Fármacos coanalgésicos

Los fármacos coadyuvantes, también conocidos como coanalgésicos, son medicamentos que no son analgésicos en sí mismos, pero se utilizan junto con analgésicos para potenciar su efecto o para tratar síntomas asociados al dolor. Estos medicamentos se emplean en el manejo del dolor para mejorar la calidad del alivio y abordar aspectos específicos del dolor y sus efectos secundarios. A continuación, se presentan algunos ejemplos de fármacos coadyuvantes comúnmente utilizados:

Antidepresivos:

Los antidepresivos pueden ser utilizados como coanalgésicos en el tratamiento del dolor crónico, especialmente en casos en los que el dolor está asociado con trastornos como la neuropatía periférica, la fibromialgia, el dolor musculoesquelético crónico y el dolor asociado con trastornos del estado de ánimo, como la depresión y el trastorno de ansiedad. Aunque los antidepresivos no están destinados específicamente a tratar el dolor, algunos de ellos pueden tener propiedades analgésicas y pueden ser útiles como parte de un enfoque multidisciplinario para el manejo del dolor crónico. Ejemplos de cómo los antidepresivos pueden actuar como coanalgésicos:

Modulación de la percepción del dolor: Algunos antidepresivos, como los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina y noradrenalina (IRSN) y los antidepresivos tricíclicos (ATC), pueden afectar la forma en que el cerebro percibe y procesa el dolor. Estos medicamentos pueden ayudar a reducir la intensidad del dolor y mejorar la tolerancia al mismo.

Modulación de la neurotransmisión: Los antidepresivos pueden influir en la actividad de ciertos neurotransmisores en el cerebro y la médula espinal, incluidos la serotonina, la noradrenalina y la dopamina. Estos neurotransmisores están implicados en la modulación del dolor, y los antidepresivos pueden ayudar a regular su actividad para reducir la percepción del dolor.

Mejora del sueño y el estado de ánimo: Algunos antidepresivos, como los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), pueden mejorar la calidad del sueño y el estado de ánimo en personas con dolor crónico. Un mejor sueño y un estado de ánimo más estable pueden ayudar a reducir la percepción del dolor y mejorar la capacidad del paciente para hacer frente al mismo.

Reducción de la ansiedad y la depresión: El dolor crónico a menudo está asociado con la ansiedad y la depresión, y los antidepresivos pueden ser útiles para tratar estos síntomas en pacientes con dolor crónico. Al reducir la ansiedad y la depresión, los antidepresivos pueden mejorar la calidad de vida y ayudar al paciente a manejar mejor el dolor.

Anticonvulsivantes (Antiepilépticos):

Los anticonvulsivantes, también conocidos como antiepilépticos, son medicamentos utilizados principalmente para prevenir y controlar las convulsiones en personas con epilepsia. Sin embargo, algunos anticonvulsivantes también se utilizan como coanalgésicos en el tratamiento del dolor crónico, especialmente en afecciones como la neuropatía periférica, la neuralgia del trigémino, el dolor neuropático y otros tipos de dolor crónico.

  • Modulación de la transmisión del dolor: Los anticonvulsivantes pueden afectar la transmisión de señales de dolor en el sistema nervioso central y periférico al modular la actividad de los canales de calcio y sodio, así como la liberación de neurotransmisores como el glutamato y la sustancia P. Esto puede ayudar a reducir la excitabilidad neuronal y la percepción del dolor.
  • Estabilización de la membrana neuronal: Algunos anticonvulsivantes, como la gabapentina y la pregabalina, actúan mediante la unión a los subunidades alfa2-delta de los canales de calcio voltaje-dependientes en el sistema nervioso central. Esto puede estabilizar la membrana neuronal y reducir la transmisión de señales de dolor.
  • Reducción de la sensibilización central: El dolor crónico a menudo está asociado con cambios en la sensibilización central, donde los circuitos neuronales en el cerebro y la médula espinal se vuelven hiperactivos y sensibilizados al dolor. Algunos anticonvulsivantes, como la gabapentina y la pregabalina, pueden ayudar a reducir la sensibilización central y mejorar el manejo del dolor crónico.
  • Mejora del sueño y el estado de ánimo: Al igual que con los antidepresivos, algunos anticonvulsivantes pueden mejorar la calidad del sueño y el estado de ánimo en personas con dolor crónico. Un mejor sueño y un estado de ánimo más estable pueden ayudar a reducir la percepción del dolor y mejorar la calidad de vida.

