El ictus isquémico, también conocido como accidente cerebrovascular isquémico o infarto cerebral, ocurre cuando se bloquea el flujo sanguíneo hacia una parte del cerebro, generalmente debido a la formación de un coágulo o la obstrucción de una arteria cerebral.
Tipos de ictus isquémico
Los ictus isquémicos se pueden clasificar en varios tipos según la causa y la ubicación de la obstrucción vascular.
- Aterotrombótico:
- Causa: Ocurre cuando una placa de ateroma (depósito de grasa y calcio en la pared arterial) se rompe, formando un coágulo que obstruye la arteria.
- Ubicación: Puede ocurrir en grandes arterias, como las carótidas.
- Cardioembólico:
- Causa: Proviene de un émbolo que se forma en el corazón y viaja hasta el cerebro, bloqueando una arteria cerebral.
- Ubicación: Suelen afectar a ramas más pequeñas de las arterias cerebrales.
- Lacunar:
- Causa: Ocurre cuando se obstruyen pequeñas arterias perforantes que irrigan áreas profundas del cerebro.
- Ubicación: Afecta estructuras subcorticales y se caracteriza por pequeñas lesiones.
- Criptogénico:
- Causa: La causa no se identifica claramente.
- Ubicación: Puede estar relacionado con embolias de origen desconocido o condiciones subyacentes no diagnosticadas.
- De Gran Vaso:
- Causa: Resulta de la obstrucción de una arteria cerebral principal.
- Ubicación: Afecta grandes vasos como la arteria cerebral media o la arteria cerebral anterior.
- Arterioarterial:
- Causa: Ocurre debido a la oclusión de una arteria cerebral por un coágulo o émbolo que se forma en la misma arteria.
- Ubicación: Puede afectar tanto arterias grandes como pequeñas.
- Embólico Paradoxal:
- Causa: Se produce cuando un émbolo que se origina en una vena (por ejemplo, trombo venoso profundo) pasa a través de una comunicación anormal entre las aurículas (foramen oval permeable) y llega al cerebro.
- Ubicación: Puede afectar diversas áreas cerebrales.
- Infarto Cerebral Transitorio (ICT):
- Causa: Episodio breve de síntomas similares a un ictus isquémico, pero que se resuelve completamente en menos de 24 horas.
- Ubicación: Puede ser precursor de un ictus isquémico completo.
Causas de ictus isquémico
Las causas de un ictus isquémico pueden variar, pero generalmente están relacionadas con la interrupción del flujo sanguíneo al cerebro.
- Trombosis arterial:
- Formación de un coágulo sanguíneo en una arteria cerebral debido a la acumulación de depósitos de grasa y calcio (aterosclerosis) en las paredes de los vasos sanguíneos.
- Embolia cerebral:
- Desplazamiento de un émbolo (coágulo sanguíneo, grasa, aire u otras partículas) desde otra parte del cuerpo, como el corazón o las grandes arterias, hasta el cerebro, donde obstruye una arteria cerebral.
- Estenosis carotídea:
- Estrechamiento de la arteria carótida, que puede reducir el flujo sanguíneo al cerebro y aumentar el riesgo de formación de coágulos.
- Enfermedades cardíacas:
- Condiciones como la fibrilación auricular, endocarditis, miocardiopatías o enfermedad valvular cardíaca pueden aumentar el riesgo de formación de coágulos en el corazón que pueden migrar al cerebro.
- Enfermedades de pequeños vasos cerebrales:
- La enfermedad de pequeños vasos, como la hipertensión arterial o la diabetes, puede dañar las pequeñas arterias cerebrales, aumentando el riesgo de oclusión y trombosis.
- Foramen oval permeable (FOP):
- Una abertura anormal entre las aurículas del corazón que puede permitir el paso de émbolos desde la circulación venosa a la arterial, aumentando el riesgo de embolia cerebral.
- Coagulopatías y trastornos de la coagulación:
- Condiciones que afectan la capacidad de coagulación de la sangre, como la trombofilia o trastornos de la coagulación, pueden aumentar el riesgo de formación de coágulos.
- Migrañas con aura:
- Algunas personas que experimentan migrañas con aura tienen un mayor riesgo de desarrollar ictus isquémico.
- Lesiones traumáticas:
- Lesiones en el cuello o la cabeza pueden dañar las arterias cervicales y aumentar el riesgo de formación de coágulos.
- Factores de riesgo modificables:
- Hipertensión arterial, diabetes, tabaquismo, obesidad, sedentarismo, hiperlipidemia (niveles elevados de colesterol), consumo excesivo de alcohol y una dieta poco saludable pueden aumentar el riesgo de ictus isquémico.
Signos y síntomas
Los síntomas de un ictus isquémico pueden variar dependiendo de la región del cerebro afectada, la extensión del daño y la rapidez con la que se reciba tratamiento. Es crucial reconocer los signos de un ictus y buscar atención médica de inmediato, ya que el tiempo es un factor crítico para el tratamiento exitoso. Los síntomas comunes de un ictus isquémico incluyen:
- Entumecimiento o debilidad:
- Pérdida súbita de fuerza, entumecimiento o sensación de debilidad en la cara, brazo o pierna, especialmente en un lado del cuerpo.
- Problemas de habla o comprensión:
- Dificultad para hablar, formar palabras o entender el lenguaje. Puede manifestarse como dificultad para expresarse, hablar de manera incoherente o no comprender lo que se está diciendo.
- Alteraciones visuales:
- Pérdida súbita de visión en uno o ambos ojos, visión borrosa, visión doble o incapacidad para ver en ciertos campos visuales.
