Infarto agudo de miocardio: fisiopatología

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El infarto agudo de miocardio (IAM), comúnmente conocido como ataque al corazón, es una condición médica grave y potencialmente mortal que ocurre cuando el flujo sanguíneo hacia una parte del músculo cardíaco se ve bloqueado. Esto generalmente se debe a la formación de un coágulo sanguíneo en una arteria coronaria, que suministra sangre al corazón. La falta de flujo sanguíneo adecuado puede causar daño al músculo cardíaco y, en casos graves, llevar a la muerte del tejido cardíaco.

Causas

El infarto agudo de miocardio (IAM) generalmente se produce cuando el flujo sanguíneo hacia una parte del músculo cardíaco se ve obstruido, lo que provoca daño al tejido cardíaco. Las causas más comunes de un infarto agudo de miocardio incluyen:

  1. Aterosclerosis: Es la causa principal de la mayoría de los ataques al corazón. La aterosclerosis es la acumulación de depósitos de grasa, colesterol y otras sustancias en las paredes de las arterias coronarias, formando placas que pueden bloquear el flujo sanguíneo.
  2. Trombosis: La formación de un coágulo sanguíneo (trombo) en una arteria coronaria puede bloquear el flujo de sangre hacia el corazón. Esto a menudo ocurre en áreas donde hay placas de aterosclerosis.
  3. Embolia: Un émbolo, que es un coágulo sanguíneo o un fragmento de placa aterosclerótica, puede desprenderse y viajar por la corriente sanguínea hasta que se aloja en una arteria coronaria, provocando un bloqueo repentino del flujo sanguíneo.
  4. Espasmo coronario: En algunos casos, las arterias coronarias pueden experimentar un espasmo repentino y temporal, reduciendo o bloqueando el flujo sanguíneo al corazón.
  5. Factores de riesgo cardiovascular: Estos incluyen la hipertensión arterial, el colesterol elevado, la diabetes, el tabaquismo y la obesidad. Estos factores aumentan la probabilidad de desarrollar enfermedad coronaria y, por lo tanto, el riesgo de sufrir un infarto agudo de miocardio.
  6. Edad y género: El riesgo de infarto agudo de miocardio aumenta con la edad, y los hombres tienden a tener un mayor riesgo que las mujeres, aunque el riesgo en las mujeres aumenta después de la menopausia.
  7. Historial familiar: La predisposición genética también puede influir en la susceptibilidad a problemas cardíacos.

Es importante destacar que muchas veces, el infarto agudo de miocardio es el resultado de la interacción de varios de estos factores. Adoptar un estilo de vida saludable y controlar los factores de riesgo es esencial para la prevención de enfermedades cardíacas. Además, la detección y el manejo temprano de afecciones médicas subyacentes también son cruciales para reducir el riesgo de un infarto agudo de miocardio.

Manifestaciones clínicas

Las manifestaciones clínicas de un infarto agudo de miocardio (IAM) pueden variar de una persona a otra y a veces pueden ser diferentes entre hombres y mujeres. Los síntomas típicos incluyen:

  1. Dolor o molestias en el pecho: Este es uno de los síntomas más comunes. Puede sentirse como presión, opresión, apretón o dolor intenso en el centro o lado izquierdo del pecho. Este dolor puede irradiar hacia el brazo izquierdo, la mandíbula, la espalda o el cuello.
  2. Dificultad para respirar: Puedes experimentar dificultad para respirar, ya que el corazón no está bombeando eficazmente la sangre.
  3. Sudoración excesiva: La persona afectada puede experimentar sudoración profusa, que a menudo se describe como sudor frío y pegajoso.
  4. Náuseas y vómitos: Algunas personas pueden sentir náuseas y, en algunos casos, vomitar.
  5. Mareos o desmayo: La falta de flujo sanguíneo al cerebro puede provocar mareos o incluso desmayos.
  6. Fatiga extrema: Puedes sentirte extremadamente cansado sin razón aparente.
  7. Ansiedad o miedo: Algunas personas experimentan una sensación de ansiedad extrema o miedo, que puede estar asociada con la percepción de un evento potencialmente mortal.