Antiinflamatorios no Esteroideos (AINEs):

Los antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) son una clase de medicamentos comúnmente utilizados para aliviar el dolor y reducir la inflamación. Si bien su principal acción es antiinflamatoria, analgésica y antipirética (reducción de la fiebre), también pueden actuar como coanalgésicos en el tratamiento del dolor crónico, particularmente en afecciones inflamatorias y musculoesqueléticas.

  • Reducción de la inflamación: Los AINEs inhiben la actividad de las enzimas ciclooxigenasa (COX), lo que disminuye la producción de prostaglandinas, compuestos que contribuyen a la inflamación. Al reducir la inflamación, los AINEs pueden ayudar a aliviar el dolor asociado con afecciones inflamatorias como la artritis reumatoide, la osteoartritis y la bursitis.
  • Alivio del dolor: Los AINEs tienen efectos analgésicos al inhibir la COX y reducir la producción de prostaglandinas, que sensibilizan los receptores del dolor en el cuerpo. Al reducir la sensibilidad al dolor, los AINEs pueden ayudar a aliviar el dolor asociado con diversas condiciones, como el dolor muscular, el dolor de espalda y el dolor relacionado con lesiones deportivas.
  • Mejora de la función articular: Al reducir la inflamación y el dolor, los AINEs pueden mejorar la función articular y la movilidad en personas con enfermedades articulares inflamatorias como la artritis reumatoide y la espondilitis anquilosante.
  • Alivio de la fiebre: Los AINEs también tienen propiedades antipiréticas y pueden ayudar a reducir la fiebre asociada con infecciones y otros trastornos inflamatorios.

Corticosteroides:

Los corticosteroides son una clase de medicamentos que imitan la acción de las hormonas corticosteroides producidas naturalmente por las glándulas suprarrenales. Estos medicamentos tienen potentes propiedades antiinflamatorias e inmunosupresoras y se utilizan en una variedad de condiciones médicas para reducir la inflamación y controlar los procesos inmunológicos. En el contexto del tratamiento del dolor crónico, los corticosteroides pueden actuar como coanalgésicos en ciertas condiciones, especialmente aquellas que involucran inflamación.

  • Reducción de la inflamación: Los corticosteroides tienen potentes efectos antiinflamatorios al inhibir la liberación de mediadores inflamatorios y reducir la actividad de las células inflamatorias, como los leucocitos y los macrófagos. Al reducir la inflamación, los corticosteroides pueden aliviar el dolor asociado con afecciones inflamatorias, como la artritis reumatoide, la bursitis, la tendinitis y la artritis gotosa.
  • Alivio del dolor nervioso: En ciertos casos de dolor neuropático, como la neuralgia postherpética o la neuralgia del trigémino, los corticosteroides pueden ayudar a reducir la inflamación alrededor de los nervios comprimidos o irritados, lo que puede aliviar el dolor.
  • Mejora de la función articular: En personas con artritis inflamatoria, como la artritis reumatoide, los corticosteroides pueden reducir la inflamación en las articulaciones afectadas, lo que puede mejorar la función articular y aliviar el dolor.
  • Reducción del edema: Los corticosteroides también pueden ayudar a reducir el edema (acumulación de líquido) en tejidos inflamados, lo que puede aliviar la presión sobre los nervios y los vasos sanguíneos y reducir el dolor asociado.

Relajantes Musculares:

Los relajantes musculares son medicamentos que se utilizan para tratar los espasmos musculares y la rigidez muscular. Aunque su principal acción es relajar los músculos, pueden actuar como coanalgésicos en el tratamiento del dolor crónico, especialmente en afecciones musculoesqueléticas que involucran espasmos musculares y tensión.

  • Reducción de los espasmos musculares: Los relajantes musculares actúan directamente sobre el sistema nervioso central o periférico para reducir la excitabilidad de las neuronas motoras y prevenir o reducir los espasmos musculares. Al reducir los espasmos musculares, pueden aliviar el dolor asociado con afecciones como la dorsalgia, la lumbalgia, el cuello rígido y el síndrome de dolor miofascial.
  • Alivio de la tensión muscular: En personas con dolor crónico relacionado con la tensión muscular, los relajantes musculares pueden ayudar a aliviar la rigidez y la tensión muscular, lo que puede reducir el dolor asociado y mejorar la función.
  • Mejora del sueño: Algunos relajantes musculares tienen efectos sedantes y pueden ayudar a mejorar la calidad del sueño en personas con dolor crónico, lo que puede contribuir al alivio del dolor y mejorar la calidad de vida.

