La cardiopatía isquémica se refiere a la reducción del flujo sanguíneo al músculo cardíaco debido a la obstrucción de las arterias coronarias. Las alteraciones en el electrocardiograma (ECG o EKG) son fundamentales para el diagnóstico y la evaluación de la cardiopatía isquémica. A continuación hay algunos de los cambios electrocardiográficos típicos asociados con la cardiopatía isquémica:
Elevación del Segmento ST (elevación del ST):
Uno de los hallazgos más característicos en el ECG durante un episodio agudo de cardiopatía isquémica es la elevación del segmento ST. Este cambio indica daño agudo al músculo cardíaco y es conocido como elevación del ST miocárdico (STEMI).
Depresión del Segmento ST (depresión del ST):
La depresión del segmento ST puede indicar isquemia en el músculo cardíaco. Este cambio puede observarse durante el ejercicio o en reposo y puede sugerir que hay una obstrucción parcial en las arterias coronarias.
Inversión de las Ondas T:
La inversión de las ondas T en el ECG puede ser un signo de isquemia o lesión miocárdica. Este cambio puede persistir después de la resolución de un episodio agudo de isquemia.
Ondas Q Patológicas:
La presencia de ondas Q patológicas en el ECG puede indicar un infarto miocárdico previo. Las ondas Q son pequeñas deflexiones negativas que indican cicatrices permanentes en el músculo cardíaco.
Cambios Dinámicos:
En algunos casos, los cambios en el ECG pueden ser dinámicos y variar con el tiempo o en respuesta al estrés, como durante la prueba de esfuerzo.
Alteraciones del Ritmo Cardíaco:
La cardiopatía isquémica también puede afectar el sistema eléctrico del corazón, lo que puede manifestarse en alteraciones del ritmo cardíaco, como arritmias.
Es importante destacar que los cambios en el ECG pueden variar según la extensión y la localización de la isquemia o el infarto. Además, los cambios pueden ser diferentes en mujeres, personas mayores y aquellos con diabetes.
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