Las lesiones de los ligamentos del tobillo son comunes y pueden variar en gravedad desde distensiones leves hasta desgarros más graves. La mayoría de las lesiones de tobillo involucran los ligamentos laterales, que son:
- Ligamento lateral externo (LLE):
- Ligamento lateral externo anterior (LLEA): Conecta el hueso peroné con los huesos del pie.
- Ligamento lateral externo posterior (LLEP): Se extiende desde el peroné hasta el calcáneo.
- Ligamento lateral interno (LLI):
- Conecta la tibia con los huesos del pie.
Las lesiones de los ligamentos del tobillo a menudo ocurren durante actividades deportivas o tras una torcedura del tobillo. Algunas de las lesiones más comunes incluyen:
Esguince de Tobillo:
Es la lesión más común y generalmente implica estiramiento o desgarro de los ligamentos. Los esguinces se clasifican en grados según la gravedad de la lesión.
Lesiones del Ligamento Peroneo:
Pueden incluir distensiones, desgarros parciales o desgarros completos de los ligamentos peroneos.
Lesiones del Ligamento deltoideo (Ligamento lateral interno):
Pueden ocurrir en casos más graves de torceduras y afectan el ligamento que conecta la tibia con los huesos del pie.
Síntomas comunes de las lesiones de ligamentos del tobillo:
Dolor:
Puede variar desde leve hasta severo, dependiendo de la gravedad de la lesión.
La zona afectada puede hincharse debido a la acumulación de líquido.
Hematoma:
Puede haber decoloración de la piel debido a la acumulación de sangre.
Limitación en la Movilidad:
Dificultad para mover el tobillo normalmente.
Inestabilidad:
Sensación de debilidad o inestabilidad en el tobillo, especialmente al poner peso sobre él.
Diagnóstico y Tratamiento:
Diagnóstico:
Un profesional de la salud realizará un examen físico y puede ordenar pruebas de imagen, como radiografías o resonancias magnéticas, para evaluar la gravedad de la lesión y descartar fracturas.
Tratamiento:
El tratamiento puede variar según la gravedad de la lesión, pero generalmente incluye reposo, hielo, compresión y elevación (método PRICE).
Se pueden recetar analgésicos y antiinflamatorios.
En casos más graves, puede ser necesario el uso de muletas o férulas, y en algunos casos, la cirugía puede ser una opción.
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