Nervio motor ocular común: anatomofisiología y patología

El nervio motor ocular común, también conocido como nervio oculomotor, es uno de los doce pares de nervios craneales y es esencial para el control de varios músculos que participan en el movimiento del ojo. El nervio oculomotor es el tercer par craneal y tiene varias funciones importantes relacionadas con el movimiento ocular y la función pupilar.

Estructura del nervio motor ocular común

  • Origen: El nervio motor ocular común se origina en el mesencéfalo, específicamente en los núcleos motores del nervio ocular común ubicados en la región del techo del mesencéfalo cerca del acueducto cerebral.
  • Trayecto: Después de su origen en el mesencéfalo, el nervio motor ocular común atraviesa la base del cráneo a través de una abertura llamada hendidura esfenoidal y entra en la órbita ocular.
  • Inervación: Una vez dentro de la órbita, el nervio motor ocular común inerva cuatro de los seis músculos extrínsecos del ojo: el músculo recto medial, el músculo recto superior, el músculo recto inferior y el músculo oblicuo inferior. Estos músculos son responsables de mover el ojo en diferentes direcciones.
  • Núcleo: Los axones motores del nervio ocular común se originan en el núcleo del nervio motor ocular común en el mesencéfalo. Este núcleo contiene las neuronas motoras somáticas que controlan los músculos inervados por el nervio.
  • Conexiones: El nervio motor ocular común se conecta con otros nervios y estructuras en el tronco encefálico, incluyendo el núcleo del nervio trigémino, el núcleo del nervio oculomotor accesorio, el núcleo del nervio abducens y el núcleo Edinger-Westphal, que controla la función pupilar.

Funciones principales del nervio motor ocular común:

Inervación de Músculos Motores del Ojo:

El nervio oculomotor inerva cuatro de los seis músculos extrínsecos del ojo, que son responsables de los movimientos oculares. Estos músculos son el recto superior, el recto inferior, el recto medial y el oblicuo inferior.

Control de los Movimientos Oculares:

El nervio oculomotor desempeña un papel crucial en la coordinación de los movimientos oculares, permitiendo que ambos ojos se muevan de manera sincronizada para seguir objetos y enfocar la visión.

Control del Tono Muscular:

Además de controlar los movimientos oculares, el nervio oculomotor también contribuye al mantenimiento del tono muscular de los músculos del ojo.

Control del Músculo Elevador del Párpado Superior:

El nervio oculomotor inerva el músculo elevador del párpado superior, que eleva el párpado superior.

Regulación de la Pupila:

El nervio oculomotor también regula la contracción de la pupila (miosis) en respuesta a la luz. Este componente del nervio oculomotor se llama nervio parasimpático y es responsable de la constricción pupilar.

Lesiones del nervio motor ocular común

Las lesiones del nervio motor ocular común (nervio oculomotor) pueden tener diversas causas y presentar diferentes manifestaciones clínicas. Algunas de las lesiones comunes que afectan a este nervio incluyen:

Compresión o Compromiso Vascular:

La compresión del nervio oculomotor puede ocurrir debido a tumores, aneurismas u otras estructuras anómalas cercanas al nervio. La presión sobre el nervio puede afectar su función y dar lugar a síntomas como ptosis (párpado caído), estrabismo (desalineación de los ojos) y limitación en los movimientos oculares.

Traumatismo Craneal:

Lesiones traumáticas en la cabeza pueden dañar el nervio oculomotor. El traumatismo craneal, especialmente aquel que involucra la región del hueso del cráneo donde el nervio tiene su origen, puede resultar en parálisis o debilidad del nervio.

Isquemia Vascular:

La interrupción del flujo sanguíneo hacia el nervio oculomotor puede causar daño. Esto puede ocurrir en casos de eventos vasculares, como embolias o trombosis, que afectan la irrigación sanguínea del nervio.

Infecciones:

Infecciones locales o sistémicas, como la meningitis o la infección por herpes zóster, pueden afectar el nervio oculomotor y provocar síntomas como dolor ocular, ptosis y movimientos oculares anormales.

Neuropatía Diabética:

La neuropatía diabética puede afectar los nervios periféricos, incluyendo el nervio oculomotor. Las personas con diabetes pueden tener un mayor riesgo de neuropatía, y esto puede llevar a problemas en la motilidad ocular.

Aneurisma Cerebral:

Un aneurisma en la arteria cerebral posterior puede comprimir el nervio oculomotor y afectar sus funciones.

Las manifestaciones clínicas de las lesiones del nervio oculomotor pueden incluir ptosis (párpado caído), estrabismo, limitación de los movimientos oculares, visión doble (diplopía), dolor ocular y alteraciones en la respuesta pupilar. El tratamiento dependerá de la causa subyacente y puede incluir medidas para abordar la lesión, la inflamación o la compresión del nervio.

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