Sífilis: causas, síntomas, diagnóstico y tratamiento

La sífilis es una infección bacteriana de transmisión sexual (ITS) causada por la bacteria Treponema pallidum. Puede afectar a cualquier persona que tenga contacto sexual con una persona infectada. La sífilis se presenta en varias etapas y puede causar una amplia gama de síntomas si no se trata adecuadamente.

Las etapas de la sífilis son las siguientes:

  1. Primaria: Se caracteriza por la aparición de una úlcera o llaga indolora llamada chancro en el lugar donde la bacteria entró al cuerpo. Esta lesión suele aparecer de 10 a 90 días después de la exposición.
  2. Secundaria: Después de la fase primaria, la infección puede progresar a la etapa secundaria, que se caracteriza por la presencia de erupciones cutáneas en todo el cuerpo, así como fiebre, dolor de garganta, fatiga y otros síntomas similares a los de la gripe. Estos síntomas pueden aparecer varias semanas después de la desaparición del chancro.
  3. Latente: Después de la fase secundaria, la sífilis puede entrar en una fase latente, donde los síntomas desaparecen, pero la bacteria permanece en el cuerpo. Puede durar años.
  4. Terciaria: En algunos casos, la infección puede avanzar a la etapa terciaria, que puede afectar órganos internos, como el corazón, los vasos sanguíneos, el cerebro y los nervios. Esta etapa puede causar daño grave y potencialmente fatal.

Causas de sífilis

La sífilis es causada por la bacteria espiroqueta Treponema pallidum. La infección se transmite principalmente a través del contacto directo con las lesiones húmedas de una persona infectada, típicamente durante el contacto sexual. Sin embargo, la sífilis también puede transmitirse de una madre infectada a su hijo durante el embarazo (sífilis congénita) o a través de transfusiones de sangre o contacto con objetos contaminados (aunque estas vías de transmisión son menos comunes).

Las causas específicas de la sífilis incluyen:

Contacto sexual: La transmisión sexual es la forma más común de adquirir la sífilis. Las relaciones sexuales sin protección, especialmente con parejas múltiples o desconocidas, aumentan el riesgo de exposición.

Transmisión de madre a hijo: Una mujer embarazada con sífilis puede transmitir la infección a su bebé durante el embarazo, el parto o la lactancia. La sífilis congénita puede tener consecuencias graves para el feto o el recién nacido si no se trata adecuadamente.

Transfusión de sangre: Aunque rara, la sífilis puede transmitirse a través de transfusiones de sangre contaminada.

Compartir agujas: En casos muy poco frecuentes, la sífilis puede transmitirse a través del uso compartido de agujas contaminadas con sangre de una persona infectada.

Signos y síntomas

Los síntomas de la sífilis pueden variar según la etapa de la infección. La enfermedad progresa a través de varias etapas, y algunos pacientes pueden no experimentar síntomas notorios en las etapas tempranas. A continuación, se describen los síntomas asociados con cada etapa:

Primaria:

Chancro: La sífilis primaria generalmente comienza con la aparición de un chancro, que es una úlcera o llaga indolora en el lugar donde la bacteria Treponema pallidum ingresó al cuerpo. Puede aparecer en los genitales, ano, boca o en cualquier otro lugar de contacto. El chancro suele ser único, firme y redondeado.

Secundaria:

Erupción cutánea: Después de la fase primaria, pueden desarrollarse síntomas en todo el cuerpo. Una erupción cutánea característica es común, que puede variar en apariencia y afectar diferentes partes del cuerpo.

Fiebre y malestar general: Síntomas similares a los de la gripe, como fiebre, dolor de garganta, fatiga y dolores musculares.

Ganglios linfáticos inflamados: Los ganglios linfáticos pueden inflamarse durante la fase secundaria.

Latente:

Durante la fase latente, la bacteria puede estar presente en el cuerpo sin síntomas notorios. Puede durar años y, en algunos casos, la sífilis permanece latente de forma indefinida.

Terciaria:

Si no se trata, la infección puede avanzar a la etapa terciaria, que puede afectar órganos internos como el corazón, los vasos sanguíneos, el cerebro y los nervios. Los síntomas de la sífilis terciaria pueden incluir problemas cardíacos, ceguera, daño neurológico y otros problemas graves.

Diagnóstico de sífilis

El diagnóstico de la sífilis generalmente se realiza mediante pruebas de laboratorio, ya que los síntomas pueden ser inespecíficos y la infección puede pasar desapercibida en algunas personas. Las pruebas de sífilis pueden incluir:

Pruebas serológicas:

Prueba de detección de anticuerpos: La prueba más común para la sífilis implica la detección de anticuerpos específicos contra Treponema pallidum en la sangre. Estas pruebas incluyen la prueba de reagina plasmática rápida (RPR) y la prueba de microhemaglutinación para anticuerpos treponémicos (TP-PA).

Prueba de inmunoensayo enzimático (ELISA): Otras pruebas, como ELISA, también se pueden usar para detectar anticuerpos antitreponémicos.

Pruebas confirmatorias:

Prueba de absorción de inmunoglobulina fluorescente (FTA-ABS): Es una prueba confirmatoria que se realiza si la prueba inicial es positiva. Ayuda a confirmar la presencia de anticuerpos específicos contra la bacteria Treponema pallidum.

Prueba de la lesión o chancro: En la fase primaria de la sífilis, el médico puede tomar una muestra de material de la lesión (chancro) y examinarlo bajo el microscopio para buscar la presencia de la bacteria.

Tratamiento de la sífilis

El tratamiento de la sífilis implica el uso de antibióticos para eliminar la bacteria Treponema pallidum, causante de la infección. La elección del antibiótico y la duración del tratamiento pueden variar según la etapa de la enfermedad. La penicilina es el tratamiento preferido y más efectivo para la sífilis, pero en casos de alergia a la penicilina, se pueden utilizar otros antibióticos como doxiciclina o ceftriaxona.

Las pautas de tratamiento típicas incluyen:

Sífilis primaria, secundaria y latente temprana:

Penicilina benzatínica: Una inyección única de penicilina benzatínica es la opción de tratamiento estándar. La dosis y el tipo de penicilina pueden variar según la etapa de la sífilis.

Sífilis latente tardía o terciaria:

Penicilina intravenosa: En casos de sífilis latente tardía o terciaria, donde la infección ha persistido durante más tiempo, el tratamiento con penicilina puede requerir múltiples dosis administradas por vía intravenosa.

Sífilis congénita:

Penicilina: El tratamiento de la sífilis congénita en recién nacidos implica el uso de penicilina.

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2 respuestas a “Sífilis: causas, síntomas, diagnóstico y tratamiento”

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