Bifosfonatos:

Los bifosfonatos son una clase de medicamentos utilizados principalmente para tratar y prevenir la osteoporosis, así como para tratar otras enfermedades óseas, como el mieloma múltiple, la enfermedad de Paget y las metástasis óseas asociadas con ciertos tipos de cáncer. Aunque los bifosfonatos no son analgésicos en el sentido tradicional, pueden desempeñar un papel como coanalgésicos en ciertas situaciones relacionadas con el dolor óseo y las fracturas.

  • Prevención de fracturas óseas: Los bifosfonatos ayudan a fortalecer los huesos y reducir el riesgo de fracturas óseas en personas con osteoporosis u otras condiciones óseas que aumentan el riesgo de fracturas. Al prevenir las fracturas óseas, los bifosfonatos pueden ayudar a reducir el dolor asociado con las fracturas y mejorar la calidad de vida.
  • Tratamiento de las metástasis óseas: En pacientes con cánceres que se han diseminado a los huesos, como el cáncer de mama, el cáncer de próstata y el mieloma múltiple, los bifosfonatos pueden ayudar a reducir el dolor óseo asociado con las metástasis óseas y mejorar la calidad de vida.
  • Reducción del dolor óseo: Los bifosfonatos pueden tener propiedades analgésicas al ayudar a fortalecer los huesos y reducir la actividad osteoclástica, que está asociada con la resorción ósea y el dolor óseo. Al mejorar la salud ósea, los bifosfonatos pueden contribuir a la reducción del dolor óseo en pacientes con enfermedades óseas.

Ansiolíticos y Sedantes:

Los ansiolíticos y sedantes son medicamentos que actúan sobre el sistema nervioso central para reducir la ansiedad, promover la relajación muscular y producir un estado de calma y somnolencia. Aunque su principal acción no es analgésica, pueden actuar como coanalgésicos en el tratamiento del dolor crónico en ciertas circunstancias.

  • Reducción del componente emocional del dolor: Los ansiolíticos pueden ayudar a reducir la ansiedad y el estrés asociados con el dolor crónico, lo que puede ayudar a disminuir la percepción del dolor y mejorar la calidad de vida del paciente.
  • Promoción del sueño: Algunos ansiolíticos y sedantes tienen efectos sedantes que pueden ayudar a mejorar la calidad del sueño en personas con dolor crónico. Un sueño reparador puede ser beneficioso para el manejo del dolor, ya que el dolor crónico a menudo interfiere con el sueño y puede empeorar la percepción del dolor.
  • Relajación muscular: Los sedantes pueden ayudar a promover la relajación muscular y reducir la tensión muscular asociada con el dolor crónico, lo que puede ayudar a aliviar el malestar y mejorar la función física.
  • Modulación de la respuesta al estrés: Algunos ansiolíticos pueden ayudar a modular la respuesta del sistema nervioso al estrés, lo que puede tener un efecto beneficioso en la percepción del dolor y en la capacidad del paciente para hacer frente al mismo.

Benzodiacepinas:

Las benzodiazepinas son una clase de medicamentos que se utilizan principalmente para tratar trastornos de ansiedad, trastornos del sueño, convulsiones y otros trastornos relacionados con la excitabilidad del sistema nervioso central. Aunque su principal acción no es analgésica, las benzodiacepinas pueden actuar como coanalgésicos en ciertas situaciones relacionadas con el dolor crónico.

