Listeriosis: causas, síntomas y tratamiento

La listeriosis es una enfermedad causada por la bacteria Listeria monocytogenes. Esta bacteria se encuentra comúnmente en el suelo, el agua y en algunos animales, como los bovinos y los aves de corral. La listeriosis puede transmitirse a los humanos a través de alimentos contaminados.

Causas de listeriosis

Las causas principales de la listeriosis son la ingesta de alimentos contaminados con la bacteria Listeria monocytogenes y la transmisión de madre a hijo durante el embarazo.

  • Ingesta de alimentos contaminados: La mayoría de los casos de listeriosis están relacionados con la ingesta de alimentos contaminados con la bacteria Listeria monocytogenes. Esta bacteria puede encontrarse en una variedad de alimentos, incluyendo carnes crudas o mal cocidas, productos lácteos no pasteurizados, vegetales crudos contaminados, así como en alimentos procesados y envasados que han sido contaminados durante la producción o almacenamiento. La Listeria monocytogenes puede sobrevivir y crecer a bajas temperaturas, por lo que los alimentos refrigerados también pueden ser una fuente de infección si no se manipulan o almacenan adecuadamente.
  • Transmisión de madre a hijo durante el embarazo: Las mujeres embarazadas pueden transmitir la bacteria Listeria monocytogenes a sus bebés durante el embarazo o el parto. Aunque la infección en la madre puede no presentar síntomas graves, puede provocar complicaciones graves en el feto, como aborto espontáneo, parto prematuro, infección neonatal y en algunos casos, la muerte del feto.

En general, las personas con mayor riesgo de contraer listeriosis son aquellas con sistemas inmunológicos debilitados, como mujeres embarazadas, recién nacidos, adultos mayores y personas con condiciones médicas crónicas o que toman medicamentos que afectan el sistema inmunológico.

Signos y síntomas

Los síntomas de la listeriosis pueden variar dependiendo de la persona afectada y la gravedad de la infección. En algunos casos, la infección puede ser leve y pasar desapercibida, mientras que en otros puede ser grave e incluso potencialmente mortal.

  • Fiebre: La fiebre es uno de los síntomas más comunes de la listeriosis. Puede ser de moderada a alta, dependiendo de la gravedad de la infección.
  • Dolores musculares: Los dolores musculares, especialmente en las piernas, pueden ser un síntoma de la listeriosis.
  • Náuseas y vómitos: Muchas personas con listeriosis experimentan náuseas y pueden vomitar como resultado de la infección.
  • Diarrea: La diarrea puede ocurrir en algunas personas afectadas por la listeriosis, aunque no siempre está presente.
  • Malestar general: Sensación de malestar general, debilidad y fatiga son síntomas comunes de la listeriosis.
  • Dolor de cabeza: El dolor de cabeza es otro síntoma que puede estar presente en personas con listeriosis.
  • Rigidez en el cuello: La rigidez en el cuello puede ocurrir en casos más graves de listeriosis y puede ser un signo de meningitis, una complicación potencial de la infección.

Es importante tener en cuenta que los síntomas de la listeriosis pueden aparecer dentro de unas pocas horas hasta varios días después de la exposición a la bacteria.

Diagnóstico

El diagnóstico de la listeriosis generalmente se realiza a través de una combinación de historia clínica, examen físico y pruebas de laboratorio.

  • Historia clínica y examen físico: El médico comenzará evaluando tus síntomas y antecedentes médicos. Es importante informar al médico sobre cualquier exposición reciente a alimentos potencialmente contaminados, especialmente si estás en un grupo de alto riesgo, como mujeres embarazadas, recién nacidos, adultos mayores o personas con sistemas inmunológicos debilitados.
  • Cultivo de sangre o líquidos corporales: Para confirmar la presencia de la bacteria Listeria monocytogenes, el médico puede ordenar un cultivo de sangre u otros líquidos corporales, como el líquido cefalorraquídeo en casos de sospecha de meningitis. Durante el cultivo, se toma una muestra de sangre u otro líquido y se coloca en un medio de cultivo para permitir que la bacteria crezca y sea identificada en el laboratorio.
  • Cultivo de alimentos: Si hay sospecha de que la infección está relacionada con alimentos contaminados, se pueden realizar cultivos de los alimentos sospechosos para identificar la presencia de la bacteria Listeria monocytogenes.
  • Pruebas de imagen: En casos graves o complicados de listeriosis, como la meningitis, el médico puede ordenar pruebas de imagen, como una tomografía computarizada (TC) o una resonancia magnética (RM) del cerebro, para evaluar la extensión de la infección y buscar complicaciones.

Tratamiento de la listeriosis

El tratamiento de la listeriosis generalmente implica el uso de antibióticos para combatir la infección causada por la bacteria Listeria monocytogenes. Sin embargo, la elección del antibiótico y la duración del tratamiento pueden variar dependiendo de la gravedad de la infección y de la salud general del paciente.

  • Antibióticos: Los antibióticos son la piedra angular del tratamiento de la listeriosis. La penicilina y la ampicilina son los antibióticos de elección para tratar las infecciones por Listeria monocytogenes. En casos de alergia a la penicilina, se pueden usar alternativas como la trimetoprima-sulfametoxazol, la clindamicina o la vancomicina. La duración del tratamiento suele ser de al menos 2 semanas, aunque puede ser más prolongada en casos graves o complicados.
  • Hospitalización: En casos graves de listeriosis, como la meningitis o la septicemia, es posible que sea necesario hospitalizar al paciente para un tratamiento intravenoso con antibióticos y para monitorear de cerca su estado de salud.
  • Tratamiento de las complicaciones: Si la listeriosis causa complicaciones graves, como meningitis o septicemia, es posible que se necesiten tratamientos adicionales, como la administración de corticosteroides para reducir la inflamación o el tratamiento de soporte para mantener la función de los órganos vitales.
  • Atención de apoyo: Durante el tratamiento de la listeriosis, es importante mantener una buena hidratación, descansar lo suficiente y mantener una dieta saludable para ayudar al cuerpo a combatir la infección y recuperarse.

Es importante tener en cuenta que el tratamiento oportuno y adecuado de la listeriosis es crucial para prevenir complicaciones graves, especialmente en personas con mayor riesgo, como mujeres embarazadas, recién nacidos, adultos mayores y personas con sistemas inmunológicos debilitados.

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