Nevus epidérmico: causas, síntomas y tratamiento

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El nevus epidérmico, también conocido como nevus sebáceo o nevus apocrino, es una lesión cutánea benigna que generalmente se presenta como una mancha amarillenta, rosada o marrón en la piel. Estos nevus son más comunes en la infancia y la adolescencia, y tienden a estar presentes desde el nacimiento o a desarrollarse poco después.

Causas de nevus epidérmico

Las causas exactas del nevus epidérmico no están completamente entendidas, pero se cree que su origen radica en un desarrollo anormal de las células durante el desarrollo embrionario. Algunos factores que pueden contribuir a la formación de nevus epidérmicos incluyen:

  1. Mutaciones genéticas: Se ha sugerido que mutaciones genéticas pueden jugar un papel en el desarrollo de nevus epidérmicos, ya que estos pueden ocurrir de manera esporádica o estar asociados con síndromes genéticos como el síndrome de Schimmelpenning.
  2. Factores hormonales: Algunos estudios sugieren que los cambios hormonales pueden influir en el desarrollo de nevus epidérmicos, ya que tienden a aumentar de tamaño y a volverse más evidentes durante la pubertad.
  3. Influencias ambientales: La exposición a ciertos factores ambientales, como la radiación ultravioleta del sol, puede desempeñar un papel en el desarrollo o la exacerbación de nevus epidérmicos, aunque esto no está completamente confirmado.
  4. Mutaciones somáticas: Se ha demostrado que las mutaciones somáticas, es decir, aquellas que ocurren después de la concepción y no se heredan de los padres, están presentes en algunos nevus epidérmicos, lo que sugiere que pueden surgir como resultado de cambios genéticos durante la vida de un individuo.

Manifestaciones clínicas

El nevus epidérmico generalmente no causa síntomas significativos en la mayoría de los casos. Sin embargo, puede manifestarse de diferentes maneras según su ubicación y tamaño. Algunos de los posibles síntomas asociados con un nevus epidérmico incluyen:

  1. Lesión cutánea: El nevus epidérmico se manifiesta como una mancha o lesión cutánea que puede variar en color, tamaño y textura. Puede aparecer como una mancha plana, ligeramente elevada o con una superficie rugosa.
  2. Cambios en el aspecto de la piel: Con el tiempo, el nevus epidérmico puede aumentar de tamaño o cambiar de forma, volviéndose más evidente o desarrollando una apariencia más verrugosa o nodular.
  3. Engrosamiento de la piel: En algunos casos, el nevus epidérmico puede volverse más grueso con el tiempo, lo que puede hacer que la piel sobre la lesión se sienta más áspera o desigual al tacto.
  4. Irritación o molestias: En casos raros, un nevus epidérmico puede causar irritación, picazón, sensibilidad o molestias, especialmente si se irrita por el roce con la ropa o el peinado del cabello.
  5. Cambios en la apariencia durante la pubertad: Algunos nevus epidérmicos pueden volverse más prominentes o cambiar de aspecto durante la pubertad, posiblemente debido a cambios hormonales en el cuerpo.

Tratamiento del Nevus epidérmico

El tratamiento del nevus epidérmico generalmente no es necesario a menos que haya preocupaciones estéticas, molestias o riesgos de complicaciones, como cambios en la apariencia de la lesión o malignidad. En tales casos, pueden considerarse las siguientes opciones de tratamiento:

  1. Extirpación quirúrgica: La eliminación del nevus epidérmico mediante cirugía puede ser una opción si la lesión es grande, prominente o causa preocupaciones estéticas. Durante este procedimiento, se corta quirúrgicamente el nevus y se cierra la herida con suturas.
  2. Crioterapia: La crioterapia implica congelar el nevus con nitrógeno líquido para destruir las células anormales de la piel. Este método puede ser adecuado para nevus más pequeños y superficiales.
  3. Electrocoagulación: En este procedimiento, se utiliza una corriente eléctrica para destruir el tejido del nevus. Es útil para nevus pequeños y superficiales, pero puede dejar cicatrices.
  4. Laserterapia: La terapia con láser puede ser una opción para eliminar nevus epidérmicos, especialmente aquellos que son superficiales y de color claro. Se utilizan diferentes tipos de láseres según el tipo de nevus y la pigmentación de la piel.
  5. Observación continua: En muchos casos, especialmente cuando el nevus no causa molestias ni preocupaciones estéticas, simplemente se puede optar por una observación regular para monitorear cualquier cambio en la apariencia del nevus. Se recomienda visitar regularmente a un dermatólogo para evaluaciones periódicas.

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