea, como la aplasia medular, ciertos medicamentos, como la quimioterapia, y enfermedades autoinmunes. La neutropenia aumenta el riesgo de infecciones graves y puede causar síntomas como fiebre, dolor de garganta y llagas en la boca.
  • Neutrofilia: Se refiere a un aumento en el número de neutrófilos en la sangre por encima de los niveles normales. La neutrofilia puede ser una respuesta normal del cuerpo a infecciones bacterianas, inflamación, estrés físico o emocional, o puede estar asociada con ciertas condiciones médicas, como enfermedades inflamatorias crónicas, trastornos mieloproliferativos, y ciertos tipos de leucemia.
  • Disfunción neutrofílica: Pueden presentar disfunción en su capacidad para realizar funciones como la fagocitosis y la producción de radicales libres. Esta disfunción puede ser congénita o adquirida, y puede ser causada por diversos factores, como trastornos genéticos, exposición a sustancias tóxicas, infecciones crónicas o enfermedades autoinmunes. La disfunción neutrofílica puede aumentar la susceptibilidad a infecciones y contribuir a la patogénesis de enfermedades inflamatorias.
  • Trastornos de la maduración: Pueden presentar anomalías en su desarrollo y maduración en la médula ósea, lo que puede dar lugar a células inmaduras o anormales en la sangre periférica. Estos trastornos incluyen condiciones como la leucemia mieloide aguda, el síndrome mielodisplásico y ciertos trastornos genéticos.
  • Neutrofilia tóxica: Se refiere a la presencia de neutrófilos inmaduros, conocidos como neutrófilos en banda, en la sangre periférica. Esta condición puede ser una señal de respuesta a infecciones agudas u otros estímulos inflamatorios y puede estar asociada con una mayor producción de neutrófilos en la médula ósea.

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