¿Qué es la plasmaféresis?

La plasmaféresis, también conocida como intercambio plasmático, es un procedimiento médico que implica la extracción, tratamiento y devolución de plasma sanguíneo del torrente sanguíneo. Por lo general, se realiza para tratar diversas enfermedades autoinmunes, como el síndrome de Guillain-Barré, la miastenia gravis y ciertos tipos de neuropatías. Durante la plasmaféresis, se extrae sangre del cuerpo del paciente, se separa en sus componentes mediante una centrifugadora o un sistema de filtración, y se elimina el plasma, que contiene anticuerpos u otros componentes dañinos. Los componentes sanguíneos restantes, como los glóbulos rojos y las plaquetas, luego se mezclan con un fluido de reemplazo, como albúmina o plasma fresco congelado, y se devuelven al paciente. Este proceso ayuda a eliminar los elementos perjudiciales del plasma y a reducir la carga de anticuerpos o toxinas en la sangre del paciente.

Para qué se realiza la plasmaféresis?

La plasmaféresis se utiliza principalmente en el tratamiento de diversas enfermedades autoinmunes y trastornos neurológicos. Algunas de las indicaciones más comunes para la plasmaféresis incluyen:

  • Síndrome de Guillain-Barré: Esta enfermedad neurológica provoca debilidad muscular progresiva y puede conducir a parálisis. La plasmaféresis se utiliza a menudo en casos graves para eliminar los anticuerpos que atacan el sistema nervioso.
  • Miastenia gravis: Una enfermedad autoinmune que causa debilidad muscular y fatiga. La plasmaféresis puede ayudar a eliminar los anticuerpos que afectan la función muscular.
  • Nefropatías autoinmunes: Algunas enfermedades renales autoinmunes, como el síndrome de Goodpasture o la nefritis lúpica, pueden beneficiarse de la plasmaféresis para eliminar los anticuerpos y otras sustancias perjudiciales del plasma.
  • Enfermedad de Kawasaki: Una enfermedad inflamatoria que afecta a los vasos sanguíneos en los niños. La plasmaféresis puede ser utilizada en casos graves y resistentes al tratamiento para reducir la inflamación y prevenir complicaciones.
  • Síndrome de antifosfolípido: Un trastorno autoinmune que aumenta el riesgo de coágulos sanguíneos. La plasmaféresis puede ayudar a eliminar los anticuerpos antifosfolípidos y mejorar los síntomas.
  • Mieloma múltiple: Aunque menos común, en algunos casos de mieloma múltiple, la plasmaféresis se puede utilizar para reducir la viscosidad sanguínea y los síntomas asociados.

Es importante tener en cuenta que la plasmaféresis generalmente se considera como un tratamiento complementario o de rescate en casos específicos y no como una terapia de primera línea.

Procedimiento de plasmaféresis

  • Preparación del paciente: Antes de comenzar la plasmaféresis, se realiza una evaluación médica completa del paciente para determinar su idoneidad para el procedimiento. Esto puede incluir pruebas de laboratorio y evaluaciones clínicas para confirmar el diagnóstico y evaluar el estado general de salud del paciente.
  • Acceso vascular: Se insertan uno o más catéteres en las venas del paciente. Estos catéteres se utilizan para extraer sangre y devolver los componentes sanguíneos procesados durante la plasmaféresis. El acceso vascular puede ser a través de una vena en el brazo o a través de un acceso central, como la vena yugular interna o la vena femoral.
  • Extracción de sangre: Una vez que se establece el acceso vascular, se conecta al sistema de plasmaféresis, que incluye una máquina de separación de componentes sanguíneos. Se extrae una cantidad específica de sangre del paciente, generalmente entre 200 y 800 mililitros, dependiendo de la técnica utilizada y las necesidades del paciente.
  • Separación de componentes sanguíneos: La sangre extraída se pasa a través de una centrifugadora o un filtro que separa los diferentes componentes sanguíneos. Durante este proceso, se separa el plasma del resto de los elementos sanguíneos, como los glóbulos rojos y las plaquetas.
  • Eliminación del plasma: Una vez separado, el plasma, que contiene los componentes perjudiciales como los anticuerpos o toxinas, se elimina. Esto puede hacerse a través de varios métodos, como centrifugación o filtración, dependiendo del sistema de plasmaféresis utilizado.
  • Reemplazo del plasma: Después de eliminar el plasma, se administra un fluido de reemplazo al paciente. Este fluido puede ser albúmina, plasma fresco congelado o una solución salina con otros electrolitos. El objetivo es reponer el volumen sanguíneo y mantener la homeostasis.
  • Devolución de componentes sanguíneos: Los componentes sanguíneos restantes, como los glóbulos rojos y las plaquetas, se devuelven al paciente a través del mismo acceso vascular utilizado para extraer la sangre.
  • Monitoreo y ajuste: Durante todo el procedimiento, el paciente es monitoreado de cerca para detectar cualquier complicación. El personal médico puede ajustar la velocidad de extracción, la cantidad de plasma eliminado y el tipo de fluido de reemplazo según sea necesario para garantizar la seguridad y eficacia del procedimiento.
  • Finalización y cuidado post-procedimiento: Una vez completada la plasmaféresis, se retiran los catéteres y se aplica presión en el sitio de inserción para prevenir el sangrado. El paciente puede requerir observación adicional para asegurar una recuperación sin problemas.

