Parálisis faríngea: causas, síntomas y tratamiento

La parálisis faríngea, también conocida como parálisis del músculo faríngeo, es una condición en la cual los músculos de la faringe (la parte de la garganta que conecta la boca y la tráquea) no funcionan correctamente. Esta condición puede afectar la deglución (tragar) y puede estar asociada con otros síntomas relacionados con la función de la faringe.

Causas de parálisis faríngea

Daño Nervioso:

Lesiones o daños en los nervios que controlan los músculos de la faringe, como los nervios craneales IX (glosofaríngeo) y X (vago).

Traumatismo:

Lesiones traumáticas que afectan la región de la garganta o el cuello, lo que puede dañar los nervios o los músculos faríngeos.

Enfermedades Neuromusculares:

Condiciones como la miastenia gravis o la esclerosis lateral amiotrófica (ELA) pueden afectar los nervios y músculos involucrados en la deglución.

Infecciones:

Infecciones virales o bacterianas que afectan los nervios o los músculos faríngeos.

Tumores:

Tumores que afectan la región de la faringe o los nervios asociados.

Síntomas:

La parálisis faríngea, también conocida como disfunción faríngea, puede presentar una variedad de síntomas que afectan la capacidad para tragar y respirar correctamente. Algunos de los síntomas más comunes de la parálisis faríngea incluyen:

  1. Disfagia (dificultad para tragar): La disfagia es uno de los síntomas principales de la parálisis faríngea. Puede manifestarse como dificultad para iniciar el acto de tragar, sensación de obstrucción en la garganta o sensación de que los alimentos se quedan atascados en la garganta.
  2. Regurgitación nasal: Debido a la incapacidad para cerrar correctamente la nasofaringe durante la deglución, puede ocurrir regurgitación de líquidos o alimentos a través de la nariz.
  3. Voz húmeda o gorgoteante: La parálisis faríngea puede causar cambios en la voz, como una calidad húmeda o gorgoteante, especialmente durante la deglución.
  4. Aspiración de alimentos o líquidos: La debilidad en los músculos faríngeos puede provocar la entrada de alimentos o líquidos en las vías respiratorias, lo que puede resultar en tos o dificultad para respirar.
  5. Dolor de garganta: Algunas personas pueden experimentar dolor o molestias en la garganta debido a la tensión adicional en los músculos faríngeos durante la deglución.
  6. Cambios en la capacidad respiratoria: La parálisis faríngea puede afectar la capacidad para respirar adecuadamente, especialmente durante la deglución, lo que puede causar dificultad respiratoria o sensación de ahogo.
  7. Pérdida de peso: La dificultad para tragar puede llevar a una ingesta insuficiente de alimentos y líquidos, lo que puede resultar en pérdida de peso involuntaria.
  8. Fatiga al comer: Debido al esfuerzo adicional requerido para tragar, algunas personas pueden experimentar fatiga o agotamiento al comer.

Es importante tener en cuenta que los síntomas pueden variar de una persona a otra y pueden ser más pronunciados en casos más graves de parálisis faríngea.

Diagnóstico

El diagnóstico de la parálisis faríngea generalmente implica una evaluación exhaustiva por parte de un médico especialista, como un otorrinolaringólogo.

  1. Historia clínica: El médico recopilará información detallada sobre los síntomas del paciente, incluyendo la aparición, duración y gravedad de la dificultad para tragar, así como cualquier síntoma relacionado como regurgitación nasal, cambios en la voz o dificultad para respirar.
  2. Examen físico: Durante el examen físico, el médico puede evaluar la función de los músculos faríngeos mediante la observación de la deglución y la palpación del cuello en busca de signos de debilidad muscular o asimetría.
  3. Fibroscopia o laringoscopia: Estas pruebas permiten al médico examinar directamente el interior de la faringe y la laringe utilizando un endoscopio flexible o rígido. Esto puede proporcionar una evaluación detallada de la anatomía y la función de las vías respiratorias superiores, así como detectar cualquier anormalidad estructural o parálisis muscular.
  4. Videofluoroscopia: También conocida como estudio de deglución por videofluoroscopia, esta prueba de imagen en tiempo real utiliza rayos X para visualizar el proceso de deglución mientras el paciente ingiere alimentos o líquidos que contienen un agente de contraste. Esto puede ayudar a identificar cualquier anomalía en la coordinación y la función muscular durante la deglución.
  5. Electromiografía (EMG) de la musculatura faríngea: Esta prueba mide la actividad eléctrica de los músculos faríngeos durante la deglución. Puede ayudar a evaluar la función neuromuscular y detectar cualquier anormalidad en la señal nerviosa que pueda indicar parálisis o debilidad muscular.
  6. Pruebas de función respiratoria: En algunos casos, pueden realizarse pruebas de función pulmonar para evaluar la capacidad respiratoria y detectar cualquier anormalidad que pueda estar relacionada con la parálisis faríngea.

Tratamiento de la parálisis faríngea

El tratamiento de la parálisis faríngea depende de la causa subyacente, la gravedad de los síntomas y las necesidades individuales del paciente. Aquí se presentan algunas opciones de tratamiento que pueden ser consideradas:

  1. Terapia de rehabilitación y ejercicios de deglución: La terapia de rehabilitación con un logopeda o terapeuta del habla puede ser beneficiosa para mejorar la función de deglución y la coordinación muscular. Esto puede incluir ejercicios específicos para fortalecer los músculos faríngeos y mejorar la coordinación durante la deglución.
  2. Modificación de la dieta y la consistencia de los alimentos: En algunos casos, puede ser necesario modificar la dieta del paciente para incluir alimentos de consistencia suave o líquida que sean más fáciles de tragar. Esto puede ayudar a prevenir la aspiración de alimentos o líquidos en las vías respiratorias.
  3. Procedimientos quirúrgicos: En casos graves o persistentes de parálisis faríngea, pueden considerarse procedimientos quirúrgicos para mejorar la función de la faringe y la deglución. Estos pueden incluir la inyección de materiales de relleno en los músculos faríngeos para mejorar el cierre de la faringe durante la deglución, la cirugía de transferencia de nervios para restaurar la función nerviosa, o la colocación de una sonda de alimentación temporal o permanente para garantizar la nutrición adecuada.
  4. Medicamentos: En algunos casos, se pueden recetar medicamentos para tratar los síntomas asociados con la parálisis faríngea, como analgésicos para aliviar el dolor de garganta, medicamentos para reducir la secreción nasal o antiespasmódicos para ayudar a controlar la regurgitación nasal.
  5. Manejo de la secreción nasal: Si la regurgitación nasal es un problema significativo, pueden utilizarse medidas para ayudar a controlar la secreción nasal, como descongestionantes nasales, lavados nasales con solución salina o dispositivos de aspiración nasal.
  6. Tratamiento de la causa subyacente: Si la parálisis faríngea es causada por una afección médica subyacente, como un trastorno neurológico o una lesión en los nervios, el tratamiento de esta afección puede ayudar a mejorar los síntomas de la parálisis faríngea.

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