Plexo braquial: anatomía, fisiología y patología

El plexo braquial es una red de nervios que se origina en la médula espinal en la región del cuello y la parte superior de la espalda (específicamente de las vértebras cervicales C5 a T1) y se extiende hacia abajo a lo largo de la región axilar y del brazo. Este plexo suministra nervios a los músculos y la piel del hombro, el brazo y la mano, y desempeña un papel crucial en el movimiento y la sensibilidad de estas áreas.

Anatomía del plexo braquial

  • Raíces nerviosas: Son los segmentos más superiores del plexo braquial que emergen de la médula espinal cervical. Estas raíces se originan en las vértebras cervicales C5 a T1 y se unen para formar los troncos del plexo braquial.
  • Troncos nerviosos: Las raíces nerviosas se agrupan para formar tres troncos principales: el tronco superior (C5-C6), el tronco medio (C7) y el tronco inferior (C8-T1). Estos troncos se dividen en divisiones.
  • Divisiones nerviosas: Cada tronco se divide en dos divisiones: una división anterior y una división posterior. Estas divisiones llevan las señales nerviosas hacia adelante y hacia atrás, respectivamente, a lo largo del brazo.
  • Cordones nerviosos: Las divisiones se agrupan para formar tres cordones principales: el cordón lateral (que consiste en las divisiones anteriores del tronco superior y medio), el cordón medial (que consiste en la división anterior del tronco inferior) y el cordón posterior (que consiste en las divisiones posteriores de los tres troncos).
  • Ramas nerviosas: Los cordones se dividen en varias ramas nerviosas principales, que suministran nervios a los músculos, la piel y las articulaciones del hombro, el brazo, el antebrazo, la mano y los dedos.

Fisiología del plexo braquial

El plexo braquial desempeña varias funciones esenciales en el brazo y la mano, ya que suministra la mayoría de los nervios motores y sensoriales a estas áreas.

  • Control motor: El plexo braquial proporciona la mayoría de los nervios motores que controlan los movimientos de los músculos del hombro, el brazo, el antebrazo, la mano y los dedos. Estos nervios transmiten señales desde el cerebro y la médula espinal hacia los músculos, lo que permite realizar una amplia variedad de actividades motoras, como levantar objetos, mover los brazos en diferentes direcciones y realizar movimientos finos con las manos y los dedos.
  • Sensibilidad: El plexo braquial también suministra nervios sensoriales que transmiten información sensorial desde la piel, las articulaciones y los tejidos blandos del hombro, el brazo, el antebrazo, la mano y los dedos hacia el sistema nervioso central. Estos nervios son responsables de detectar sensaciones como el tacto, la presión, la temperatura y el dolor, lo que permite al cerebro percibir y responder adecuadamente a los estímulos del entorno.
  • Reflejos: El plexo braquial participa en la respuesta de reflejos automáticos que ayudan a proteger y mantener la integridad del brazo y la mano. Por ejemplo, el reflejo de retirada de la mano cuando se toca un objeto caliente es mediado por el plexo braquial y otros nervios periféricos.
  • Coordinación muscular: El plexo braquial coordina los movimientos musculares necesarios para realizar tareas complejas que requieren precisión y coordinación fina, como escribir, dibujar, tocar instrumentos musicales y manipular objetos pequeños con los dedos.
  • Estabilidad y equilibrio: Además de controlar los movimientos activos, el plexo braquial también contribuye a la estabilidad y el equilibrio del brazo y la mano al proporcionar información sensorial que ayuda al cerebro a mantener la postura y la posición adecuadas durante el movimiento y el reposo.

En resumen, el plexo braquial es fundamental para la función motora y sensorial del brazo y la mano, y desempeña un papel crucial en una amplia gama de actividades diarias y habilidades motoras finas.

Patología del plexo braquial

La patología del plexo braquial se refiere a cualquier enfermedad, lesión o trastorno que afecta a esta red de nervios que se extiende desde la médula espinal hasta el brazo y la mano. Estas condiciones pueden variar en gravedad y pueden ser causadas por una variedad de factores. Algunas de las patologías del plexo braquial más comunes incluyen:

  • Traumatismo del plexo braquial: Lesiones traumáticas, como accidentes automovilísticos, caídas o lesiones deportivas, pueden dañar los nervios del plexo braquial. Dependiendo de la gravedad del trauma, esto puede resultar en parálisis parcial o completa del brazo y la mano.
  • Neuritis braquial: La neuritis braquial, también conocida como neuropatía braquial aguda, es una inflamación de los nervios del plexo braquial. Esto puede causar dolor intenso en el hombro, el brazo o la mano, así como debilidad muscular y pérdida de sensibilidad.
  • Síndrome del túnel carpiano: Aunque no afecta directamente al plexo braquial, el síndrome del túnel carpiano es una patología común que puede afectar la función de los nervios en la mano y el antebrazo. La compresión del nervio mediano en la muñeca puede provocar dolor, entumecimiento, hormigueo y debilidad en la mano y los dedos.
  • Tumores: Los tumores benignos o malignos que afectan al plexo braquial pueden causar compresión de los nervios, lo que resulta en síntomas como dolor, debilidad muscular y pérdida de sensibilidad en el brazo y la mano.
  • Bradicardia del plexo braquial: Esta es una lesión específica que ocurre durante el parto, cuando el bebé experimenta tracción excesiva en el hombro durante el parto, lo que puede dañar los nervios del plexo braquial. Esto puede causar parálisis del brazo, conocida como parálisis de Erb o parálisis de Klumpke, dependiendo de qué nervios estén afectados.
  • Neuropatía diabética: En personas con diabetes, los niveles elevados de azúcar en sangre pueden dañar los nervios periféricos, incluidos los del plexo braquial. Esto puede causar dolor, debilidad y entumecimiento en el brazo y la mano.

El tratamiento de las patologías del plexo braquial varía según la causa y la gravedad de la afección, e puede incluir terapia física, medicamentos para el dolor, cirugía reconstructiva y manejo de la enfermedad subyacente (por ejemplo, control de la diabetes en caso de neuropatía diabética).

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