NANDA 00240 Riesgo de disminución del gasto cardíaco

Definición NANDA 00240 Riesgo de disminución del gasto cardíaco: Susceptible de bombear una cantidad de sangre inadecuada por el corazón para satisfacer las demandas metabólicas del cuerpo, que puede comprometer la salud.

La etiqueta diagnóstica NANDA 00240, “Riesgo de disminución del gasto cardíaco”, se refiere a la probabilidad de que un individuo experimente una reducción en la cantidad de sangre que el corazón puede bombear por minuto, lo que puede conducir a una disminución del flujo sanguíneo y la perfusión de los órganos y tejidos. Este diagnóstico se aplica a aquellos pacientes que presentan factores de riesgo que pueden predisponerlos a una disminución del gasto cardíaco.

Algunos de los factores de riesgo que pueden contribuir a esta situación incluyen:

  1. Enfermedades cardíacas previas, como cardiomiopatía, enfermedad coronaria o insuficiencia cardíaca.
  2. Hipertensión arterial no controlada.
  3. Arritmias cardíacas, como fibrilación auricular o taquicardia ventricular.
  4. Alteraciones en la función valvular cardíaca.
  5. Enfermedades pulmonares crónicas que pueden afectar la función cardíaca, como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).
  6. Historia de infarto de miocardio.
  7. Factores de riesgo modificables, como el tabaquismo, el consumo excesivo de alcohol, la obesidad o una dieta poco saludable.
  8. Cirugía cardíaca reciente.

El reconocimiento y la identificación temprana de los factores de riesgo de disminución del gasto cardíaco son fundamentales para prevenir complicaciones graves y proporcionar intervenciones de enfermería adecuadas para reducir este riesgo. Algunas intervenciones que pueden ser apropiadas para abordar este diagnóstico de riesgo incluyen:

  1. Monitorización continua de los signos vitales, incluida la presión arterial, la frecuencia cardíaca, la frecuencia respiratoria y la saturación de oxígeno.
  2. Educación al paciente sobre la importancia de seguir un estilo de vida saludable, incluyendo una dieta equilibrada, actividad física regular, abstinencia del tabaco y moderación en el consumo de alcohol.
  3. Administración de medicamentos según las indicaciones médicas para controlar la presión arterial, mantener la función cardíaca y prevenir arritmias.
  4. Seguimiento regular con el equipo de atención médica para evaluación y manejo de factores de riesgo cardiovasculares.
  5. Educación al paciente sobre los signos y síntomas de complicaciones cardíacas y la importancia de buscar atención médica de emergencia si los experimenta.
  6. Colaboración con otros miembros del equipo de atención médica, como cardiólogos, especialistas en cuidados intensivos y fisioterapeutas, para proporcionar un cuidado integral y coordinado al paciente.

Es importante destacar que este diagnóstico se centra en la identificación de factores de riesgo y la prevención de la disminución del gasto cardíaco, antes de que se desarrolle una complicación. La intervención oportuna y adecuada puede ayudar a reducir el riesgo de eventos cardiovasculares adversos y mejorar la calidad de vida del paciente.

Problemas asociados

– Alteración de la contractilidad
– Alteración de la frecuencia cardíaca
– Alteración de la poscarga
– Alteración de la precarga
– Alteración del ritmo cardíaco
– Alteración del volumen de eyección

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