Es importante destacar que no todas las personas experimentan todos estos síntomas, y algunas personas pueden tener síntomas atípicos o presentar síntomas más leves. Además, en algunas mujeres, los síntomas pueden ser menos específicos y pueden incluir fatiga, molestias en la mandíbula o espalda, y falta de aliento.

Diagnóstico

El diagnóstico de un infarto agudo de miocardio (IAM) generalmente implica una combinación de evaluación clínica, pruebas de laboratorio y pruebas de diagnóstico por imágenes. Procedimientos comunes utilizados para diagnosticar un IAM:

  1. Historia clínica y examen físico: El médico recopilará información detallada sobre los síntomas, la historia médica y los factores de riesgo del paciente. También realizará un examen físico para evaluar los signos vitales y buscar posibles signos de un infarto.
  2. Electrocardiograma (ECG o EKG): Este es un examen común para diagnosticar un IAM. Un ECG registra la actividad eléctrica del corazón y puede mostrar cambios característicos en el patrón que sugieren daño cardíaco.
  3. Análisis de sangre: Se pueden realizar pruebas de laboratorio para medir niveles de enzimas cardíacas específicas, como la troponina y la creatina quinasa (CK-MB). Estas enzimas se liberan en el torrente sanguíneo cuando hay daño al músculo cardíaco.
  4. Pruebas de imágenes: La angiografía coronaria, la ecocardiografía y la resonancia magnética cardíaca son algunas de las pruebas de imágenes utilizadas para evaluar el corazón y las arterias coronarias, y para confirmar la presencia y la extensión del infarto.
  5. Tomografía computarizada (TC) o angiografía por resonancia magnética (ARM): Estas pruebas de imágenes pueden proporcionar imágenes detalladas de las arterias coronarias y ayudar en la identificación de obstrucciones.
  6. Pruebas de esfuerzo: En algunos casos, se puede realizar una prueba de esfuerzo para evaluar la función cardíaca durante el ejercicio. Esto puede ayudar a identificar problemas en el suministro de sangre al corazón.

Alteraciones electrocardiográficas

Las alteraciones electrocardiográficas son herramientas clave para diagnosticar un infarto agudo de miocardio (IAM). El electrocardiograma (ECG o EKG) es una prueba comúnmente utilizada para evaluar la actividad eléctrica del corazón y detectar posibles anomalías. Las alteraciones electrocardiográficas asociadas con un IAM pueden incluir:

  1. Elevación del segmento ST (elevación del ST): La elevación del segmento ST en el ECG es una característica distintiva de un IAM. Se observa como un aumento anormal en la línea que conecta los complejos QRS y T. La presencia de elevación del ST en al menos dos derivaciones contiguas es indicativa de un infarto agudo de miocardio.
  2. Ondas Q patológicas: Después de un infarto, algunas personas pueden desarrollar ondas Q patológicas en el ECG. Estas ondas Q son indicativas de una cicatriz permanente en el músculo cardíaco y son un marcador de daño antiguo.
  3. Inversión de las ondas T: La inversión de las ondas T en el ECG puede ser un indicador de isquemia o falta de suministro sanguíneo al corazón. Este cambio puede ocurrir durante o después de un infarto agudo de miocardio.

Estas alteraciones electrocardiográficas se observan en diferentes etapas del infarto y pueden variar según la ubicación y la extensión del daño en el corazón. Es importante tener en cuenta que estas características son solo algunas de las posibles alteraciones electrocardiográficas y que el diagnóstico completo debe basarse en una evaluación integral que incluya la historia clínica, los síntomas, los resultados de pruebas de laboratorio y otras pruebas de diagnóstico por imágenes.

Localización del infarto según derivación alterada

La localización del infarto agudo de miocardio (IAM) se puede determinar en función de las derivaciones electrocardiográficas que muestran alteraciones. Cada derivación del electrocardiograma (ECG) corresponde a una región específica del corazón.

