La clasificación de Killip-Kimball es una forma de evaluar la gravedad de la insuficiencia cardíaca en pacientes que han sufrido un infarto agudo de miocardio (IAM). Esta clasificación se utiliza para estratificar el riesgo y guiar el tratamiento inicial. Fue desarrollada por John Ross Jr. Killip y John Malcolm Kimball y se basa en la evaluación clínica del paciente al momento de su ingreso al hospital. La clasificación de Killip-Kimball consta de cuatro clases:
- Clase I: Los pacientes de esta clase tienen poco o ningún signo de insuficiencia cardíaca. No presentan crepitaciones pulmonares, estertores ni galope, y no muestran signos de congestión venosa, como edema periférico.
- Clase II: Los pacientes de esta clase presentan signos leves de insuficiencia cardíaca. Pueden tener estertores bibasales en los pulmones, así como un tercer y cuarto ruido cardíaco (galope). No obstante, no tienen evidencia de congestión venosa sistémica.
- Clase III: Los pacientes de esta clase presentan signos marcados de insuficiencia cardíaca. Suelen tener estertores pulmonares en ambos campos, así como signos de congestión venosa, como edema periférico, hepatomegalia o ascitis. La presión arterial suele ser normal en reposo, pero puede disminuir con la actividad.
- Clase IV: Los pacientes de esta clase tienen un cuadro de insuficiencia cardíaca grave. Además de los signos mencionados en la Clase III, estos pacientes presentan hipotensión arterial, a menudo asociada con taquicardia. La perfusión tisular puede estar comprometida.
La clasificación de Killip-Kimball se utiliza para determinar el pronóstico y la necesidad de tratamiento en pacientes con infarto agudo de miocardio. Los pacientes en las clases III y IV tienen un peor pronóstico y requieren una intervención más agresiva, como la monitorización hemodinámica invasiva y el tratamiento con inotrópicos y vasodilatadores. Por otro lado, los pacientes en las clases I y II pueden necesitar un tratamiento menos intensivo y pueden tener un pronóstico más favorable.