Contraindicaciones

Aunque la plasmaféresis es generalmente segura y bien tolerada, existen algunas contraindicaciones y precauciones que deben tenerse en cuenta. Algunas de las contraindicaciones para la plasmaféresis incluyen:

  • Inestabilidad hemodinámica: La plasmaféresis puede causar cambios en el volumen sanguíneo y la presión arterial. Por lo tanto, pacientes con inestabilidad hemodinámica, como hipotensión severa o choque, pueden no ser candidatos adecuados para el procedimiento.
  • Coagulopatías: La presencia de trastornos de la coagulación sanguínea, como la hemofilia o trombocitopenia severa, puede aumentar el riesgo de sangrado durante la plasmaféresis.
  • Insuficiencia renal severa: La plasmaféresis puede aumentar la carga sobre los riñones, especialmente si se utiliza un fluido de reemplazo que contiene electrolitos. Por lo tanto, pacientes con insuficiencia renal severa pueden no ser candidatos adecuados para el procedimiento.
  • Infecciones activas: La plasmaféresis puede aumentar el riesgo de complicaciones infecciosas, especialmente en pacientes con infecciones activas o enfermedades transmisibles.
  • Alto riesgo de complicaciones trombóticas: La plasmaféresis puede aumentar el riesgo de formación de coágulos sanguíneos. Por lo tanto, pacientes con un alto riesgo de complicaciones trombóticas, como aquellos con antecedentes de trombosis venosa profunda o embolia pulmonar reciente, pueden no ser candidatos adecuados para el procedimiento.
  • Intolerancia al anticoagulante utilizado durante la plasmaféresis: En algunos casos, se utiliza un anticoagulante durante la plasmaféresis para prevenir la coagulación de la sangre en el circuito extracorpóreo. Los pacientes con alergias conocidas o intolerancia a estos anticoagulantes pueden no ser candidatos adecuados para el procedimiento.

Complicaciones

Si bien la plasmaféresis es generalmente considerada segura, como cualquier procedimiento médico, puede estar asociada con ciertas complicaciones. Algunas de las posibles complicaciones de la plasmaféresis incluyen:

  • Reacciones alérgicas o anafilácticas: Algunos pacientes pueden experimentar reacciones alérgicas a los materiales utilizados durante la plasmaféresis, como el anticoagulante o los fluidos de reemplazo. Estas reacciones pueden variar desde leves, como picazón o erupción cutánea, hasta graves, como dificultad para respirar o shock anafiláctico.
  • Hipotensión: La extracción de plasma durante la plasmaféresis puede provocar una disminución temporal en la presión arterial, especialmente en pacientes con inestabilidad hemodinámica o hipovolemia. Esto puede causar mareos, debilidad o desmayos.
  • Trombosis: Aunque la plasmaféresis generalmente se realiza con anticoagulantes para prevenir la coagulación de la sangre en el circuito extracorpóreo, aún existe un riesgo de formación de coágulos sanguíneos. Esto puede conducir a complicaciones trombóticas, como trombosis venosa profunda o embolia pulmonar.
  • Infecciones: Existe un riesgo de infección asociado con cualquier procedimiento invasivo que implique la manipulación de dispositivos médicos y el contacto con la sangre. Esto puede incluir infecciones del sitio de inserción del catéter o infecciones sistémicas relacionadas con la contaminación del equipo o de los fluidos de reemplazo.
  • Electrolitos y desequilibrios metabólicos: La administración de fluidos de reemplazo durante la plasmaféresis puede alterar el equilibrio de electrolitos en el cuerpo, lo que puede conducir a desequilibrios metabólicos, como hiponatremia o hipocalcemia.
  • Daño vascular: La inserción y manipulación de catéteres durante la plasmaféresis pueden causar daño a las paredes vasculares, lo que puede provocar hematomas, sangrado o lesiones arteriales o venosas.
  • Reacción del donante de plasma: En el caso de la plasmaféresis terapéutica que involucra el uso de plasma de donantes, existe un riesgo de reacciones adversas en el donante, como mareos, hipotensión o sensación de debilidad.

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