La excitabilidad cardiaca se refiere a la capacidad del tejido cardiaco para responder a estímulos eléctricos y generar respuestas eléctricas y mecánicas. El corazón es un órgano muscular, y su actividad está regulada por impulsos eléctricos que coordinan las contracciones del músculo cardíaco para bombear la sangre de manera eficiente. La excitabilidad es una propiedad fundamental en la función cardiaca y se manifiesta en varias etapas del ciclo cardíaco.
Las células del sistema de conducción eléctrica del corazón y las células musculares cardiacas son excitables.
Generación del Potencial de Acción:
En las células del nodo sinusal, conocido como el “marcapasos natural” del corazón, y en el nodo atrioventricular (AV), se generan espontáneamente potenciales de acción.
Los potenciales de acción se propagan a través del sistema de conducción eléctrica del corazón, que incluye el haz de His, las ramas izquierda y derecha, y las fibras de Purkinje.
Conducción del Impulso Eléctrico:
El impulso eléctrico se conduce a través de las aurículas y luego llega a los ventrículos, lo que coordina la contracción secuencial de las cámaras cardíacas.
La excitabilidad permite que el impulso eléctrico se propague eficientemente a través del sistema de conducción y llegue a todas las partes del corazón.
Contracción Muscular Cardíaca:
La llegada del impulso eléctrico a las células musculares cardiacas desencadena la contracción del músculo cardíaco.
La excitabilidad es esencial para la contracción sincronizada y coordinada de las células musculares del corazón, asegurando una expulsión efectiva de la sangre.
Fases del Potencial de Acción Cardiaco:
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- Fase 0: Inicio del potencial de acción, con entrada rápida de iones de sodio.
- Fase 1: Breve periodo de despolarización inicial.
- Fase 2: Meseta, donde se equilibran las corrientes de iones de calcio y potasio.
- Fase 3: Repolarización, con salida de iones de potasio.
- Fase 4: Período de reposo antes de la próxima excitación.
La excitabilidad cardiaca es crucial para el mantenimiento de un ritmo cardíaco normal y una función cardíaca eficiente. Alteraciones en la excitabilidad pueden conducir a trastornos del ritmo cardíaco, como arritmias, que pueden tener implicaciones clínicas significativas. La regulación precisa de la excitabilidad es el resultado de una compleja interacción de canales iónicos y mecanismos de señalización en las células cardíacas.
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