Extrasístoles ventriculares: causas, síntomas y tratamiento

Las extrasístoles ventriculares (EV) son un tipo común de trastorno del ritmo cardíaco caracterizado por latidos cardíacos prematuros que se originan en los ventrículos del corazón. Estos latidos prematuros pueden ser percibidos como un “salto” o una “pausa” en el ritmo cardíaco normal y pueden sentirse como palpitaciones en el pecho. Aunque las EV pueden ser benignas en muchos casos, también pueden estar asociadas con enfermedades cardiacas subyacentes o representar un riesgo de arritmias más graves.

Causas de extrasístoles ventriculares

Las extrasístoles ventriculares pueden ser causadas por una variedad de factores, que incluyen:

  1. Irritabilidad cardíaca: La irritabilidad del tejido cardíaco puede provocar extrasístoles ventriculares. Esto puede ser el resultado de cambios eléctricos en el corazón debido a enfermedades cardíacas, trastornos del ritmo cardíaco o desequilibrios electrolíticos.
  2. Enfermedades cardíacas: Condiciones cardíacas subyacentes como la cardiopatía isquémica (obstrucción de las arterias coronarias), la cardiomiopatía (afecciones que afectan el músculo cardíaco), la insuficiencia cardíaca y las anomalías estructurales del corazón pueden aumentar el riesgo de extrasístoles ventriculares.
  3. Desequilibrios electrolíticos: Los niveles anormales de electrolitos en el cuerpo, como el potasio, el magnesio y el calcio, pueden interferir con la conducción eléctrica normal del corazón y aumentar el riesgo de extrasístoles ventriculares.
  4. Factores hormonales: Cambios en los niveles hormonales, como los que ocurren durante el estrés, la ansiedad, el ejercicio vigoroso o el embarazo, pueden desencadenar extrasístoles ventriculares.
  5. Consumo de sustancias: El consumo excesivo de alcohol, cafeína, tabaco u otras drogas puede aumentar el riesgo de extrasístoles ventriculares. Además, ciertos medicamentos, como los broncodilatadores utilizados para tratar el asma, los medicamentos para la presión arterial alta y los antidepresivos, pueden causar extrasístoles ventriculares como efecto secundario.
  6. Estimulantes: El estrés, la ansiedad, el ejercicio vigoroso y el consumo de estimulantes como la cafeína pueden aumentar temporalmente la irritabilidad del tejido cardíaco y desencadenar extrasístoles ventriculares en personas susceptibles.

Signos y síntomas

Los síntomas de las extrasístoles ventriculares pueden variar dependiendo de la frecuencia y la gravedad de las extrasístoles, así como de la presencia de otras condiciones cardíacas subyacentes. En muchos casos, las extrasístoles ventriculares no causan síntomas y se descubren incidentalmente durante una evaluación cardíaca de rutina. Sin embargo, cuando se presentan síntomas, pueden incluir:

  1. Palpitaciones: Sensación de latidos cardíacos rápidos, fuertes o irregulares. Las personas pueden sentir un “salto” o una “pausa” en el ritmo cardíaco normal.
  2. Mareos o desmayos: Las extrasístoles ventriculares pueden afectar el flujo sanguíneo al cerebro, lo que puede provocar sensación de mareo o desmayo, especialmente si las extrasístoles son frecuentes o si ocurren en patrones específicos.
  3. Sensación de opresión en el pecho: Algunas personas pueden experimentar sensaciones de presión, opresión o malestar en el pecho, similares a la angina de pecho, durante o después de las extrasístoles ventriculares. Sin embargo, este síntoma es menos común y generalmente está asociado con extrasístoles frecuentes o graves.
  4. Ansiedad o preocupación: Las extrasístoles ventriculares pueden causar ansiedad o preocupación en algunas personas, especialmente si son frecuentes o si se asocian con otros síntomas como palpitaciones o mareos.

Diagnóstico

El diagnóstico de las extrasístoles ventriculares generalmente se realiza a través de una combinación de historia clínica, examen físico y pruebas de diagnóstico. Aquí hay un resumen de los pasos típicos utilizados en el diagnóstico de extrasístoles ventriculares:

  1. Historia clínica: El médico recopilará información detallada sobre los síntomas del paciente, incluidas las palpitaciones, mareos, desmayos o cualquier otro síntoma cardíaco. También se explorarán antecedentes médicos personales y familiares, incluidas enfermedades cardíacas previas, hipertensión arterial, diabetes u otras condiciones médicas relevantes.
  2. Examen físico: Durante el examen físico, el médico escuchará el corazón y los pulmones con un estetoscopio para evaluar la frecuencia cardíaca, el ritmo cardíaco y cualquier anormalidad en los sonidos cardíacos. Además, el médico puede buscar signos de otras afecciones médicas que puedan estar relacionadas con los síntomas del paciente.
  3. Electrocardiograma (ECG): El ECG es una herramienta de diagnóstico fundamental para detectar extrasístoles ventriculares. Este procedimiento registra la actividad eléctrica del corazón y puede mostrar la presencia de extrasístoles ventriculares, así como otros trastornos del ritmo cardíaco. Sin embargo, como las extrasístoles ventriculares pueden ser intermitentes, a veces no se detectan en un ECG de reposo. En tales casos, se pueden usar pruebas de monitoreo cardíaco ambulatorio para capturar episodios intermitentes de extrasístoles.
  4. Pruebas de monitoreo cardíaco ambulatorio: Si los síntomas son intermitentes o si se sospecha de extrasístoles ventriculares pero no se detectan en un ECG de reposo, se pueden utilizar pruebas de monitoreo cardíaco ambulatorio para capturar episodios de extrasístoles a lo largo del tiempo. Esto puede incluir un monitor Holter de 24 horas, que registra la actividad eléctrica del corazón durante un período prolongado, o un monitor de eventos, que registra la actividad cardíaca cuando el paciente experimenta síntomas.
  5. Pruebas de imagen cardíaca: En algunos casos, pueden realizarse pruebas de imagen cardíaca, como un ecocardiograma o una resonancia magnética cardíaca, para evaluar la estructura y la función del corazón y buscar posibles causas subyacentes de las extrasístoles ventriculares, como enfermedad cardíaca estructural o anomalías congénitas.
  6. Análisis de electrolitos y otras pruebas de laboratorio: Se pueden realizar análisis de sangre para evaluar los niveles de electrolitos (como potasio, magnesio y calcio) y otras pruebas de laboratorio para buscar posibles desequilibrios o anormalidades que puedan contribuir a las extrasístoles ventriculares.

Tratamiento de las extrasístoles ventriculares

El tratamiento de las extrasístoles ventriculares depende de varios factores, incluida la frecuencia y la gravedad de las extrasístoles, la presencia de síntomas y la existencia de condiciones cardíacas subyacentes. Aquí hay un resumen de las opciones de tratamiento comunes:

  1. Observación y manejo conservador: En muchos casos, especialmente si las extrasístoles ventriculares son ocasionales y no causan síntomas, no se requiere ningún tratamiento específico. El médico puede optar por simplemente observar al paciente y monitorear su condición en busca de cambios o síntomas nuevos.
  2. Modificación del estilo de vida: Se pueden hacer cambios en el estilo de vida para ayudar a reducir la frecuencia y la gravedad de las extrasístoles ventriculares. Esto puede incluir reducir o evitar el consumo de cafeína, alcohol y tabaco, manejar el estrés y la ansiedad, y mantener un estilo de vida saludable que incluya una dieta equilibrada y ejercicio regular.
  3. Tratamiento de afecciones subyacentes: Si las extrasístoles ventriculares están asociadas con enfermedades cardíacas subyacentes, como cardiopatía isquémica, hipertensión arterial o trastornos del ritmo cardíaco, el tratamiento de estas afecciones puede ayudar a reducir la frecuencia y la gravedad de las extrasístoles. Esto puede incluir medicamentos para controlar la presión arterial, reducir el riesgo de coágulos sanguíneos o regular el ritmo cardíaco.
  4. Medicamentos antiarrítmicos: En algunos casos, se pueden recetar medicamentos antiarrítmicos para ayudar a controlar el ritmo cardíaco y reducir la frecuencia y la gravedad de las extrasístoles ventriculares. Estos medicamentos pueden incluir betabloqueantes, bloqueadores de los canales de calcio o medicamentos antiarrítmicos específicos.
  5. Ablación por catéter: En casos graves o resistentes al tratamiento, se puede considerar la ablación por catéter como opción de tratamiento. Durante este procedimiento, se inserta un catéter en el corazón a través de un vaso sanguíneo y se utilizan técnicas de ablación para destruir o aislar el tejido cardíaco que está generando las extrasístoles ventriculares.
  6. Dispositivos de estimulación cardíaca: En casos muy graves o en personas con riesgo de arritmias ventriculares peligrosas, como en el síndrome de QT largo, se puede recomendar la implantación de dispositivos de estimulación cardíaca, como un desfibrilador cardioversor implantable (DCI) o un marcapasos cardíaco.

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