  • Reducción de la ansiedad: Las benzodiacepinas son eficaces para reducir la ansiedad, lo que puede ser útil en personas con dolor crónico asociado con trastornos de ansiedad o estrés crónico. Al reducir la ansiedad, las benzodiacepinas pueden ayudar a mejorar la tolerancia al dolor y reducir la percepción subjetiva del mismo.
  • Relajación muscular: Algunas benzodiacepinas tienen propiedades relajantes musculares, lo que puede ayudar a aliviar la tensión muscular asociada con el dolor crónico, especialmente en casos de dolor relacionado con la tensión muscular o espasmos musculares.
  • Inducción del sueño: Algunas benzodiacepinas tienen efectos sedantes y pueden ayudar a mejorar la calidad del sueño en personas con dolor crónico, lo que puede ser beneficioso para el manejo del dolor, ya que el dolor a menudo interfiere con el sueño y puede empeorar la percepción del dolor.
  • Modulación del sistema nervioso central: Las benzodiacepinas actúan sobre los receptores de ácido gamma-aminobutírico (GABA) en el cerebro, lo que puede tener un efecto calmante sobre el sistema nervioso central. Esto puede ayudar a reducir la excitabilidad neuronal y modular la percepción del dolor.

Agentes Tópicos:

Los agentes tópicos coanalgésicos son medicamentos que se aplican directamente sobre la piel en el área afectada por el dolor. Estos agentes pueden proporcionar alivio del dolor de manera localizada y se utilizan comúnmente en el tratamiento del dolor agudo y crónico.

  • Analgésicos tópicos: Estos agentes incluyen cremas, geles o ungüentos que contienen analgésicos como el ibuprofeno, el diclofenaco o el lidocaína. Actúan localmente para aliviar el dolor en el área aplicada al inhibir la producción de prostaglandinas o bloquear la transmisión de señales de dolor.
  • Agentes anestésicos tópicos: Los anestésicos tópicos como la lidocaína, la benzocaína o la prilocaína entumecen la piel y los tejidos subyacentes, lo que reduce temporalmente la sensación de dolor en el área tratada. Se usan comúnmente para el alivio del dolor en quemaduras leves, picaduras de insectos, cortes y abrasiones.
  • Agentes antiinflamatorios tópicos: Estos agentes contienen medicamentos antiinflamatorios como el ibuprofeno, el diclofenaco o el ketoprofeno, que reducen la inflamación y el dolor en el área afectada. Se utilizan para el alivio del dolor en condiciones como la artritis, la tendinitis, la bursitis y otras lesiones musculoesqueléticas.
  • Capsaicina: La capsaicina es un ingrediente activo que se encuentra en los pimientos picantes y se utiliza en cremas tópicas para aliviar el dolor. Funciona al reducir la cantidad de sustancia P, un neurotransmisor involucrado en la transmisión de señales de dolor, en las terminaciones nerviosas de la piel.
  • Mentol y alcanfor: Estos ingredientes se encuentran comúnmente en bálsamos y geles tópicos para aliviar el dolor muscular y articular. Tienen propiedades refrescantes y analgésicas que pueden proporcionar alivio temporal del dolor y la inflamación.

Agentes Antieméticos:

Los agentes antieméticos son medicamentos diseñados para prevenir o aliviar las náuseas y los vómitos. Aunque su función principal no es analgésica, pueden actuar como coanalgésicos en el tratamiento del dolor, especialmente en situaciones en las que el dolor está asociado con náuseas o vómitos, como en migrañas, dolor de cabeza intenso o dolor postoperatorio.

  • Reducción del malestar: Las náuseas y los vómitos pueden empeorar la percepción del dolor y contribuir al malestar general. Al controlar los síntomas gastrointestinales, los agentes antieméticos pueden ayudar a reducir la sensación de malestar y mejorar el bienestar general del paciente.
  • Facilitación de la administración de analgésicos: En algunos casos, las náuseas y los vómitos pueden dificultar la administración de analgésicos por vía oral, lo que puede retrasar el alivio del dolor. Al controlar los síntomas de náuseas y vómitos, los agentes antieméticos pueden facilitar la administración de analgésicos y promover un alivio más rápido del dolor.
  • Mejora de la tolerancia a otros medicamentos: Al prevenir los episodios de vómitos, los agentes antieméticos pueden ayudar a mejorar la tolerancia a otros medicamentos utilizados en el tratamiento del dolor, como los analgésicos opioides, que a menudo pueden causar náuseas como efecto secundario.
  • Reducción de la ansiedad asociada: Las náuseas y los vómitos pueden provocar ansiedad y malestar emocional en algunas personas, lo que puede aumentar la percepción del dolor. Al controlar estos síntomas, los agentes antieméticos pueden ayudar a reducir la ansiedad y mejorar la respuesta al tratamiento del dolor.

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2 respuestas a “Fármacos coanalgésicos”

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