Infección por tiña: causas, síntomas y tratamiento

La infección por tiña, también conocida como dermatofitosis o tinea, es una infección fúngica de la piel, las uñas o el cuero cabelludo causada por hongos dermatofitos. Estos hongos se alimentan de queratina, una proteína presente en la piel, las uñas y el cabello. Hay varias formas de infección por tiña, y cada una afecta diferentes partes del cuerpo.

Tipos de tiña

Tiña Corporal (Tinea Corporis):

Afecta la piel en diferentes partes del cuerpo, excepto en la cara, las manos y los pies. Se presenta como una erupción cutánea circular y roja que puede causar picazón.

Tiña de los Pies (Tinea Pedis o Pie de Atleta):

Afecta principalmente los pies, especialmente los espacios entre los dedos. Puede causar descamación, picazón, enrojecimiento y fisuras en la piel.

Tiña de las Uñas (Onicomicosis):

Afecta las uñas de los dedos de las manos o de los pies. Puede causar engrosamiento, decoloración, fragilidad y deformidades en las uñas.

Tiña de la Ingle (Tinea Cruris):

Afecta la región de la ingle y la parte interna de los muslos. Se presenta con enrojecimiento, descamación y picazón en estas áreas.

Tiña del Cuero Cabelludo (Tinea Capitis):

Afecta el cuero cabelludo y el cabello. Es más común en niños y puede causar áreas de pérdida de cabello, descamación y enrojecimiento.

Tiña de la Barba (Tinea Barbae):

Afecta la barba y el área circundante en hombres. Puede causar enrojecimiento, inflamación y formación de pústulas.

Causas

La infección por tiña es causada por hongos dermatofitos. Estos hongos se alimentan de queratina, una proteína presente en la piel, las uñas y el cabello. Las causas específicas de la infección por tiña pueden variar según el tipo de tiña y la región del cuerpo afectada.

Contacto con Hongos Dermatofitos:

La principal causa de la infección por tiña es el contacto directo con hongos dermatofitos. Estos hongos suelen encontrarse en ambientes cálidos y húmedos, como vestuarios, duchas públicas, piscinas y gimnasios. El contacto con superficies contaminadas por estos hongos puede facilitar la transmisión.

Contacto Persona a Persona:

La tiña puede transmitirse directamente de una persona a otra a través del contacto piel con piel. Esto es más común en la tiña corporal y en la tiña de la ingle.

Animales y Mascotas:

Algunos animales, como gatos, perros y ganado, pueden ser portadores de hongos dermatofitos. El contacto con animales infectados puede transmitir la infección a los humanos.

Ambientes Húmedos y Cálidos:

Los hongos dermatofitos prosperan en ambientes cálidos y húmedos. El uso de instalaciones públicas, como piscinas, duchas y vestuarios, aumenta el riesgo de exposición a estos hongos.

Factores Personales:

Algunos factores personales pueden aumentar la susceptibilidad a la infección por tiña. Esto incluye la presencia de heridas en la piel, un sistema inmunológico debilitado, sudoración excesiva y falta de higiene personal.

Signos y síntomas

Los síntomas de la infección por tiña pueden variar según el tipo de tiña y la ubicación en el cuerpo. Aquí se describen los síntomas comunes asociados con diferentes formas de infección por tiña:

  1. Tiña Corporal (Tinea Corporis):
    • Lesiones circulares o anulares en la piel.
    • Erupciones rojas, escamosas y con bordes definidos.
    • Picazón intensa en la zona afectada.
    • Las lesiones pueden aumentar de tamaño con el tiempo.
  2. Tiña de los Pies (Tinea Pedis o Pie de Atleta):
    • Picazón y ardor entre los dedos de los pies.
    • Descamación de la piel, especialmente en la planta del pie y los lados.
    • Enrojecimiento y grietas en la piel.
    • Posible formación de ampollas.
  3. Tiña de las Uñas (Onicomicosis):
    • Engrosamiento de las uñas.
    • Cambios en el color de las uñas, que pueden volverse amarillas, marrones o blancas.
    • Fragilidad y deformidades en las uñas.
    • Descamación de la superficie de la uña.
  4. Tiña de la Ingle (Tinea Cruris):
    • Erupción roja y escamosa en la ingle y en la parte interna de los muslos.
    • Picazón intensa en la zona afectada.
    • Posible extensión hacia el área genital o el área anal.
  5. Tiña del Cuero Cabelludo (Tinea Capitis):
    • Áreas de pérdida de cabello en el cuero cabelludo.
    • Parches escamosos o costras en el cuero cabelludo.
    • Picazón en el área afectada.
    • Ganglios linfáticos inflamados en el cuello.
  6. Tiña de la Barba (Tinea Barbae):
    • Inflamación y enrojecimiento en la zona de la barba y el cuello.
    • Formación de pústulas y costras.
    • Picazón y molestias al afeitar.

Tratamiento

El tratamiento de la infección por tiña generalmente implica el uso de medicamentos antifúngicos, ya sea en forma tópica (cremas, ungüentos, lociones) o, en casos más graves, por vía oral. Es importante seguir las indicaciones del médico y completar el curso completo de tratamiento para asegurar la eliminación completa de la infección.

Antifúngicos Tópicos:

Se utilizan cremas, ungüentos o lociones antifúngicos que se aplican directamente sobre la piel afectada. Estos productos suelen contener ingredientes como clotrimazol, miconazol, terbinafina o ketoconazol. Se aplican según las indicaciones del médico, generalmente dos veces al día durante varias semanas.

Antifúngicos Orales:

En casos más graves o cuando la infección afecta las uñas o el cuero cabelludo, se pueden recetar medicamentos antifúngicos por vía oral. Estos medicamentos incluyen terbinafina, griseofulvina, itraconazol o fluconazol. La duración del tratamiento oral puede variar según la gravedad de la infección y la ubicación en el cuerpo.

Shampoos Antifúngicos:

Para la tiña del cuero cabelludo, se pueden recomendar shampoos antifúngicos que contengan ingredientes como ketoconazol o sulfuro de selenio. Estos shampoos se utilizan regularmente según las indicaciones del médico.

Cuidado de las Uñas:

En casos de tiña de las uñas, el tratamiento puede requerir el recorte y la limpieza de las uñas afectadas. Además, se pueden recetar medicamentos antifúngicos orales para tratar la infección desde el interior.

Medidas Generales:

Es importante mantener una buena higiene personal y seguir prácticas preventivas para evitar la propagación de la infección y reducir el riesgo de recurrencia. Esto incluye mantener la piel limpia y seca, evitar el uso compartido de artículos personales y lavar y desinfectar la ropa y la ropa de cama regularmente.

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