- Dolor de cabeza súbito e intenso:
- Aparición repentina de un dolor de cabeza severo y persistente, a menudo descrito como el “peor dolor de cabeza de mi vida”. Este síntoma puede ser más prominente en un ictus hemorrágico.
- Problemas de equilibrio y coordinación:
- Dificultad para caminar, mareo, pérdida de equilibrio o coordinación. El paciente puede tropezar o tener una sensación de desequilibrio.
- Confusión o dificultad para entender:
- Confusión repentina, desorientación en el tiempo o en el espacio, y dificultad para comprender la situación.
- Dificultad para tragar:
- Problemas al tragar o sensación de atragantamiento, que puede llevar a la saliva a acumularse en la boca.
Diagnóstico
El diagnóstico de un ictus isquémico generalmente se basa en una combinación de la evaluación clínica, la historia médica del paciente y pruebas de imagen.
- Evaluación Clínica:
- El personal médico realizará una evaluación clínica detallada, incluyendo una revisión de los síntomas, antecedentes médicos, factores de riesgo y cualquier información relevante.
- Examen Neurológico:
- Se llevará a cabo un examen neurológico completo para evaluar la función cerebral, la fuerza muscular, los reflejos, la coordinación y otras funciones neurológicas.
- Historia Clínica:
- Se recopilará información detallada sobre los eventos previos al inicio de los síntomas, la duración de los síntomas y cualquier condición médica subyacente.
- Pruebas de Imagen:
- Las pruebas de imagen son esenciales para confirmar el diagnóstico y determinar la ubicación y extensión del daño cerebral. Las pruebas comunes incluyen:
- Tomografía Computarizada (TC) cerebral: Puede ayudar a identificar áreas del cerebro afectadas y descartar hemorragias.
- Resonancia Magnética (RM) cerebral: Proporciona imágenes más detalladas y puede detectar cambios más sutiles en el tejido cerebral.
- Angiografía por resonancia magnética (MRA) o tomografía computarizada (CTA): Evalúan el sistema vascular cerebral para identificar obstrucciones o estrechamientos.
- Las pruebas de imagen son esenciales para confirmar el diagnóstico y determinar la ubicación y extensión del daño cerebral. Las pruebas comunes incluyen:
- Análisis de Laboratorio:
- Se pueden realizar análisis de sangre para evaluar los niveles de glucosa, lípidos y coagulación, así como para descartar otras condiciones médicas que puedan haber contribuido al ictus.
- Electrocardiograma (ECG):
- Un ECG puede realizarse para evaluar la actividad eléctrica del corazón y detectar posibles arritmias cardíacas que podrían haber contribuido al ictus.
- Evaluación de la Deglución:
- Se puede realizar una evaluación de la deglución, especialmente si hay dificultades en este aspecto, para prevenir problemas alimentarios y respiratorios.
- Líquido Cefalorraquídeo (LCR):
- En algunos casos, se puede realizar una punción lumbar para analizar el líquido cefalorraquídeo y descartar otras causas de síntomas neurológicos.
Tratamiento del ictus isquémico
El tratamiento del ictus isquémico se centra en restaurar el flujo sanguíneo al cerebro y prevenir daños adicionales. El tiempo es crítico, y las intervenciones deben realizarse lo más rápido posible para maximizar la efectividad.
- Terapia de Reperfusión:
- La reperfusión es crucial para restaurar el flujo sanguíneo al área afectada. Dos principales opciones son:
- Terapia Trombolítica: Se administra un medicamento llamado activador del plasminógeno tisular (tPA) para disolver el coágulo. Este tratamiento es más efectivo si se administra dentro de las primeras 4.5 horas del inicio de los síntomas.
- Intervención endovascular: Se utiliza un catéter para retirar o fragmentar el coágulo. Esta opción puede extenderse hasta las 24 horas en casos seleccionados.
- La reperfusión es crucial para restaurar el flujo sanguíneo al área afectada. Dos principales opciones son:
- Manejo de la Presión Arterial:
- Se controla la presión arterial para garantizar un flujo sanguíneo cerebral adecuado. En algunos casos, se puede administrar medicación antihipertensiva según las directrices médicas.
- Monitoreo y Cuidados Intensivos:
- Los pacientes con ictus isquémico a menudo requieren monitoreo intensivo en una unidad de cuidados intensivos (UCI). Esto incluye la monitorización continua de las funciones vitales y la prevención de complicaciones.
- Medicamentos Antiagregantes y Anticoagulantes:
- Después del ictus, pueden recetarse medicamentos como la aspirina u otros antiagregantes plaquetarios para prevenir la formación de coágulos adicionales. En algunos casos, se pueden administrar anticoagulantes.
- Manejo de la Temperatura:
- El control de la temperatura corporal puede ser esencial. La fiebre puede aumentar el daño cerebral, por lo que se toman medidas para mantener la temperatura dentro de rangos normales.
- Rehabilitación:
- La rehabilitación es una parte integral del tratamiento a largo plazo. Incluye fisioterapia, terapia ocupacional, y logopedia para mejorar la movilidad, las habilidades motoras finas y la comunicación.
- Prevención Secundaria:
- Se implementan medidas para prevenir futuros eventos vasculares cerebrales, como el control de factores de riesgo modificables (hipertensión, diabetes, hiperlipidemia), cambios en el estilo de vida y medicamentos según las necesidades individuales.
- Seguimiento Médico Continuo:
- El paciente con ictus isquémico requiere un seguimiento médico regular para evaluar la progresión, ajustar el tratamiento y abordar cualquier nueva preocupación médica.
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