Principales causas de muerte perinatal

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La muerte perinatal se refiere al fallecimiento de un feto después de 20 semanas de gestación hasta los primeros siete días de vida. Las principales causas de muerte perinatal pueden variar según la región, el acceso a la atención médica y otros factores, pero algunas de las causas más comunes incluyen:

Complicaciones durante el parto:

  • Distocia (dificultades en el proceso de parto).
  • Sufrimiento fetal agudo.
  • Prolapso del cordón umbilical.
  • Ruptura uterina.

Anomalías congénitas:

Defectos de nacimiento que afectan la estructura o función de uno o varios órganos.

Prematuridad:

Nacimientos antes de las 37 semanas de gestación, que pueden aumentar el riesgo de complicaciones y muerte perinatal.

Bajo peso al nacer:

Bebés que nacen con un peso inferior al considerado saludable, lo que puede aumentar el riesgo de complicaciones y muerte.

Complicaciones de la placenta:

  • Placenta previa.
  • Desprendimiento prematuro de la placenta.

Infecciones maternas o fetales:

Infecciones durante el embarazo que afectan al feto, como la infección por citomegalovirus o la toxoplasmosis.

Hipertensión y trastornos relacionados:

Preeclampsia y eclampsia, que pueden afectar la salud de la madre y el feto.

Diabetes gestacional:

La diabetes no controlada durante el embarazo puede aumentar el riesgo de complicaciones y muerte perinatal.

Trauma durante el embarazo:

Lesiones o accidentes que afectan a la madre y, por ende, al feto.

Problemas en el cordón umbilical:

Nudos en el cordón, compresión, etc.

Problemas de crecimiento intrauterino retardado (CIUR):

Retraso en el crecimiento del feto durante el embarazo.

Es importante destacar que muchos casos de muerte perinatal pueden ser multifactoriales, con varias causas contribuyendo al desenlace adverso. Además, algunos casos pueden deberse a factores desconocidos o no identificados.

La atención prenatal adecuada, la detección temprana de complicaciones y el manejo de condiciones de salud maternas son fundamentales para reducir el riesgo de muerte perinatal. El seguimiento médico regular y la atención prenatal son esenciales para identificar y gestionar posibles riesgos y complicaciones.

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