La hipertensión secundaria se refiere a la presión arterial elevada que es causada por una condición médica subyacente o un factor específico. A diferencia de la hipertensión primaria o essencial, que no tiene una causa clara, la hipertensión secundaria puede atribuirse a una variedad de factores identificables. Algunas de las causas comunes de la hipertensión secundaria incluyen:
Enfermedades Renales:
Problemas renales, como la enfermedad renal crónica, la glomerulonefritis o los trastornos renales poliquísticos, pueden afectar la capacidad de los riñones para regular la presión arterial.
Enfermedades Endocrinas:
Trastornos de las glándulas endocrinas, como el hipotiroidismo o el hipertiroidismo, pueden afectar los niveles de hormonas que regulan la presión arterial.
Sistema Nervioso:
Tumores en el sistema nervioso, lesiones en la médula espinal, trastornos del sueño como la apnea del sueño y otros problemas neurológicos pueden contribuir a la hipertensión secundaria.
Coartación de la Aorta:
La coartación de la aorta es una condición en la que la arteria principal que lleva la sangre del corazón al cuerpo está estrechada, lo que puede aumentar la presión arterial.
Uso de Medicamentos:
Algunos medicamentos, como los antiinflamatorios no esteroides (AINE), los antidepresivos, los medicamentos para el resfriado y ciertos anticonceptivos, pueden causar elevación de la presión arterial en algunos casos.
Problemas de Tiroides:
Tanto el hipotiroidismo como el hipertiroidismo pueden contribuir a la hipertensión.
Enfermedades Vasculares:
Trastornos que afectan directamente los vasos sanguíneos, como la arteritis temporal o la arteritis de células gigantes, pueden causar hipertensión secundaria.
Embarazo:
La hipertensión inducida por el embarazo, como la preeclampsia, es una forma de hipertensión secundaria que afecta a algunas mujeres durante el embarazo.
Abuso de Sustancias:
El consumo excesivo de alcohol, el uso de drogas recreativas y el abuso de sustancias como la cocaína pueden contribuir a la hipertensión.
Trastornos Hormonales:
Ciertos trastornos hormonales, como el síndrome de Cushing, pueden tener efectos sobre la presión arterial.
Es importante señalar que la identificación y el tratamiento de la causa subyacente de la hipertensión secundaria son esenciales para manejar la presión arterial elevada. El manejo adecuado de la hipertensión secundaria puede implicar el tratamiento de la condición subyacente, cambios en el estilo de vida y, en algunos casos, medicamentos antihipertensivos. La evaluación y el diagnóstico deben ser realizados por profesionales de la salud.
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