  1. Infarto anterior: La elevación del segmento ST en las derivaciones precordiales (V1 a V6) suele indicar un infarto en la pared anterior del corazón. Las derivaciones laterales (I, aVL) también pueden mostrar alteraciones.
  2. Infarto inferior: La elevación del ST en las derivaciones inferiores (II, III, aVF) sugiere un infarto en la parte inferior del corazón.
  3. Infarto lateral: La elevación del ST en las derivaciones laterales (I, aVL, V5, V6) puede indicar un infarto en la pared lateral del corazón.
  4. Infarto posterior: El infarto posterior puede no ser evidente en un ECG estándar, pero puede sospecharse si hay depresión del segmento ST en las derivaciones precordiales anteriores (V1 a V4) junto con elevación del ST en las derivaciones inferiores.

Elevación enzimática

En el contexto de un infarto agudo de miocardio (IAM), las enzimas cardíacas suelen elevarse en la sangre debido al daño al músculo cardíaco. Las enzimas cardíacas más importantes en este contexto son la troponina y la creatina quinasa (CK-MB). Estas enzimas se liberan en el torrente sanguíneo cuando las células del corazón se dañan.

  1. Troponina: Es una proteína que se encuentra en las células musculares del corazón. La troponina es considerada el marcador más sensible y específico para el daño cardíaco. La elevación de los niveles de troponina en la sangre es un indicador clave de lesión cardíaca. Los niveles de troponina pueden elevarse en unas pocas horas después del inicio de un infarto y pueden permanecer elevados durante varios días.
  2. Creatina quinasa (CK-MB): La CK-MB es una enzima que se encuentra principalmente en las células del corazón. Su elevación en la sangre también puede indicar daño al músculo cardíaco. Los niveles de CK-MB tienden a aumentar más rápidamente después de un infarto que la troponina, pero también disminuyen más rápidamente.

La medición de estos marcadores en la sangre es fundamental para el diagnóstico de un infarto agudo de miocardio. Los profesionales de la salud evalúan tanto los niveles absolutos como la tendencia temporal de estos marcadores para confirmar la presencia de daño cardíaco y determinar la gravedad del infarto.

Tratamiento

El tratamiento de un infarto agudo de miocardio (IAM) es una emergencia médica y debe iniciarse lo más rápido posible para reducir el daño al músculo cardíaco y mejorar el pronóstico. El tratamiento del IAM generalmente implica una combinación de medidas farmacológicas y procedimientos invasivos.

  1. Terapia de reperfusión: El objetivo principal es restaurar el flujo sanguíneo al área afectada del corazón tan pronto como sea posible. Esto se logra mediante terapia de reperfusión, que puede ser realizada a través de:
    • Angioplastia coronaria: Un catéter se coloca en la arteria obstruida y se infla para abrir el vaso sanguíneo. En muchos casos, se coloca un stent para mantener la arteria abierta.
    • Fibrinolisis: Se administran medicamentos trombolíticos para disolver el coágulo que obstruye la arteria coronaria.
  2. Antiagregantes plaquetarios: Se administran medicamentos antiagregantes plaquetarios, como la aspirina, para prevenir la formación de nuevos coágulos y mejorar la circulación sanguínea.
  3. Anticoagulantes: Medicamentos anticoagulantes, como la heparina, pueden ser administrados para prevenir la formación de coágulos adicionales y reducir el riesgo de complicaciones trombóticas.
  4. Bloqueadores beta: Estos medicamentos reducen la carga de trabajo del corazón, disminuyen la frecuencia cardíaca y la presión arterial, y mejoran la función cardíaca.
  5. Inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (IECA) y bloqueadores de los receptores de angiotensina (BRA): Estos medicamentos ayudan a reducir la carga en el corazón y mejoran la función cardíaca.
  6. Estatinas: Se administran para reducir los niveles de colesterol y estabilizar las placas de aterosclerosis.
  7. Oxígeno: La administración de oxígeno puede ser necesaria para mejorar la oxigenación del corazón y otros órganos.
  8. Rehabilitación cardíaca: Después del tratamiento agudo, la rehabilitación cardíaca puede ser recomendada para ayudar en la recuperación física y emocional del paciente.

Es crucial que el tratamiento se inicie lo antes posible. Por esta razón, si se sospecha un infarto agudo de miocardio, se debe buscar atención médica de emergencia llamando al número de emergencia de inmediato. La rapidez en el acceso al tratamiento puede marcar una gran diferencia en el resultado y la recuperación del paciente.

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