Hiperuricemia y gota: fisiopatología

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La hiperuricemia es una condición caracterizada por niveles elevados de ácido úrico en la sangre. El ácido úrico es un subproducto normal del metabolismo de las purinas, sustancias que se encuentran en muchos alimentos. Cuando los niveles de ácido úrico aumentan, puede precipitar y formar cristales de urato en las articulaciones y otros tejidos, lo que lleva a la gota.

Aquí se describen brevemente la hiperuricemia y la gota:

Hiperuricemia:

    • La hiperuricemia se produce cuando los riñones no pueden eliminar adecuadamente el ácido úrico del cuerpo o cuando hay una producción excesiva de ácido úrico.
    • Los niveles normales de ácido úrico en sangre varían, pero generalmente se considera que la hiperuricemia está presente cuando los niveles son mayores a 7 mg/dL en hombres y 6 mg/dL en mujeres.
    • La hiperuricemia no siempre causa síntomas inmediatos, pero es un factor de riesgo para el desarrollo de la gota.

Gota:

    • La gota es una forma de artritis que ocurre cuando los cristales de urato se depositan en las articulaciones, causando inflamación y dolor.
    • La articulación más comúnmente afectada es la articulación del dedo gordo del pie, pero también pueden afectarse otras articulaciones.
    • Los ataques de gota a menudo se caracterizan por dolor repentino, hinchazón, enrojecimiento y sensibilidad en la articulación afectada.

Factores de Riesgo:

  1. Genética:
    • La predisposición genética desempeña un papel importante en la susceptibilidad a la gota. Si hay antecedentes familiares de gota, existe un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad.
  2. Sexo y Edad:
    • La gota es más común en hombres que en mujeres. Sin embargo, después de la menopausia, las mujeres también pueden estar en riesgo de desarrollar gota, especialmente si tienen otros factores de riesgo.
  3. Edad:
    • La incidencia de la gota aumenta con la edad. Por lo general, se desarrolla en hombres después de los 30 años y en mujeres después de la menopausia.
  4. Dieta Rica en Purinas:
    • Las purinas son sustancias químicas presentes en algunos alimentos que se descomponen en ácido úrico. Una dieta rica en purinas, que incluye alimentos como mariscos, carnes rojas, vísceras, y bebidas alcohólicas, puede aumentar el riesgo de gota.
  5. Consumo Excesivo de Alcohol:
    • El consumo excesivo de alcohol, especialmente de cerveza y licor, se ha asociado con un mayor riesgo de gota. El alcohol puede reducir la eliminación de ácido úrico por los riñones.
  6. Sobrepeso u Obesidad:
    • El exceso de peso corporal puede contribuir al desarrollo de la gota. El tejido adiposo produce sustancias que pueden aumentar la producción de ácido úrico.
  7. Enfermedades Renales:
    • Las enfermedades renales pueden interferir con la capacidad de los riñones para eliminar eficientemente el ácido úrico del cuerpo, aumentando así el riesgo de hiperuricemia y gota.
  8. Hipertensión (Presión Arterial Alta):
  9. Uso de Medicamentos:
    • Algunos medicamentos, como los diuréticos (utilizados para tratar la hipertensión y la insuficiencia cardíaca), pueden aumentar los niveles de ácido úrico y aumentar el riesgo de gota.

Es importante tener en cuenta que la presencia de estos factores de riesgo no garantiza el desarrollo de la gota, y algunas personas con gota no presentan todos estos factores. Además, la adopción de cambios en el estilo de vida y el tratamiento adecuado pueden ayudar a controlar la enfermedad y reducir el riesgo de ataques de gota. Si hay preocupaciones sobre la gota o sus factores de riesgo, se recomienda consultar a un profesional de la salud para una evaluación completa y orientación.

 

Tratamiento:

El tratamiento de la hiperuricemia y la gota implica abordar tanto los síntomas agudos como las causas subyacentes a largo plazo. Aquí se describen algunos enfoques comunes para el tratamiento de la hiperuricemia y la gota:

Tratamiento de los Ataques Agudos de Gota:

  1. Antiinflamatorios no esteroides (AINEs):
    • Medicamentos como el ibuprofeno o la indometacina pueden ayudar a aliviar el dolor y reducir la inflamación durante un ataque agudo de gota.
  2. Colchicina:
    • La colchicina es un medicamento que puede ayudar a aliviar el dolor y la inflamación en las primeras etapas de un ataque de gota. Se debe tener precaución con la dosis para evitar efectos secundarios gastrointestinales.
  3. Corticosteroides:
    • Los corticosteroides orales o inyectables pueden ser recetados para reducir la inflamación en casos de intolerancia a los AINEs o a la colchicina.

Tratamiento a Largo Plazo para Prevenir Ataques Futuros y Controlar la Hiperuricemia:

  1. Modificación del Estilo de Vida:
    • Cambios en la dieta, como reducir la ingesta de alimentos ricos en purinas (mariscos, carnes rojas, vísceras) y limitar el consumo de alcohol, especialmente cerveza.
    • Mantener un peso corporal saludable y realizar actividad física regular.
  2. Medicamentos para Reducir los Niveles de Ácido Úrico:
    • Inhibidores de la Xantina Oxidasa (alopurinol, febuxostat): Estos medicamentos reducen la producción de ácido úrico.
    • Agentes que Mejoran la Eliminación Renal (probenecid, lesinurad): Aumentan la eliminación de ácido úrico a través de los riñones.
  3. Control de Enfermedades Subyacentes:
    • Tratar y controlar enfermedades subyacentes como la hipertensión arterial y las enfermedades renales, que pueden contribuir a la hiperuricemia.
  4. Supervisión Médica Regular:
    • Monitoreo regular de los niveles de ácido úrico en la sangre para ajustar la dosis de medicamentos según sea necesario.
    • Evaluación y ajuste de la terapia según la respuesta del paciente.
  5. Manejo de Factores Desencadenantes:
    • Identificación y manejo de factores desencadenantes como el estrés, lesiones o cirugías, que pueden desencadenar ataques de gota.
  6. Educación del Paciente:
    • Proporcionar educación al paciente sobre la importancia del cumplimiento del tratamiento, la dieta y los cambios en el estilo de vida.

Es esencial que el tratamiento sea individualizado según las necesidades específicas de cada paciente. La consulta con un reumatólogo, especialista en artritis y enfermedades relacionadas, o un médico de atención primaria es fundamental para establecer un plan de tratamiento efectivo y controlar la hiperuricemia y la gota a largo plazo.

Es importante abordar la hiperuricemia y la gota de manera integral para prevenir futuros ataques y complicaciones. Aquellos que experimentan síntomas de gota deben buscar atención médica para un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento adecuado. La consulta con un profesional de la salud es esencial para el manejo efectivo de estas condiciones.

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