Composición de la leche materna

La leche materna es un fluido complejo que proporciona la nutrición necesaria para el crecimiento y desarrollo del lactante. Su composición varía a lo largo del tiempo y se adapta a las necesidades cambiantes del bebé. A continuación, se describen los componentes principales de la leche materna:

Agua:

La leche materna está compuesta en su mayoría por agua, que constituye alrededor del 87% al 90% del total. El agua es esencial para mantener la hidratación del bebé.

Proteínas:

La leche materna contiene varias proteínas, siendo la caseína y la proteína del suero las dos principales categorías.

Caseína: Representa aproximadamente el 40% de las proteínas y se coagula en el estómago del bebé, proporcionando una liberación más lenta de aminoácidos.

Proteína del Suero: Compone el 60% restante y es más soluble. Contiene inmunoglobulinas y factores de crecimiento.

Lípidos (Grasas):

Los lípidos en la leche materna son esenciales para el desarrollo del sistema nervioso y la formación de membranas celulares. Alrededor del 40% al 50% de las calorías provienen de los lípidos, que incluyen ácidos grasos esenciales y colesterol.

Carbohidratos:

La lactosa es el principal carbohidrato presente en la leche materna. Proporciona energía al bebé y facilita la absorción de calcio y fósforo. También contiene oligosacáridos que tienen funciones prebióticas, promoviendo el crecimiento de bacterias beneficiosas en el intestino del bebé.

Vitaminas y Minerales:

La leche materna contiene una variedad de vitaminas y minerales, incluyendo vitamina A, vitamina D, vitamina K, vitamina B12, ácido fólico, hierro, zinc, yodo, entre otros. La composición se adapta a las necesidades del lactante.

Inmunoglobulinas y Factores de Protección:

La leche materna contiene anticuerpos (inmunoglobulinas), células inmunitarias y otros factores protectores que ayudan a fortalecer el sistema inmunológico del bebé y lo protegen contra infecciones.

Enzimas y Hormonas:

La leche materna contiene varias enzimas y hormonas que participan en procesos de digestión y regulación metabólica del bebé.

Células Vivas:

La leche materna contiene células vivas, incluyendo leucocitos, células madre y otras células que pueden tener efectos beneficiosos en la salud del lactante.

Es importante destacar que la composición de la leche materna varía a lo largo del día y durante el periodo de lactancia. Además, se adapta a las necesidades específicas del bebé, proporcionando un alimento completo y específico para el crecimiento y desarrollo óptimo.

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