La fase de agonía es la etapa final de la vida de una persona, caracterizada por el deterioro irreversible de la salud y la proximidad de la muerte. Los síntomas experimentados durante esta fase pueden variar, y la intensidad y duración de los síntomas pueden depender de la enfermedad subyacente y otros factores individuales.
Fatiga Extrema:
La fatiga severa es común en la fase de agonía, ya que el cuerpo experimenta una disminución generalizada de la energía.
Confusión y Desorientación:
Puede haber confusión mental y desorientación, a medida que el cuerpo y el cerebro experimentan cambios debidos al deterioro físico.
Dificultad para Respirar:
La dificultad para respirar o la respiración irregular son síntomas frecuentes, especialmente en enfermedades pulmonares o cardíacas avanzadas.
Cambios en el Patrón Respiratorio:
La respiración de Cheyne-Stokes, que se caracteriza por ciclos de respiración rápida seguidos de períodos de apnea, puede ocurrir en la fase de agonía.
Cambios en la Piel:
La piel puede volverse pálida, fría y húmeda debido a la disminución de la circulación sanguínea.
Cambios en la Coloración de las Extremidades:
Las extremidades pueden adquirir una coloración cianótica (coloración azulada) debido a la falta de oxígeno.
Disminución de la Producción de Orina:
La disminución en la producción de orina es común, ya que los riñones pueden verse afectados durante la fase de agonía.
Incapacidad para Comer o Beber:
La persona puede perder el interés en la alimentación y la hidratación, y puede ser incapaz de tragar.
Dolor:
El dolor puede estar presente, y se puede administrar medicación para aliviarlo y mejorar la comodidad del paciente.
Agotamiento y Debilidad Muscular:
La pérdida progresiva de la fuerza muscular y el agotamiento son comunes en la fase de agonía.
Cambios en la Conciencia:
La persona puede experimentar somnolencia o lapsos de conciencia intercalados con periodos de vigilia.
Es fundamental destacar que la experiencia de la fase de agonía es única para cada individuo y puede variar según la enfermedad subyacente y otros factores. El manejo y el alivio de los síntomas en esta etapa suelen ser abordados por profesionales de la salud especializados en cuidados paliativos y cuidados al final de la vida.
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