Valoración de enfermería en demencias

Índice de contenido

La valoración de enfermería en el caso de personas con demencia es esencial para comprender y abordar las necesidades específicas de estos pacientes. Aquí hay algunos aspectos clave que pueden ser considerados durante la valoración de enfermería en personas con demencia:

Historial Clínico:

Obtener información detallada sobre la historia clínica del paciente, incluyendo antecedentes médicos, medicamentos actuales y previos, historial familiar de demencia u otras condiciones relacionadas.

Conocer su situación previa: intereses, habilidades, capacidad para el autocuidado, etc.

Evaluación Cognitiva:

Realizar una evaluación cognitiva para determinar el nivel de deterioro cognitivo. Esto puede incluir el uso de escalas estandarizadas como el Mini Examen del Estado Mental (MMSE) o el Test de Evaluación Cognitiva de Montreal (MoCA).

Evaluar orientación con preguntas como ¿en qué mes estamos?, ¿dónde estamos?, etc. Así como la memoria.

Explorar si presenta agnosia, prosopagnosia y autoprosopagnosia (no reconoce objetos, no reconoce caras conocidas o no se reconoce a él en el espejo).

Pueden presentar manifestaciones psicóticas como alucinaciones, ilusiones, delirios o confabulaciones.

Evaluación Funcional:

Evaluar la capacidad funcional del paciente, incluyendo la capacidad para realizar actividades de la vida diaria (AVD) como vestirse, asearse, alimentarse y movilizarse. Utilizar escala de Barthel o Blessed.

Aspecto general:

Observar estado higiénico, expresión facial y comunicación no verbal.

Evaluación del Estado Emocional y Conductual:

Observar y documentar cualquier cambio en el estado emocional y conductual del paciente, incluyendo síntomas como agitación, agresividad, ansiedad o depresión.

La labilidad emocional es frecuente así como la agresividad, la agitación, pasividad, gritos, llantos, actuaciones sexuales inadecuadas, etc.

Comunicación y Lenguaje:

Evaluar la capacidad de comunicación del paciente, tanto verbal como no verbal. Identificar cualquier dificultad en la comunicación y adaptar estrategias para facilitar la comprensión y la expresión.

Algunos pacientes presentan dificultad para nombrar objetos y utilizan parafrases describiendo su utilidad.

Nutrición y Hidratación:

Evaluar el estado nutricional y la ingesta de líquidos del paciente. La demencia puede afectar la capacidad para alimentarse adecuadamente y es frecuente que rechacen la alimentación.

Seguridad:

Evaluar el entorno del paciente para garantizar la seguridad, identificando posibles riesgos como caídas, acceso a sustancias tóxicas, etc.

Apoyo al Cuidador:

Evaluar las necesidades y el bienestar del cuidador, ya que las personas con demencia a menudo requieren cuidados continuos. Proporcionar orientación y apoyo al cuidador es fundamental.

Evaluación de Dolor:

Valorar la presencia de dolor, ya que las personas con demencia pueden tener dificultades para comunicar sus molestias.

Valoración de las necesidades básicas

Respirar

Valorar el estado respiratorio en relación con el grado de movilidad, problemas asociados, etc.

Alimentación

Valorar el estado nutricional, la hidratación, la actitud del paciente hacia la comida, la presencia de dificultades para la deglución.

Eliminación

La impactación fecal es frecuente en pacientes con problemas de movilidad.

Valorar si existe incontinencia.

Movilidad

Observar si hay problemas de dependencia en cuanto a la movilidad y tener en cuenta que ciertos medicamentos como los hipnóticos, ansiolíticos y neurolépticos favorecen la inmovilidad.

Descanso

En los pacientes con demencia es habitual la alteración del ritmo vigilia-sueño y la agitación nocturna también.

Vestirse

Valorar la capacidad para elegir la ropa adecuada, la capacidad para vestirse.

Higiene

Comprobar capacidad para la higiene personal, el baño, higiene oral, etc. que pueden verse afectados si hay problemas de movilidad o por la misma demencia.

Evitar peligros

Valorar y adecuar el hogar. Prevención de caídas.

Comunicarse

Valorar la capacidad de expresarse y entender a otros.

La valoración de enfermería debe ser continua y adaptarse a medida que progresa la demencia. La comunicación efectiva con el paciente y la colaboración con otros profesionales de la salud son esenciales para proporcionar una atención integral y centrada en el paciente.

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