La fisura anal es una afección común que se produce cuando hay una pequeña ruptura o desgarro en el revestimiento del canal anal. Puede causar molestias significativas y dolor durante y después de la defecación. A continuación hay información sobre las causas, síntomas, diagnóstico y tratamiento de la fisura anal.
Causas de fisura anal
Las fisuras anales pueden tener diversas causas, pero la mayoría de las veces están relacionadas con el traumatismo o la irritación en el área del canal anal. Algunas de las causas más comunes incluyen:
- Estreñimiento: Es una de las causas más frecuentes de fisuras anales. Las heces duras y secas pueden estirar y desgarrar el revestimiento del canal anal durante la evacuación, especialmente si se acompaña de esfuerzo excesivo.
- Diarrea crónica: Las deposiciones frecuentes y líquidas también pueden irritar y dañar la piel alrededor del ano, aumentando el riesgo de desarrollar fisuras.
- Parto vaginal: El parto puede causar daño al canal anal y al área perianal, aumentando la vulnerabilidad a las fisuras. Esto puede ocurrir debido a la presión ejercida durante el parto o a las laceraciones traumáticas durante el proceso.
- Traumatismo: Lesiones traumáticas, como el paso de heces duras, el uso de papel higiénico duro, la inserción de objetos extraños en el recto o el sexo anal vigoroso, pueden causar fisuras.
- Enfermedades inflamatorias del intestino: Condiciones como la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa pueden aumentar el riesgo de desarrollar fisuras anales debido a la inflamación crónica del tracto gastrointestinal.
- Infecciones: Las infecciones anales, como la infección por herpes, pueden causar inflamación y daño en el área del canal anal, lo que aumenta el riesgo de desarrollar fisuras.
- Falta de lubricación: En algunos casos, la falta de lubricación durante la defecación debido a la falta de producción de moco en el canal anal puede aumentar el riesgo de fisuras.
Es importante tener en cuenta que, en muchos casos, las fisuras anales pueden ocurrir como resultado de una combinación de factores, como el estreñimiento crónico combinado con diarrea, o el traumatismo repetido en el área anal.
Signos y síntomas
Los signos y síntomas de una fisura anal pueden variar en intensidad y duración, pero típicamente incluyen:
- Dolor anal: El síntoma más común es el dolor intenso y agudo alrededor del ano, especialmente durante y después de la defecación. Este dolor puede persistir durante varios minutos o incluso horas después de haber evacuado.
- Sangrado: Puede haber sangre fresca en el papel higiénico o en las heces después de defecar. El sangrado suele ser leve y puede aparecer como rayas de sangre roja brillante.
- Picazón y quemazón: La piel alrededor del ano puede sentirse irritada, picazón o con sensación de ardor. Estos síntomas pueden ser el resultado de la irritación y el trauma en el área afectada.
- Espasmos anales: Después de la defecación, algunas personas pueden experimentar espasmos dolorosos del esfínter anal debido a la irritación y el trauma causados por la fisura.
- Sensación de tener un bulto: Algunas personas pueden sentir una masa o un bulto pequeño cerca del ano, que es el sitio de la fisura o el tejido inflamado circundante.
- Dificultad para defecar: El dolor y la sensibilidad en el área anal pueden dificultar la evacuación, lo que puede llevar a estreñimiento o incluso retención fecal.
- Secreción mucosa: Algunas personas pueden experimentar una secreción mucosa en el área anal, que puede ser el resultado de la irritación y la inflamación en la fisura.
Diagnóstico
El diagnóstico de una fisura anal generalmente se realiza mediante un examen físico realizado por un médico, que puede incluir los siguientes pasos:
- Historia clínica: El médico comenzará por obtener información detallada sobre los síntomas que estás experimentando, incluyendo la naturaleza del dolor anal, cualquier sangrado asociado, cambios en los hábitos intestinales y otros síntomas relevantes. También pueden preguntar sobre tu historial médico y cualquier condición médica subyacente que puedas tener.
- Examen físico: Durante el examen físico, el médico examinará el área anal y perianal en busca de signos de fisura, como enrojecimiento, inflamación, pequeñas lesiones o desgarros en el revestimiento del canal anal. Es posible que el médico utilice un instrumento llamado espéculo anal para visualizar mejor el canal anal y detectar la presencia de fisuras.
- Pruebas complementarias: En algunos casos, puede ser necesario realizar pruebas complementarias para confirmar el diagnóstico o descartar otras condiciones médicas. Esto puede incluir pruebas de laboratorio, como análisis de sangre para detectar infecciones o pruebas de heces para descartar la presencia de sangre oculta en las deposiciones. En casos poco comunes o cuando hay sospecha de otras afecciones, como enfermedades inflamatorias del intestino, se pueden realizar pruebas de imagen, como una colonoscopia o una sigmoidoscopia, para evaluar el tracto gastrointestinal inferior.
En la mayoría de los casos, el diagnóstico de fisura anal puede realizarse en función de la historia clínica y el examen físico. Sin embargo, es importante buscar atención médica si experimentas síntomas de fisura anal para recibir un diagnóstico preciso y un tratamiento adecuado. El médico también puede proporcionar orientación sobre medidas de autocuidado y cambios en el estilo de vida que pueden ayudar a aliviar los síntomas y promover la curación.
Tratamiento de la fisura anal
El tratamiento de una fisura anal puede variar según la gravedad de la fisura y la causa subyacente.
- Medidas conservadoras:
- Dieta rica en fibra: Consumir alimentos ricos en fibra, como frutas, verduras, granos integrales y legumbres, puede ablandar las heces y facilitar la evacuación intestinal, lo que reduce la irritación del canal anal.
- Aumentar la ingesta de líquidos: Beber suficientes líquidos, especialmente agua, puede ayudar a mantener las heces blandas y prevenir el estreñimiento.
- Baños de asiento tibios: Remojar el área anal en agua tibia durante unos 10-15 minutos varias veces al día puede aliviar el dolor y la irritación, además de ayudar a limpiar el área y promover la curación.
- Evitar el esfuerzo durante la defecación: Reducir la tensión durante la evacuación intestinal puede ayudar a prevenir la irritación adicional del canal anal.
- Medicamentos tópicos:
- Cremas o ungüentos anestésicos: Se pueden aplicar sobre la fisura para aliviar el dolor y la incomodidad.
- Cremas o ungüentos con corticosteroides: Los corticosteroides tópicos pueden reducir la inflamación y promover la curación de la fisura.
- Relajantes del esfínter anal:
- Los relajantes musculares tópicos, como la nitroglicerina o la diltiazem, pueden ayudar a relajar el esfínter anal y reducir la presión en la fisura, lo que promueve la curación.
- Tratamiento médico adicional:
- Medicamentos para el estreñimiento: En algunos casos, se pueden recetar laxantes o ablandadores de heces para prevenir el estreñimiento y reducir la tensión durante la defecación.
- Analgésicos: Se pueden recetar analgésicos orales para controlar el dolor, especialmente durante los primeros días después del diagnóstico.
- Cirugía:
- Si la fisura no cicatriza con el tratamiento conservador, o si es crónica o recurrente, puede ser necesaria una intervención quirúrgica. La esfinterotomía lateral interna es un procedimiento común que implica cortar parte del esfínter anal para reducir la presión sobre la fisura y promover la curación.
- Otras opciones quirúrgicas incluyen la reparación quirúrgica directa de la fisura o la inyección de toxina botulínica para relajar el esfínter anal.