Lavado de manos quirúrgico

El lavado de manos quirúrgico es un procedimiento meticuloso diseñado para eliminar la mayor cantidad posible de microorganismos de las manos y los antebrazos del personal sanitario antes de realizar una intervención quirúrgica. Este proceso es crucial para reducir el riesgo de infección en el paciente durante el procedimiento. A continuación, se presenta un resumen de los pasos típicos del lavado de manos quirúrgico:

  1. Preparación: El personal sanitario debe prepararse para el lavado de manos asegurándose de retirar cualquier joya, reloj, pulsera o cualquier otro objeto que pueda interferir con el proceso.
  2. Humedecimiento de las manos: Se abre el grifo y se ajusta la temperatura del agua a un nivel cómodo. Se humedecen las manos y los antebrazos hasta los codos.
  3. Aplicación del jabón antiséptico: Se aplica una cantidad suficiente de jabón antiséptico, generalmente clorhexidina o povidona yodada, sobre las manos y los antebrazos. Se frota para crear una espuma abundante y cubrir todas las superficies, incluidos los espacios interdigitales y las uñas.
  4. Lavado mecánico: Se procede a lavar de manera meticulosa las manos y los antebrazos durante al menos 2-3 minutos. Se presta especial atención a las áreas más propensas a la contaminación, como las palmas, las yemas de los dedos y las uñas. Se asegura de frotar todas las áreas durante el tiempo especificado.
  5. Enjuague: Se enjuagan las manos y los antebrazos con agua corriente, asegurándose de eliminar completamente el jabón y la espuma.
  6. Secado: Se secan las manos y los antebrazos con una toalla estéril o un paño desechable, comenzando desde los antebrazos y avanzando hacia las manos. Se evita el contacto con superficies no estériles durante este proceso.
  7. Cierre del grifo: Se cierra el grifo utilizando una toalla de papel o un codo para evitar la contaminación de las manos recién lavadas.

Es fundamental seguir estos pasos de manera rigurosa y completa para garantizar la eficacia del lavado de manos quirúrgico y minimizar el riesgo de infección en el paciente durante el procedimiento quirúrgico. Además, es importante cumplir con las políticas y protocolos específicos de cada institución sanitaria en cuanto al lavado de manos quirúrgico.

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